29/2/12

La columna de Unai

A Unai Emery le faltó astucia. Seguramente ayer no era el mejor momento para que el técnico reclamara serenidad a los valencianistas. El entrenador escribió en su blog, y el club lo rebotó la web oficial, un artículo en el que el trataba de enjugar el malestar que envuelve a los aficionados por las dos derrotas consecutivas en el campeonato de Liga.
La idea en sí no era mala, pero antes de apretar el “enter”, conviene mirar alrededor. Justamente ayer, en vísperas del examen de Roberto Soldado con la selección española; cuando se habla hasta debajo del agua de la ausencia del niño Torres y de qué delanteros han de estar en la Europa, el entrenador del Valencia vuelve sobre un asunto que cabrea al personal, con un texto en el que, a vuelapluma, hace un recorrido por los últimos acontecimientos deportivos para justificar las dos decepciones recientes. ¡Déjalos, hombre, que tenían otras cosas en que pensar! Está claro, como dice Emery al principio de su exposición, que las valoraciones se deben de hacer a final de temporada, pero que a la vez hay momentos clave durante el campeonato en los que le gusta enviar un mensaje. Y lo hizo. Aunque ya que estaba metido en harina, al lado del optimismo por acabar en puestos de Champions y por mantener la ilusión en la Europa League, también deberían de haber aparecido algunas líneas de autocrítica. En todo caso le honra el hecho de salir a dar la cara, sobre todo ahora que está menos arropado que nunca por quien debería de protegerle y darle cariño y cobijo. Pero sigo pensando que Unai se equivocó. Podía haberse evitado la columna porque lo que ha conseguido es que se hable más de lo mismo. Aventar los rescoldos del desencanto. Además, ese texto tiene una parte final difícil de compartir. Me refiero al deseo de no ser molestados. Se intuye una alusión a las críticas de la prensa y de los aficionados y, amigo mío, como decía aquél, aquí no se calla nadie. Incluso aunque la Merkel ordenara lo contrario.
367 (Publicado en Las Provincias, el 29 de febrero de 2012)










27/2/12

Iñaki reparte culpas

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.527 (28-2-12)

La afición pita, el equipo no

Los aficionados más veteranos que acuden a Mestalla, probablemente recordarán el eco de un eslogan que sonaba habitualmente en los intermedios de los partidos: "El que pita es Pallardó”. Se aseguraba que los muebles de oficina del señor del apellido eran los mejores o, por lo menos, los que daban mejor resultado.
Ayer el que pitó fue Mestalla. ¡Y vaya si pitó! Pero nada que ver con el reclamo publicitario. En este caso los pitos se escucharon después del descanso y desde luego no tuvieron absolutamente nada que ver con los del anuncio de antaño. Fueron silbidos reprobación. Una manifestación de desagrado y protesta, porque el que no pitaba era el equipo de casa. Hubo repetidos abucheos por el deficiente espectáculo que estaba ofreciendo el Valencia ante un Sevilla que acabó sacándole los colores, mientras los seguidores más fieles y radicales, con repetidos cánticos, reclamaban a los futbolistas testosterona. Pero, ¡que si quieres arroz, Catalina! Me decía un amigo durante el partido, antes del desaguisado, que desde que de un tiempo a esta parte el equipo andaluz se le atragantaba al Valencia. Escudriñas resultados y dices, oye, pues sí, es verdad. Tiene razón. No es un rival cómodo. Pero en ocasiones no hay que mirar sólo lo que hace el llamado enemigo que, aparte de la calidad de sus jugadores, siempre ha demostrado lo que todos conocemos; que saber manejar a la perfección los tiempos de los partidos. Sin embargo hay veces, como ocurrió en esta oportunidad, que es conveniente ir más allá de lo que hace el contrario. Es más cosa de analizar los errores propios (mirar el ombligo defensivo) que el acierto del rival. En el repaso que el Sevilla le dio al Valencia hubo demasiado de eso. Fue casi como lo del equipo aspirina, que califican algunos para fotografiar al que alivia los males ajenos. Por eso pitó Mestalla. Porque el Valencia no supo pitar y porque después de dar con la puntilla al Stoke se mostró torpe e incapaz frente al Sevilla. Eso fue un lujo que la afición no pasó por alto.
366 (Publicado en Las Provincias el 27 de febrero de 2012)














