30/1/15

HUELE A RANCIO

El personal no anda nada conforme con lo que pasa y cada vez muestra menos confianza en la Justicia. Tanto por la demora, que se las trae, como por las sentencias. Pero, pongamos que estamos hablando de deporte; de la sanción que hace un par de días le impuso a Ronaldo el Comité de Competición de la FEF, aunque sin olvidar que el castigo de dos partidos de suspensión, que ha sembrado un descontento casi general, no es más que la prolongación de lo que está ocurriendo en la sociedad.
Según el color del aficionado los dos partidos al madridista pueden parecer más o menos justos aunque, tonos aparte, son muchas las voces que desde las redes sociales a la tertulias se han dejado oír, preguntándose por qué sólo dos encuentros, cuando por acciones similares el castigo ha sido superior. Para el ciudadano de a pie es algo parecido a lo que planteó Luis Bárcenas apenas salir de Soto del Real tras pagar la fianza. El ex tesorero del PP comparó su situación en prisión con los casos de Jordi Pujol y Rodrigo Rato, ya que entiende que ha estado viviendo un atropello porque no le han dado el mismo tratamiento.
La Justicia determinará si hay arbitrariedad. En el deporte, desde luego, parece que sí. Los aficionados de Mestalla, como ocurre en otros recintos, conocen bien la veleidad en las sanciones deportivas. No es un asunto nuevo. Sin ir demasiado lejos, en las primeras jornadas de misma temporada Alexis Ruano (Getafe) fue sancionado con cuatro encuentros por un manotazo a Mandzukic (Atlético de Madrid) aunque, claro, el Comité de Competición, como ahora, emitió la sentencia basándose en la redacción del acta. Y mientras que en un caso el árbitro describió que la expulsión del ex valencianista fue por "golpear con la mano en la cara de un adversario, empleando fuerza excesiva", en el otro señaló que el futbolista portugués dio "una patada a un adversario, sin estar el balón a distancia de ser jugado". Por lo tanto, todo lo complementario con Edimar –y otros jugadores del Córdoba– que las televisiones repitieron una y otra vez queda como un efluvio y refuerza la convicción de que es necesario que el legislador se remangue las puñetas y tome las medidas para mejorar un régimen jurídico obsoleto que no hace más que alimentar discusiones y acusaciones.
Y hablando de acusaciones. ¡Cómo huelen las recientes de Villar a Tebas y Cardenal! El que por cargo es máximo responsable del fútbol español, quiere asegurarse unos años más la poltrona. Va camino de los 30 años y no consta que se haya planteado abdicar en favor de alguno de sus tres hijos. Ahora  por el poder anda a la greña con el presidente de la Liga Profesional, y por las auditorias con el secretario de Estado para el Deporte. Y amenaza con paralizar la competición. A lo mejor ha llegado el momento de levantar las alfombras de los despachos y tirar de la manta en esa parcela del fútbol, y airearla bien aireada para que desaparezca de una vez por todas el intenso olor a rancio y a naftalina que la envuelve.
 
567 (Publicado en Las Provincias, el 30 de enero de 2015)

27/1/15

Un cáncer de la sociedad

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.658 (27 de enero de 2015)

23/1/15

DESQUITE Y FICHAJES

Tarde o temprano el fútbol suele ofrecer un desquite, sustantivo que parece menos agresivo que otras acepciones que suenan más provocadoras, como venganza o vendetta. Una cosa es la rivalidad y otra lo que implica hostilidades. Tengamos la fiesta en paz. Nadie pone en duda que el valencianismo le tiene ganas al Sevilla, porque en su última visita a Mestalla el equipo andaluz frustró las aspiraciones de alcanzar la final de la Europa League. Hay ganas de resarcirse. Aquello supuso un mazazo tremendo que costó de digerir. Incluso seguro que los que son acérrimos recuerdan más el primero de mayo del año pasado por el gol de M´Bia que por los actos de ese día internacional del movimiento obrero.
El desencanto fue superior porque el Valencia estaba a escasos veinte segundos de Turín. Además enfadó mucho la carrera de alegría que se dio por la banda el técnico que unos años antes había estado tres temporadas sentado en el banquillo local. Se juntó todo. Pero no es necesario que desde algunos sectores se aireen las circunstancias. La derrota dolió en el corazón del aficionado y la ausencia en la final, además de en prestigio, también hizo mella en la economía del club.
El domingo es otra historia. No hay ninguna final, y aunque por delante quedarán 18 jornadas, ese partido con el Sevilla –ganas de ganar aparte– supone bastante más de tres puntos. Pero no sólo por tratarse de un adversario directo en la lucha por una plaza para disputar la próxima edición de la Champions. Es eso y más. El Valencia tiene una obligación, sin mirar atrás ni pensar en si regresa Banega o si en el banquillo está Unai Emery. Debe de dar un definitivo paso adelante y borrar la debacle en la Copa y los apuros que tuvo ante el Almería, porque a pesar del golazo de Negrego terminó pidiendo la hora.
Cuando después de ese encuentro Nuno anticipó que la semana iba a ser muy importante para el futuro del Valencia, probablemente sólo se refería a su deseo de que se lleven a cabo nuevas incorporaciones para reforzar la plantilla, aunque cuando habló de echar mano del filial seguro que lo hizo con la boca pequeña porque espera que su avalista, Mendes, mueva ficha.
En otra situación se podría decir que con la plantilla que hay y con el compromiso de sólo 19 partidos por delante, es más que suficiente. Aunque, claro, si lo otro supone mejorar lo que hay, y dado que el amo tiene muchos duros, pues bienvenido sea, porque como se suele decir en valenciano, "Quant més sucre, més dolç". Y que se lo tuiteen traducido a Lim, porque parece que el valencianismo no se conforma con lo que le han ofrecido hasta el momento.

