30/4/10

Argucia y pericia

A mediados de los años noventa, cuando Luis Aragonés entrenó al Valencia, recuerdo que en un partido disputado en el vetusto San Mamés, provocó al árbitro deliberadamente para que le amonestara; para que se cebara con él y así, de esa manera, frenar un momento del juego que consideraba que no le convenía para nada. Valiera o no la argucia, sus jugadores acabaron por arrancar una victoria que, aunque eso sí, fue por la mínima (0-1), contribuyó decididamente a que el equipo alcanzara el subcampeonato de la competición.
Aragonés tiene un carácter...vamos a decir complicado, pero sabe un montón de esto del fútbol, como ha demostrado 'trente-six fois', que dicen los franceses para exagerar. Cuando el Sabio no está de mala gaita, en distendida charla es un ameno y atractivo conversador. De vuelta al hotel, tras la cena, con unos cafés y marlboros por medio, explicó el porqué de la belicosa actitud.
Luis defendía a sus futbolistas hasta el último suspiro, y del mismo modo que hizo célebre aforismo relativo a la importancia de alcanzar las diez últimas jornadas del torneo con opciones de dar el zarpazo a la Liga, sostuvo que los partidos se manejan en el campo y también fuera de él.
Todo esto viene a cuento por cuanto ha ocurrido en el llamado partido de la temporada, que por cierto al final no ha sido para tanto. Estos últimos días, en los que más de uno ha sentido cierta pelusilla porque su Valencia, en años recientes protagonista, ha sido un mero observador de la final anticipada de la Champions, se ha hablado mucho de las maniobras dialécticas de los entrenadores. En especial de José Mourinho. Antes y después de apear al Barça de la final del Bernabéu se le ha puesto a bajar de un burro.
Y claro, enseguida viene a la memoria aquello que explicaba el Sabio de Hortaleza. Los partidos se manejan dentro y fuera del terreno de juego. En eso el entrenador portugués es un alumno aventajado. Pero eso no se aprende en un día ni en dos. Lo digo por si a alguien se le ocurre pedírselo a Emery.
89. (Las Provincias, a 30 de abril de 2010)

28/4/10

Cuestión de criterio

Con lo de la renovación de Emery ocurre lo mismo que con una enorme cantidad de citas célebres que todos creemos haber escuchado, que incluso hemos reproducido, pero que jamás se pronunciaron por los personajes a los que se les atribuye. «Unai, ¿hablamos de tu contrato?», sería el ejemplo que asignaríamos a Manuel Llorente, pero por lo que se ve sólo cabe la posibilidad de que se pronuncie en el supuesto de que el Valencia asegure la tercera plaza en la clasificación liguera, porque todo hace pensar que ese es el requisito imprescindible que exige el presidente para dar continuidad al proyecto del entrenador guipuzcoano.
O sea, que no se ha pronunciado, aunque alguno no se lo crea porque estamos a cuatro jornadas del final de la competición. Pero no, de verdad, no es real. Esa frase es un mito. Es similar a esas citas que nunca se han dicho y cuyo ejemplo más significativo lo podemos encontrar en lo del «Sam, tócala otra vez», que se le atribuye a Humphrey Bogart en su interpretación de Rick Blaine, el protagonista de la inolvidable película 'Casablanca'. Pero resulta que en el guión no aparece tal mandato. Pero lo mismo ocurre con el «elemental, querido Watson», que en ningún original de las obras de Conan Doyle pronuncia Sherlock Holmes, y no digamos con el «disculpe si no me levanto», que aseguran que figura en el epitafio del cómico estadounidense Groucho Marx que también es una leyenda.
A cuatro puntos de terminar la Liga como tercer clasificado, el Valencia no ha dicho todavía a sus aficionados qué futuro preve y, una vez más, la situación conduce a que las sospechas se repitan y el asunto huela, como repite y canta el gazpacho si te pasas en la medida de la cebolla y el ajo.
Unai y su equipo técnico sigue sin saber qué va a pasar el 30 de junio. El proyecto sólo llega hasta ahí. Y esa frase sí que no tiene vuelta de hoja porque Llorente ha dicho que depende de los resultados. No es invención. Es cosa de criterio. Lo mismo que aquello de «disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco bien», que dijo Groucho.
88. (Publicado en Las Provincias, 28 de abril de 2010)

¡Pinchazo en hueso!

Valencia Fruits, nº 2.443 (27 de abril 2010)

