31/3/15

Injertos

Publicdao en Valencia Fruits, nº 2.667 (31 de marzo de 2015)

24/3/15

Carnicería política

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.666 (24 marzo 2015)

20/3/15

UN EQUIPO PRIMAVERAL

La primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Lo escribió don Antonio de quien desconozco si era o no un aficionado al fútbol, aunque seguro que de haberlo sido, en alguna tertulia como las del Café Español hubiera insinuado a sus camaradas que la primavera tiene bastante que ver con el Valencia, porque no se trata solo de un término astronómico. En literatura también sugiere ideas de cambio y renovación, y el equipo de Mestalla precisamente lleva tiempo en eso, metido en un periodo de evidente crecimiento después de unos años de desasosiego. La primavera, a pesar del tiempecito que la acompaña, está ahí.
La actitud que ha mostrado el equipo blanquinegro evidencia esa coyuntura primaveral de rejuvenecimiento y cambio, y a medida que van pasando las jornadas aumenta la confianza. La de los jugadores y la de una afición muy comprometida, que seguramente hoy acudirá en elevado número al campo Martínez Valero.
El Valencia viaja a Elche decidido a refrendar la tercera plaza que ocupa, y parece que poco va a importar la ausencia del sancionado Rodrigo, la del lesionado Enzo Pérez, o la alineación o no del renqueante Negredo porque ha regresado el talismán Alcácer. El torrentino es una garantía para tratar de aumentar la racha de seis partidos consecutivos sin perder –16 puntos sobre los 18 posibles–, que es lo en esta recta final, a once jornadas de que caiga el telón, ha llevado a que el horizonte blanquinegro se vea mucho más despejado y se incrementen las aspiraciones.
El Valencia arrancó el campeonato con entrenador nuevo, jugadores nuevos y, por lo tanto, con la mochila de un mar de dudas, pero ha conseguido muy buenos resultados en la Liga y hoy por hoy aparece situado en un lugar de privilegio que muy pocos, por no decir nadie, podía imaginarse hace unos meses. Ahora se desenvuelve en un paisaje del que fue asiduo en otro tiempo, que no está dispuesto a abandonar. Y aunque a estas alturas del torneo todavía no está claro a qué juega, los números le avalan y claro, después de tanto padecer, es más que suficiente para volver a ilusionar a una afición que estaba hartita de ver que el equipo, el club en general, navegaba en aguas de absoluta mediocridad.
A la estabilidad económica que aportó la llegada del empresario Peter Lim –ya no tienen sentido, y por eso apenas se repiten los almuerzos playeros y los contubernios de una oposición viejuna– se han incorporado los buenos resultados. De esa forma el primaveral Valencia ha dejado atrás el tufo a fritanga, le ha plantado cara a los equipos XXL, ha vuelto a codearse con ellos y además no pierde comba con los que menos pintan. Bueno, vamos a verlo en Elche.

573 (Publicado en Las Provincias, el 20 de marzo de 2015)

17/3/15

El lápiz del esteta


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.665  (17 de marzo de 2015)

13/3/15

EL MACHO ALFA



En el fútbol también hay machos alfa. Y machos beta y muchos machos omega. Como ocurre en cualquier orden jerárquico, en el deporte aparecen los diferentes roles que se utilizan en los estudios antropológicos, aunque solo se cita, porque destaca, el que alude al líder; al hombre de mayor relieve en el grupo. Los otros van de gris. Por ejemplo, Ronaldo y Messi personalizan al individuo dominante en sus respectivos equipos, Real Madrid y Barcelona. Son el prototipo. Pero además, en el mundo futbolístico, existen otros escalafones en los que de la misma forma aparece ese término de privilegio, como es en el caso de algunos entrenadores, e incluso de presidentes de clubes.
El concepto de macho alfa, no obstante, se puede entender de diferentes formas, y además en algunas ocasiones se interpreta erróneamente porque se trata de individuos que sin llegar a alcanzar el caudillaje, desarrollan la patología de hacer ver al resto de los mortales que ellos están por encima del bien y del mal. Son el macho-macho. Sin ir más lejos es lo que ofreció el miércoles Mourinho cuando culpó abiertamente a sus jugadores del batacazo continental que se había dado el Chelsea. Y no se trata de un ejemplo aislado, porque en el fútbol ha habido, hay y seguirá habiendo muchos casos más. Pero el macho alfa como tal, el individuo con rango, que es respetado y seguido por el resto de la manada, es otra cosa muy diferente. ¡Y lo sabes!, que diría Julio Iglesias.
En el Valencia hay más de un aspirante a convertirse en macho alfa. En la plantilla, tal vez por tratarse de un equipo que está moldeándose, no aparece un líder carismático como otro tiempo lo fue, pongamos por caso, Mario Alberto Kempes. Sin embargo han surgido una serie de jugadores que han ido adquiriendo un peso significativo, como son los casos de Javi Fuego, que bien podría decirse que aunque en la sombra tiene mucha ascendencia en el vestuario, o de Nicolás Otamendi, porque para los aficionados el defensa argentino representa el prototipo de futbolista de raza, implicado y con carácter. Los dos están en ese buen camino.
Si miramos en la orilla social de la entidad también aparecen una serie de individuos con rango y alta posición que son venerados por los aficionados. Sin embargo ser macho alfa en el Valencia es un privilegio que ahora mismo podría decirse que solo lo atesora Amadeo Salvo, y no me atrevo a decir que del todo. Aunque, eso sí, desde que se inició el proceso de venta del club, el presidente ejecutivo adquirió una condición que, si las cosas siguen como están yendo –y no tienen porqué cambiar–, le conducirán a asegurarse ese epíteto.