25/2/12

EL FÚTBOL ES ASÍ

24/2/12

No era cuestión de neutrinos

Esto no era como ese experimento de los neutrinos que ahora dicen que tiene un error. ¡Después de todo lo que se habrán gastado ese centenar de científicos! Aquí no se podía permitir ningún cable suelto que pudiera cuestionar la clasificación para los octavos de final de la Europa League, aunque antes del gol de Jonás hubo un chispazo de Jones que puso el silencio en Mestalla, en evidencia el sistema defensivo, y a la vez desveló de nuevo las buenas cualidades de Vicente Guaita.
Partido flojito al margen, al final se logró el objetivo. Misión cumplida. Es lo que tocaba. Después del estocazo en Britania era obligatorio el descabello en Valencia para adentrarse en la siguiente ronda y seguir ilusionando a una afición que continúa pensando en un título, porque además sus jugadores se lo dicen así. De palabra, eso sí, pero lo dicen. Pero ahora mismo hay que mirar ya al Sevilla, que el domingo acudirá a Mestalla con once puntos de desventaja. Tiempo habrá de pensar en el PSV Eindhoven, que por cierto vendrá a Valencia en vísperas de la semana fallera. Pero en estos momentos hay que poner los cinco sentidos en el compromiso de Liga. El partido con los andaluces ha de servir para afianzar la ventaja. Para echar raya en la tabla. Porque mirando la clasificación, como dice un amigo mío, el Valencia lo tiene “chupaito”, y a menos que cometa errores imperdonables, va a conseguir la tercera plaza con la gorra. No hay más que mirar qué es lo que han hecho y están haciendo los rivales. Prácticamente aparecen a igual distancia del Valencia que de los puestos de descenso. Otrosí digo: Como era de esperar, no habría que ser Rappel, Unai le dio ayer la titularidad a Dani Parejo, que por tercera vez en la temporada disputó los noventa minutos. Sin llegar a destacar, el jugador madrileño mostró más criterio que en otras participaciones. Pero hay que verlo más y habrá que esperar al domingo para ver si continúa esa confianza y no es flor de un día.
365 (Publicado en Las Provincias, 24 de febrero de 2011)

22/2/12

La hora de una pareja

La grave lesión de Éver ha sido el desencadenante y parece lógico que se espere que Unai le ofrezca mayor continuidad a Parejo. Es lo que toca, aparte de que el club haya decidido que no va a buscar un relevo para el argentino, cosa que por otra parte ahora mismo resulta una tarea complicada.
A esa continuidad también es necesario añadirle que el jugador madrileño se espabile en los entrenamientos para contentar al técnico. Pero un futbolista necesita jugar y eso de decir que por la ausencia de Éver llega la hora de Parejo, no suena nada bien. Lo de la hora de, lleva a pensar en un programa de humor de esos que dan en alguna televisión las noches de los sábados. En todo caso ha de ser la hora de la pareja, primero de Unai, que es quien ha de darle cancha, y luego del jugador para eliminar críticas. Se han cumplido muchas horas de la competición de Liga. Exactamente 69 y en ese tiempo Parejo sólo ha participado en algo menos de cinco y, además, de forma muy escalonada: 79 minutos en su primera intervención, frente al Mallorca (jornada octava), después media parte ante el Zaragoza; 61 cuando el Real Madrid visitó Mestalla; 24 en campo del Betis; 8 minutos más el día del Málaga; 65 en la última jornada de la primera vuelta, frente a la Real Sociedad, y 6 minutos el domingo, en el Camp Nou. Con Éver lesionado en la primera vuelta (cinco partidos) Parejo sólo tuvo dos opciones (Real Madrid y Betis). Por eso el ataque que le llega desde algunos sectores, suena desmedido. Con características diferentes, se incorporó en el verano como el pretendido relevo del argentino, al que se le buscaba acomodo. Costó seis millones y es cierto que hasta el momento no ha ofrecido apenas nada. Pero resulta injusto cargar las tintas o decir que ha sido un error su fichaje. A nadie se le olvida jugar al fútbol en unos meses. Por eso insisto en que, en todo caso, llega la hora de la pareja: la de Unai y la de él. De los dos.
364 (Publicado en Las Provincias, el 22 de febrero de 2012)