566 (Publicado en Las Provincias. el 23 de enero de 2015)

20/1/15

La OPEP se ahoga

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.657 (20 de enero de 2015)

16/1/15

CASTILLOS EN EL AIRE

Opinar de la ampliación del contrato del entrenador del Valencia es, probablemente, hacerlo con cierta ventaja por la proximidad de la humillación copera en Cornellá. Pero es lo que hay y no se puede obviar. Las cosas fueron así y así hay que verlas. El Valencia anunció la prolongación del acuerdo con Nuno y pocas horas después, ¡pum!, el batacazo en lo que el técnico portugués había calificado de "primera final".
Los castillos en el aire se fueron a pique. El Valencia partía con ventaja del 2-1 de Mestalla, aparecía favorito en el llamado lado propicio de la competición para alcanzar la final, pero se derramó la leche del cántaro. Fue una enorme decepción que con otra actitud podía haberse entendido como un accidente del juego. Pero como llevó emparejados repetidos despropósitos, ni puede ni debe quedar ahí. La descorazonadora imagen de Cornellá resultó la prolongación de los dos partidos frente al Rayo y del anterior con el Espanyol, y el desenlace no deja lugar a dudas. ¡A ver si resulta que  el accidente del juego fue el partido de Liga contra el Madrid o el del Eibar...!
Llevamos un tiempo inmersos en sondeos y encuestas. En año de elecciones se amontonan los estudios y estadísticas de asuntos políticos, y ahora de cuestiones deportivas y sociales. Claro que las que afectan al Valencia, como ha sido la renovación de Nuno o la eliminación de la Copa, no tienen un ápice de carácter vinculante. No son un espejo que vaya a reflejar si luego en las urnas el personal traga con esto, con lo otro, o si se puede o no se puede. Son un reflejo de una coyuntura, con nula repercusión, igual que las que se han hecho en torno al grito, gruñido o rezongo de Cristiano, que realmente no pasan de revelar su personalidad al salir del hábitat natural.
Aunque siempre se ha dicho que la masa es soberana y que tiene un amplio poder de decisión cuando en el estadio sentencia a coro –en el pasado no muy lejanos hemos visto como más de un presidente, máximo accionista, tuvo que hacer las maletas por el mensaje del  orfeón–, en la situación actual a Peter Lim, allá en Singapur, le debe traer al pairo cualquier crítica que se haga sobre si ha sido o no acertado renovar a Nuno hasta el año 2018, si la dirección deportiva no tenía ningún interés en la Copa y si el rendimiento del equipo es el que se espera después de la inversión que ha hecho.
Aunque quien sí se ha pronunciado es Kim Lim. Ha enviado un mensaje ¿a la afición o a los periodistas? a través de las redes sociales. "¿Cómo puede cualquiera de vosotros dar la espalda y atacar sólo por el partido de ayer?" Sin comentarios, que habla la hija del amo. Esto ya no es un club de fútbol a la antigua usanza. Nada que ver.
565 (Publicado en Las Provincias, 16 de enero de 2015)

14/1/15

Je suis Charlie

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.656 (13 de enero de 2015)

10/1/15

A veces prefiero dibujar que escribir.