572 (Publicado en Las Provincias, el 13 de marzo de 2015)

10/3/15

El sobre sorpresa


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.664 (10 de marzo de 2015)

8/3/15

Muchas veces prefiero dibujar que escribir

 
-o-o-o-o-o-
 
(Dedicado a la capitán del Ejército de Tierra Zaida Cantera, que denuncia en el libro No, mi general el acoso sexual y laboral que sufrió por parte de su superior, el coronel Isidro José de Lezcano-Mújica, que cumple prisión y a quien le regalan una estrellita más a pesar de estar acusado de un delito)


6/3/15

TURNING POINT

Al fijar la vista en el partido que el domingo disputará el Valencia en el Calderón, viene al pelo ese término tan coloquial como es el llamado "punto de inflexión", aunque si en lugar de entenderlo como "un momento crucial" –que es lo que en realidad representa– nos atenemos al valor que conlleva, resulta que más que de un punto tendríamos que estar hablando de tres, porque en realidad nos referimos a la posibilidad de lograr una victoria; es en lo que sueñan todos los aficionados blanquinegros para ver como su equipo desplaza al de los colchoneros y se afinca en la tercera plaza de la clasificación. ¡Menudo golpe de mano a la competición!
Un punto es la ventaja que mantiene el Atlético de Madrid, asentado temporalmente en ese escalón de privilegio, y por eso el resultado de este encuentro, aunque ni se debe ni se puede calificar como definitivo para alcanzar el objetivo final –ya que todavía quedarán por delante doce jornadas, que nada menos que equivalen a 36 puntos en disputa–, sí que podría establecer un antes y un después, y marcar eso que los ingleses llaman "tourning point", pues la coyuntura invita a pensar que se trata de un momento clave en la temporada.
Incluso, al ser un enfrentamiento entre dos rivales tan directos, también podría decirse que este es de esos partidos en los que la victoria entraña más valor de los tres puntos, y no solamente por los que uno se apunta y otro deja de anotarse; interviene también el aspecto anímico. Y habrá que ver, además, cómo afrontan el duelo uno y otro equipo –los valencianistas llegan en mejor momento, aunque el factor campo debe influir– y desde luego en qué medida afectan a uno y otro equipo las ausencias de futbolistas fundamentales, especialmente la de Griezmann en el Atlético y, si no hay recuperación de última hora, la del central Otamendi en el Valencia.   
En circunstancias así es cuando los más adeptos se aferran como nunca a eso de que los resultados mandan, máxima futbolística que quienes consideramos que por encima de cualquier marcador debe de prevalecer el proyecto y el espectáculo, algunas veces tenemos que aceptarla y mantener silencio, porque no es cuestión forzar argumentos cuando la realidad de los guarismos se vuelven en nuestra contra. Es como aquello de que las finales no se juegan; las finales se ganan.
Siempre se mantendrá la disyuntiva de qué es más importante, si el buen juego o el resultado. Sin embargo ahora mismo en el valencianismo eso es lo que menos preocupa. La realidad desplaza a ese dilema viciosamente circular, porque la finalidad del juego es conseguir la victoria, y desde luego ganarle al Atlético encumbraría al Valencia, que hasta hace bien poco miraba más lo que podía hacer sus perseguidores, Sevilla y Villarreal –a los que a pesar de todo no debería de olvidar– que lo que se estaba cociendo por delante.
 
    571  (Publicado en Las Provincias, el 6 de marzo de 2015)

3/3/15

¡Así nos va...!

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.663 (3 de marzo de 2015)