21/2/12

Aprende alemán, tío

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.526 (21-2-2012)

17/2/12

Allí el Stoke; aquí, la puntilla

El Valencia se sabía la lección de carrerilla cuando llegó a Britania y dio la estocada al Stoke. Fue efectivo y como no sufrió ningún despiste, los octavos los tiene en el bote, porque además dicen que los ingleses bajan en las salidas. Así, pues, pudo haber descabello, pero para la puntilla habrá que esperar al jueves que viene, en Mestalla.
Estaba claro que el Stoke se iba a empeñar en hacer lo único que sabe. Tampoco había que consultar a ningún vidente de esos que aparecen de madruga en las televisiones para adivinarlo. Se limitó a enviar repetidos centros hacia el área rival. Una y otra vez, "pim-pam, pim-pam", erre que erre, hasta aburrir. Los ingleses, ¡alma de cántaro!, no tuvieron más argumentos que esos, y para contrarrestarlos bastó la efectividad del eje de la zaga, de nuevo con Rami y Dealbert, que tiraron raya, y con el portero Guaita muy seguro en todas las acciones por alto. Aquellos hicieron lo único que sabían y el Valencia lo que tocaba. Jugar al fútbol. Por el pasto que decía Di Stéfano. Y sin estridencias demostró que es mejor. Se olvidó de especulaciones y mandó. Llevó la iniciativa y acabó por romper la racha inglesa, porque en competición continental el Stoke no conocía la derrota en su Britania. Sin sorpresas en la alineación (el domingo hay que visitar al Camp Nou), el Valencia hizo lo que tenía que hacer. Realmente pudo haber machacado, pero fue efectivo por medio de un golazo de Topal. Un tanto de esos que vale la pena verlo varias veces repetido, que supone un paso de Gulliver hacia los octavos, que se deben de remachar la semana que viene en Mestalla. Por cierto, no quiero dejar pasar la oportunidad: Señores de la UEFA, háganselo ver. En Inglaterra, que hace un frío que pela, fijan el horario del encuentro a las nueve de la noche y aquí va y lo ponen a las siete de la tarde, cuando la gente todavía está en el trabajo. Aparte de comer bien, no se olviden la medicación. ¡El mundo al revés!
363 (Publicado en Las Provincias el 17 de febrero de 2012)











16/2/12

La reforma laboral

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.525 (14-2-2012)

15/2/12

Favorito real y en el papel

A pesar de que en Inglaterra las apuestas dan como favorito al Valencia, conviene mantener la serenidad, que si no se quiere ver como una virtud, desde luego es una magnífica compañera de viaje. No hay nada peor que un exceso de confianza, sobre todo porque hay algunas dolorosas experiencias continentales, como Genk y Leverkusen, que han de servir de ejemplo para no volver a caer en la misma sima.
El Stoke City tuvo momentos de esplendor en las década de los sesenta y setenta, pero la realidad determina que hoy por hoy no es nadie en el concierto continental. Y además, en la Premier, no pasa de ser un conjunto mediocre, que deambula en mitad de la clasificación, tratando de escabullirse del pelotón de los torpes.
La advertencia inicial viene precisamente por eso, por esas circunstancias que son las que pueden convertirse en el peor enemigo de un Valencia tan capaz de ofrecer la mejor imagen como de romper el espejo. Debido a lo apretado del calendario y en algún caso a las lesiones, en los últimos partidos Unai ha introducido varias permutas. Las necesarias rotaciones. Y ante el partido con el equipo inglés, por sus características de juego y teniendo en cuenta que tres días después ha de rendir visita al Camp Nou, no es de extrañar que vuelva a hacerlo. Realmente lo extraño es que no lo hiciera. Aparte de Guaita en la portería, porque le toca y probablemente porque domina mejor que Alves el llamado juego aéreo, tan común para los británicos, en el centro de la defensa podrían repetir Rami y Dealbert, del mismo modo que Tino y Albelda, éste echando raya en el centro, a pesar de que acumula ya cuatro encuentros consecutivos sin descansar. Esto de ahora no ha de verse como un partido de la ilusión. La realidad ha de prevalecer por encima de todo. Y ahora mismo dice que el Valencia es el favorito y que ha de demostrarlo.
362 (Publicado en Las Provincias, el 15-2-2012)