  Seguiremos luchando con  nuestra arma, que no mata. Je suis Charlie

9/1/15

EXAMEN DE CONCIENCIA



Un partido también basta para soñar toda una competición, porque así de relativo es el fútbol. La idea de Benedetti sobre la vida y el tiempo, cambiando el nombre de ambos elementos, probablemente evidencia lo que ha sido el Valencia en Mestalla en los últimos días, en los dos últimos partidos. Aunque refleje los recientes enfrentamientos con Real Madrid y Espanyol, no se trata de compararlos como el azúcar con la sal, el día con la noche o el hielo con el fuego. A cada cual, lo suyo. Pero probablemente se infravaloró el merecido triunfo frente al trasatlántico y de esa manera ha sobrecogido tanto la apurada victoria ante lo que para muchos no debía de ser más que un paseo en barca, que acabó con marejada y desde luego sin perder de vista los chalecos salvavidas.
Por delante de las elementales comparaciones conviene hacer una amplia lectura de lo ocurrido, y aunque en la búsqueda de todos los porqués posibles aparecen los argumentos de siempre, destaca sin embargo que, a pesar de que muchos dicen que para el Valencia la Copa de este año se presenta como una buena oportunidad, en general el equipo ha ofrecido demasiadas lagunas. Además, no se puedo obviar el aparente escaso interés general que despierta el torneo. Basta con echar una mirada a las gradas de los distintos recintos y también observar que desde hace tiempo todos los equipos llevan emparejada en exceso, y en muchos casos labrada a fuego, la palabra rotaciones. Porque una cosa son unos cambios y otra poner al equipo del revés.
A lo mejor al Valencia, o mejor dicho, a Nuno tampoco le interesa la Copa tanto como se ha estado diciendo. En el partido con el Espanyol –como hizo en el anterior ante el Rayo–­, el técnico portugués volvió a meter mano a las rotaciones. Si en aquella ocasión fueron ocho cambios, en esta siete. Y aparte del acierto o no del planteamiento, así como de lo que hizo o dejó de hacer el rival, la consecuencia de tantas permutas fue que repercutieron en el juego del equipo.
Las rotaciones influyeron en dos sentidos, y no precisamente a partes iguales. Por un lado contribuyeron por la aptitud –con pe– de una plantilla que evidencia escaso fondo de armario, y por otro, debido a la actitud –con ce– de determinados jugadores, que tampoco resultó ser ejemplar que digamos. Todo eso provocó que el apurado triunfo sobre al Espanyol contrastara tanto con la brillante victoria de tres días antes frente al Real Madrid. Porque por encima de todas las demás consideraciones aparece, y debe computarse, la actitud, la disposición, el talante...
Desde luego no toca que un equipo que se precie termine el partido reclamando la hora, y no estaría de más que Nuno y los jugadores hicieran examen de conciencia antes de viajar a Cornellá.
564 (Publicado en Las Provincias el 9 de enero de 2015)

5/1/15

LA BOLA DE DI STÉFANO

Con el Valencia-Real Madrid a vuelta de página, es obligado aparcar las disyuntivas que nos planteamos todos los años por estas fechas. Lo ver si nos decidimos a reanudar las clases de inglés, si ordenamos la colección de sellos que nos regaló el abuelo, o lo de ponernos a régimen para bajar de peso. El partido  del domingo tiene demasiada enjundia como para distraer la atención con reiterados propósitos que siempre acabamos por incumplir.
Quien sí que ha cumplido, mejor dicho, quien cumplió para darle la bienvenida a 2015 con más confianza fue el Valencia. Su victoria en Eibar, en el último compromiso del año, le condujo a la cuarta plaza y además con amplió la cuota de seguridad, aunque ahora ha de ratificarse en lo que siempre es como doblar el cabo de Hornos en plena tempestad, porque el rival se las trae.
Empezar el año con un Valencia-Real Madrid no está nada mal, sobre todo cuando estamos con mono de buenos partidos, y en este caso los dos equipos tienen sobrada capacidad para ofrecer un buen espectáculo. Además son de vísperas de Reyes, y si Mechor o Gaspar, no sé quién... bueno, el rey Lim, ya le ha adelantado a Nuno un Enzo Pérez, los aficionados de Mestalla también escribieron su carta y esperan el regalo en forma de victoria de su equipo. Después resultará como resultará, porque hasta que no metes el cuchillo no sabes si el melón tiene sabor a pepino o qué. Pero hay ingredientes para ver una buena función y para que el Valencia demuestre a qué aspira.
A pesar de que, como dijo Perich, según las estadísticas, las estadísticas nunca dicen la verdad, y de que cada partido es una historia que poco tiene que ver con la de la temporada anterior, al Valencia no se le han dado mal los inicios de año. En el último decenio ha obtenido buenos resultados. Es un dato. Y ahora, con el debut o no del esperado Enzo, con un 3-5-2, o un 4-2-3-1 o un hache i, jota, ka,  da igual, dice que está decidido a plantarle cara al líder que regresa de Dubái pluri laureado, aunque con la espinita del 4-2 del bolo con el Milan.
Sandros Reyes aparte, la sensatez recomienda que anticiparse a los acontecimientos es de insolentes. Lo dijo Di Stéfano, que de fútbol debía de saber algo: "¿Crees vos que sho tengo una bola...?", respondió con su aire porteño al periodista que le solicitó un pronóstico. Por eso, este tipo de partidos, aunque el corazón de muchos está barriendo para casa desde hace días, conviene jugarlos a triple. Y sobre todo, disfrutarlos, aunque, como se han vendido todas las entradas, haya de ser en un plasma, como las comparecencias de Rajoy. Pero el cartel es de partidazo.
563 (Publicado en Las Provincias, el 2 de enero de 2015)