Con el Valencia-Real Madrid a vuelta de
página, es obligado aparcar las disyuntivas que nos planteamos todos los años
por estas fechas. Lo ver si nos decidimos a reanudar las clases de inglés, si
ordenamos la colección de sellos que nos regaló el abuelo, o lo de ponernos a
régimen para bajar de peso. El partido del
domingo tiene demasiada enjundia como para distraer la atención con reiterados propósitos
que siempre acabamos por incumplir.
Quien sí que ha cumplido, mejor dicho, quien
cumplió para darle la bienvenida a 2015 con más confianza fue el Valencia. Su
victoria en Eibar, en el último compromiso del año, le condujo a la cuarta
plaza y además con amplió la cuota de seguridad, aunque ahora ha de ratificarse
en lo que siempre es como doblar el cabo de Hornos en plena tempestad, porque
el rival se las trae.
Empezar el año con un Valencia-Real
Madrid no está nada mal, sobre todo cuando estamos con mono de buenos partidos,
y en este caso los dos equipos tienen sobrada capacidad para ofrecer un buen
espectáculo. Además son de vísperas de Reyes, y si Mechor o Gaspar, no sé quién...
bueno, el rey Lim, ya le ha adelantado a Nuno un Enzo Pérez, los aficionados de
Mestalla también escribieron su carta y esperan el regalo en forma de victoria
de su equipo. Después resultará como resultará, porque hasta que no metes el cuchillo
no sabes si el melón tiene sabor a pepino o qué. Pero hay ingredientes para ver
una buena función y para que el Valencia demuestre a qué aspira.
A pesar de que, como dijo Perich, según
las estadísticas, las estadísticas nunca dicen la verdad, y de que cada partido
es una historia que poco tiene que ver con la de la temporada anterior, al
Valencia no se le han dado mal los inicios de año. En el último decenio ha
obtenido buenos resultados. Es un dato. Y ahora, con el debut o no del esperado
Enzo, con un 3-5-2, o un 4-2-3-1 o un hache i, jota, ka, da igual, dice que está decidido a plantarle
cara al líder que regresa de Dubái pluri laureado, aunque con la espinita del
4-2 del bolo con el Milan.
Sandros Reyes aparte, la sensatez
recomienda que anticiparse a los acontecimientos es de insolentes. Lo dijo Di
Stéfano, que de fútbol debía de saber algo: "¿Crees vos que sho tengo una
bola...?", respondió con su aire porteño al periodista que le solicitó un
pronóstico. Por eso, este tipo de partidos, aunque el corazón de muchos está
barriendo para casa desde hace días, conviene jugarlos a triple. Y sobre todo, disfrutarlos,
aunque, como se han vendido todas las entradas, haya de ser en un plasma, como
las comparecencias de Rajoy. Pero el cartel es de partidazo.
563 (Publicado en Las Provincias, el 2 de enero de 2015)
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