13/2/12

La botella sigue a mitad

Stoke City, Barcelona, otra vez el equipo inglés, Sevilla… ¡Casi na!, que diría un castizo. Es el inmediato calendario del Valencia, que al ganar ayer al Sporting rompió la mala racha que le perseguía en la Liga, porque desde mediados de diciembre no se había echado una victoria a la boca. Sin embargo, para evitar suspicacias, que las hay, añadiremos enseguida que tras el lejano triunfo ante el Málaga, y a pesar del fútbol decepcionante y de una penosa derrota en Mestalla, los cuatro empates en campo ajeno habían sido suficientes para que el equipo se mantuviera la tercera plaza. Un puesto que con la goleada ante los asturianos prácticamente tiene adjudicado en propiedad.
Pero a lo que íbamos. Ayer no valía otra cosa que ganar, que es la premisa del cualquier equipo, aunque algunos puristas más cándidos, como dicen que una vez dijo Valdano, seguimos pensando que esto es un espectáculo y también importa gustar. Claro que a veces hay que ganar por encima de cualquier otra consideración. Sobre todo después de acumular cinco jornadas de sequía liguera, de la reciente y dolorosa decepción de Copa y, con el panorama que se avecina en los próximos veinte días. Pues, como que no había más tutía que asegurar los tres puntos. El Valencia cumplió el guión a la perfección. Eficacia, aunque su interpretación no sirve para optar a los Goya, aunque en el tramo final Jonás rubricara la victoria en goleada. La botella sigue estando a mitad, ¿eh? No nos engañemos. Se puede ver medio llena o se puede ver medio vacía, según el optimismo de cada cual, o dependiendo de que alguien se ponga la bufanda para analizar lo que sucede. Pero, con la mano en el corazón, hasta que Botia no marcó en propia puerta y dejó el partido visto para sentencia, hubo más de lo de siempre. La reacción de la grada sirve de termómetro. Que sí, que el Valencia fue muy superior y mejor que el Sporting, que mira donde está. Pero, ojo, que los cuatro goles no nos impidan ver el horizonte.
361 (Publicado en Las Provincias el 13 de febrero de 2012)



10/2/12

Tiempos difíciles

Nos advierten de que se avecinan tiempos difíciles. Lo escuchamos todos los días y desde todos los ángulos del salón. Dicen que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que ahora toca apechugar con las consecuencias. Hay que meter tijera.
Son los mensajes que cada minuto recibimos de los que llaman próceres de la patria. Pero estos tiros no van tan alto. Después de lo que pasó el miércoles en el Camp Nou, dicen que la reflexión en el Valencia es bastante más que obligada. Como siempre, ¿no? Hay que analizar por qué ocurrió lo que ocurrió, y también como siempre, el razonamiento no sólo es del entrenador y los jugadores, a pesar de que son quienes están, quienes estuvieron, en primera línea de fuego. Las consideraciones llegan más lejos. Desde el presidente y… y del presidente, porque el consejo no tiene mucho que decir, hasta los aficionados y medios. Desde la noche del miércoles da la impresión de que cierta fijación en establecer un antes y un después y eso nos lleva a un planteamiento erróneo. Perder el llamado partido de la ilusión significó un desencanto, sí, aunque enfrente estuviera el mejor equipo del mundo. La realidad decía que se esperaba más del Valencia, porque puede darlo, y porque el rival no estaba en su mejor momento (¡menos mal, que si llega a estar…!) Un resultado nunca debe de extrapolarse de un todo, y dejando al aparte los errores de jugadores a los que hace dos días se les ponía en un pedestal, el Valencia que vimos en el Camp Nou fue muy blandito. Aunque no tan distinto del de otras ocasiones. Hubo decepción porque la final estaba cerca. Pero es que a lo mejor el listón se ha colocado demasiado alto, resulta que hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades y, como se avecinan tiempos difíciles, hay que meter tijera.
360 (Publicado en Las Provincias el 10 de febrero de 2012)



8/2/12

El día en que a Pep le costó salivar

Muchos lo han calificado como el partido de la ilusión. Y para el Valencia hay que aceptarlo así, siempre que se utilice el término como sinónimo de anhelo y no de esperanza infundada. Es un partido de optimismo, de creencia y de certidumbre. Delante está el Barça, al que se le ha bautizado como mejor equipo del mundo. Seguramente lo es. Pero no todos los días se presenta la posibilidad de alcanzar la final de Copa, y si mejorar el tercer puesto de la Liga hoy por hoy es una quimera, a un partido el Valencia está perfectamente capacitado para dar la campanada. Eso sí, mientras no se duerme en la segunda parte, como en otras ocasiones, y acabe besando la lona. Se puede caer, claro, pero con dignidad.

