5/1/15

LA BOLA DE DI STÉFANO

Con el Valencia-Real Madrid a vuelta de página, es obligado aparcar las disyuntivas que nos planteamos todos los años por estas fechas. Lo ver si nos decidimos a reanudar las clases de inglés, si ordenamos la colección de sellos que nos regaló el abuelo, o lo de ponernos a régimen para bajar de peso. El partido  del domingo tiene demasiada enjundia como para distraer la atención con reiterados propósitos que siempre acabamos por incumplir.
Quien sí que ha cumplido, mejor dicho, quien cumplió para darle la bienvenida a 2015 con más confianza fue el Valencia. Su victoria en Eibar, en el último compromiso del año, le condujo a la cuarta plaza y además con amplió la cuota de seguridad, aunque ahora ha de ratificarse en lo que siempre es como doblar el cabo de Hornos en plena tempestad, porque el rival se las trae.
Empezar el año con un Valencia-Real Madrid no está nada mal, sobre todo cuando estamos con mono de buenos partidos, y en este caso los dos equipos tienen sobrada capacidad para ofrecer un buen espectáculo. Además son de vísperas de Reyes, y si Mechor o Gaspar, no sé quién... bueno, el rey Lim, ya le ha adelantado a Nuno un Enzo Pérez, los aficionados de Mestalla también escribieron su carta y esperan el regalo en forma de victoria de su equipo. Después resultará como resultará, porque hasta que no metes el cuchillo no sabes si el melón tiene sabor a pepino o qué. Pero hay ingredientes para ver una buena función y para que el Valencia demuestre a qué aspira.
A pesar de que, como dijo Perich, según las estadísticas, las estadísticas nunca dicen la verdad, y de que cada partido es una historia que poco tiene que ver con la de la temporada anterior, al Valencia no se le han dado mal los inicios de año. En el último decenio ha obtenido buenos resultados. Es un dato. Y ahora, con el debut o no del esperado Enzo, con un 3-5-2, o un 4-2-3-1 o un hache i, jota, ka,  da igual, dice que está decidido a plantarle cara al líder que regresa de Dubái pluri laureado, aunque con la espinita del 4-2 del bolo con el Milan.
Sandros Reyes aparte, la sensatez recomienda que anticiparse a los acontecimientos es de insolentes. Lo dijo Di Stéfano, que de fútbol debía de saber algo: "¿Crees vos que sho tengo una bola...?", respondió con su aire porteño al periodista que le solicitó un pronóstico. Por eso, este tipo de partidos, aunque el corazón de muchos está barriendo para casa desde hace días, conviene jugarlos a triple. Y sobre todo, disfrutarlos, aunque, como se han vendido todas las entradas, haya de ser en un plasma, como las comparecencias de Rajoy. Pero el cartel es de partidazo.
563 (Publicado en Las Provincias, el 2 de enero de 2015)

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