28/9/12

REMAR EN LA MISMA DIRECCiÓN


Suele ocurrir que después de un mal resultado se relata a bombo y platillos una reunión entre el entrenador y el director deportivo de un equipo, cuando esas citas son habituales. Pero si se producen después de un traspiés, se ensalzan y airean a los cuatro vientos como algo insólito.

Está bien que aprovechando el descanso de la plantilla del Valencia, Braulio Vázquez y Mauricio Pellegrino se junten para tratar cuestiones del día a día. Pero aunque no sea un tête à tête como ahora, los dos técnicos están en contacto permanente y van al alimón, aunque semanas atrás hubiera algún mal gesto por las salidas de Alcácer y Pablo.

En ese encuentro se supone que Pellegrino haría un repaso de la situación deportiva, que claro que preocupa. No es para menos. Pero más que ensañarse en errores puntuales que todo el mundo ha visto, y en las carencias que ha encontrado y en las necesidades de futuro inmediato, pondría énfasis en la pronta recuperación de futbolistas que están llamados a ser importantes y las lesiones se lo han impedido. Se les echa mucho de menos.

Y sí, de lo decepcionante abordaría la falta de implicación de otros jugadores, aunque eso no hace falta que se lo refriegue a Braulio, porque en algún caso lo lleva purgando desde hace tiempo. En el prólogo del abc del director deportivo se define que cuando se contrata a un futbolista es fundamental detenerse en cuestiones más allá de la parte del currículo en el que se detallan sus cualidades técnicas. Sobre todo después de las experiencias que ha vivido el equipo.

Aunque Pellegrino es casi tan inexpresivo como el rostro de Keaton, seguro que después de ver trabajando a ayer Gago o Banega, por lo menos esbozó media sonrisa de esperanza.
Eso es lo que necesita el Valencia, buenos  jugadores, y esperanza de que se recuperen y lo hagan bien para salir adelante. Porque en el club, seguro que remar, lo que se dice remar, todos reman. Lo que algunas veces no queda claro es si todos lo hacen en la misma dirección.

450 (Publicado en Las Provincias, el 26 de septiembre de 2012) 

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