La máxima presión es para los catalanes, porque llegar a la final es más que una obligación para ellos (porque aunque queda mucho campeonato, el Madrid ha enfilado la directa y a ver quién le coge) y el Valencia no debe de desaprovechar la oportunidad de hacer historia. Ha de salir a ganar y eso es tener las cosa todavía más claras, si cabe.

Todo el mundo sabe que los últimos resultados en terreno azulgrana han sido negativos. Las estadísticas no son favorables. Pero aparte de que lo que realmente cuenta es el presente, recordemos que en la inmediata anterior visita, al filo del descanso Pep tuvo que aflojarse el nudo de la corbata para salivar bien. A ver si se repite.

Un millar de aficionados, a pesar de la que está cayendo en el plano social, que no es poca, hoy, un día laborable, arroparán al Valencia en el Camp Nou. A esos, como al centenar de seguidores que ayer acudieron a Manises para despedir al equipo, no se les puede llamar soñadores. Tienen ilusión. Creen. Como muchos creyeron en el "yes we can" que parecía un imposible.

Hay que aferrarse al dicho de "el no ya lo tengo y voy a por el si". Porque es posible. Si ayer en la terminal de Manises hubo un centenar de valientes dando ánimos, ¿qué puede ocurrir esta madrugada si el Valencia logra el objetivo?

359 (Publicado en Las Provincias el 8 de febrero de 2012)




7/2/12

Hablémonos de tú a usted

Publicado en el semanario Valencia Fruits, nº 2.524 (7-2-12)

6/2/12

Ensayo general para el Camp Nou

­Aunque los entrenadores se empeñan en hacernos creer en eso de no mirar más allá del encuentro inmediato, lo de ir partido a partido, e insisten en que sólo piensan en el del momento, seguro que en situaciones como la de ayer no fue así. No creo que Unai Emery aparcara un solo instante el horizonte inmediato, porque el miércoles el Valencia se juega en el Camp Nou el pase a la final de la Copa del Rey. Seguro que no. A pesar de que en el Vicente Calderón el técnico de Fuenterrabía presentó una alineación sin excesivas reservas, lo que en este caso le avala, porque se trataba de reforzar la tercera plaza de la Liga, y lo consiguió.
­En Madrid el Valencia dijo que va a más. Al revés de lo que nos está explicando el comedido Rajoy en cada intervención. No ha ganado todavía en el nuevo año, pero la buena actitud defensiva y la ambición ante un equipo que no había perdido desde que llegó Simeone, ofrecen satisfacción y se puede entender como una especie de ensayo general para lo que se avecina en Barcelona. ­En el Camp Nou al Valencia le va a esperar el más difícil todavía. A las lógicas dificultades que entraña ganar a un equipo que lo borda y juega al escondite con el balón (y no lo digo porque Pinto se pueda transformar en el ‘MàgicAndreu y se lo haga desaparecer bajo la axila), se une la presión de jugar en terreno contrario, con la necesidad de marcar por el empate a uno de Mestalla. Sin embargo, por otro lado podría pesarles el exceso de motivación (que es lo debería aprovechar el Valencia) pues ven como el Madrid mantiene diferencias y, con un presupuesto que como el de los del Bernabéu supera con creces el de todos los demás, no se puede permitir dejar pasar la oportunidad de lograr un título. ­La eliminatoria, se quiera o no, está marcada por el error arbitral de González González que vio todo el mundo, y para este partido hay dos cosas fundamentales: mantener la intensidad como ayer en Madrid y, como decía aquel, «no pido que me den, pero por favor, que no me quiten…»
358 (Publicado en Las Provincias el 6 de febrero de 2012)







3/2/12

Groucho, Pinto y el árbitro

Aunque la espontaneidad es una virtud reflejo de la sinceridad, siempre es conveniente hacer un ejercicio reflexivo. Lo exige el paso de las horas y además a mí me lo pide el cuerpo. Y no precisamente por todo lo que se ha dicho, sino por todo lo que se ha callado sobre una decisión de González González, que por si alguno no lo sabe, es el árbitro que dirigió el Valencia-Barça de Copa.
No conozco a nadie que no le gusten las películas de los Hermanos Marx. Y seguramente el tal González González no será una excepción. ¿Y a qué viene esto? Pues a que cuando en el minuto 20 Soldado se anticipó a Piqué, y Punto, fuera del área, interceptó con la mano la trayectoria del balón (falta y expulsión, lo hemos visto todos), González González se vistió e Groucho en "Sopa de ganso". "¿A quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?" vino a decir, mientras la grada se convirtió en una enorme bandada de palomas por el masivo agitar de pañuelos de indignación.
Agua pasado no mueve molino y además es posible que, como una vez dijo Helenio Herrera, con diez se juegue mejor y encima se gane. Pero sin hacer un drama, y aunque queda el partido del Camp Nou, no está de más recordar a quien corresponda que la eliminatoria está marcada desde ese minuto 20. ¿O se podría decir que desde que Sandro Rosell habló de los árbitros y dijo que este año no pinta bien la cosa?
¿Y lo de Pinto, qué? El portero del Barça admitió que efectivamente tocó el balón... Pero puntualizó que fue con el sobaco. ¡Ay si hubiera sido con la ingle! Por cierto, ¿tendrá algo que ver lo de la axila del guardameta con el hecho de que el Barça firmara ayer mismo un contrato con Rexona?
Aunque enfadó a la grada, Pinto se las pintó solo para hacernos sonreír. Pero González González no tuvo ni pizca de gracia. El genial cómico podría decir de él que, partiendo de la nada, en Mestalla alcanzó las más altas cimas de la incompetencia. Y eso, el jefe de los árbitros debería de saber que puede costar una final.
357 (Publicado en Las Provincias el 3 de febrero de 2012)
 
 

2/2/12

El fútbol visto por mi amigo Pau Folgado

Un regalo de mi amigo Pau Folgado

1/2/12

Un bocado para golosos

Apenas queda nada para llegar a la final de la Copa, pero como para el Valencia ese nada se llama superar al Barça, se convierte en un mucho. La competición a doble partido es desde hace tiempo una losa porque el recargado calendario exige mayor esfuerzo a todos los equipos, y aunque la confianza y la ilusión están muy vivas, para apear a los azulgrana a doble partido hay que atarse los machos.
Como decía aquél, según las estadísticas las estadísticas no son muy de fiar. Y esto viene a cuento porque, por mucho que al Valencia le envuelva cierto halo de favorito por haber salido airoso de los cuatro últimos duelos a doble partido, el Barça de Guardiola tiene algunas simientes de aquél último, pero la realidad y los números determinan que dista mucho del que dirigieron Van Gaal o Rijkaard. Probabalemtne para el Valencia hubiera sido mucho más favorable un duelo a un solo partido. Seguro que Unai lo hubiera preferido. Primero porque podría dar más descanso a los jugadores para afrontar la batalla liguera, y segundo porque a encuentro único los planteamientos son diferentes. Aquí no valen especulaciones. Sin tiempo para enmendar errores, es necesario ir de cara, como a él más le gusta. Pero es lo que hay. A pesar de que nadie puede poner en duda que el Valencia es capaz de bajar los humos al Barça, alguien recordará que los marcadores de los últimos en la Liga no le han sido favorables, y entre tanto otros se aferrarán a los "casis" y a que eso no es más que agua pasada. Claro, si es para los enfrentamientos a 180 minutos, también lo será para esto.
Ausencias al margen, en la eliminatoria aparecen dos circunstancias que van a tener un enorme peso. Una es el factor campo. Aunque hoy se llene Mestalla, la rúbrica hay que ponerla la semana que viene en el Camp Nou... La otra es el hecho de que la Copa es un bocado muy apetecible. El Barça, alejado del título de Liga, debe tener hambre. Pero resulta que en este torneo el Valencia es muy goloso.

356 (Publicado en Las Provincias el 1 de febrero de 2012)








Al pasajero desconocido


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.523 (31-1-12)