26/4/10

La cantera y la cartera

Como el descenso del filial valencianista es un hecho incuestionable, los mandamases del club deberían hacer una lectura pragmática de la situación, ahora que atravesamos un laberinto en el que tanto se habla de fichajes y refuerzos. Con ello no insinúo siquiera que el primer equipo deba de nutrirse necesariamente de futbolistas del Mestalla. Pero resultaría interesante replantearse el trabajo que se hace en Paterna para que en un futuro la cantera pudiera ofrecer más frutos de los que ahora recoge el primer equipo.
Claro que, como a cuatro jornadas del final del torneo, con el Valencia en tercera posición, no se sabe siquiera si a Unai Emery le van a ofrecer la renovación, resultar una osadía imaginar que algún técnico se arriesgase a utilizar noveles y desconocidos, a no ser por necesidad, porque se lo exigiera el guión, que es lo que últimamente le ha ocurrido al entrenador guipuzcoano con algunos futbolistas; o lo que sucedió a finales de los ochenta, tras la pesadilla de la Segunda y la caja llena de telarañas, cuando el equipo tuvo que sustentarse con los Quique, Voro, Arias, Subirats, Fernando, Arroyo, Revert, Giner, Camarasa, Fenoll. Cantera y cartera deben ser términos análogos.
Tal como está el patio, lo más importante ahora mismo es que el Valencia despida la Liga en tercera posición, porque un regate a la fase previa de la Champions ofrece la posibilidad de realizar determinados bolos o una gira que proporcionaría un importante rendimiento económico.
Esa clasificación debe ser el objetivo prioritario de los técnicos. Pero las mentes pensantes de la sociedad (un pajarito que anida en la plaza de Manises me cuenta que se avecina una inmediata e importante incorporación) deberían de mirar más allá. Plantear un proyecto con cimientos sólidos, con estabilidad de criterios a pesar de las presiones de la grada o de los medios, para que se alcance el éxito sin que nadie pueda decir aquello de que se ha logrado 'a pesar de lo que se ha hecho'. Vamos, que si la inteligencia les persigue, que no traten de ser más rápidos y se dejen atrapar...
87. (Las Provincias, 26 de abril de 2010)

24/4/10

Paco Camarasa

23/4/10

Fútbol en el poblado Nubio

Una de las habituales visitas estando en Assuán es a un poblado Nubio, al que se accede en lancha por el Nilo. La gran sorpresa para el visitante de este enclave turístico ("Mas barato que en el carrefur", reza uno de los carteles promocionales de uno de los bazares) es el contraste que ofrecen las casas de adobe con, por ejemplo, el ordenador que utilizan en la farmacia del lugar para reponer el género. ¡Ah! y tienen un campo de fútbol con iluminación artificial.

Gritos de silencio

A cinco jornadas del final de la Liga se mantiene la incógnita sobre el futuro de Unai Emery como entrenador del Valencia. Aparte del peso de las opiniones mediáticas, y en algún caso de injerencias, los reiterados gritos de silencio de Manuel Llorente y el semblante que ofrece el técnico son augurio de una inminente despedida, a pesar de que el equipo esté en el camino de concluir una buena temporada.
Frente a la debilitada imagen que el Valencia ha ofrecido en los últimos desplazamientos, en el otro lado de la balanza gana peso la ventaja adquirida en el torneo y la fortaleza de Mestalla, con una afición que sueña en volver a disfrutar de la Champions. Eso es lo hace confiar en que no habrá guapo que le arrebate la tercera plaza.
Pero lo de Unai sí o Unai no, es harina de otro costal. El próximo 30 de junio expira el contrato del entrenador de Fuenterrabía y de momento el presidente del Valencia se resiste a hablar de la posible continuidad. No dice ni mu. Ni un mínimo guiño. Se mantiene hermético y, con más o menos habilidad, elude pronunciarse. Y ante la lógica presión de los directos, se destapa con verónicas y chicuelinas. Cada vez que los intermedios o finales de los partidos televisados han permitido que el locutor de turno le ponga la alcachofa delante, Manolo ha escurrido la respuesta con la misma habilidad con la que se escabullen las anguilas de la Albufera.
Pero las recientes visitas de Llorente al despacho de Unai en la ciudad deportiva de Paterna (el martes fue la última), no han hecho más que avivar las ascuas de la desconfianza. Aparte de que algunos futbolistas salgan a dar su opinión, lo delata la expresión del entrenador, los comentarios que se escuchan en su entorno y que desde el del presidente se intente sofocar el fuego con argumentos que resultan altamente inflamables.
Si al final es que no, pues bueno... Pero si ha de seguir, ¿por qué esperar tanto? ¿Se habrán planteado que cuando fueran a sacarlo a bailar ya tuviera pareja? Los gritos de silencio dicen que sí.
86. (Las Provincias, 23 de abril de 2010)

21/4/10

Un pitbull con pedigrí

Hace ya algún tiempo que el Valencia salió de caza en busca de un pitbull, del deseado mediocentro defensivo que eche raya y en un futuro pueda tomar el testigo que deje David Albelda. Entre otros horizontes, la dirección deportiva blanquinegra ha echado la red en el mercado argentino y turco, y los nombres de Fabián Rinaudo y Mehmet Topal aparecen en la agenda de Fernando Gómez destacados con el tradicional rotulador-iluminador amarillo.
El interés por un perro de presa tiene, entre otras, la lectura de que la confianza de los técnicos en Hedwiges Maduro es muy escasa, por no utilizar un adjetivo más concluyente. En enero de 2008 el Valencia pagó algo más de dos millones de euros por acelerar la incorporación del joven futbolista que llegó a Mestalla de la mano de su paisano holandés Ronald Koeman, y hasta hoy sus participaciones obedecen casi exclusivamente al rosario de lesiones que ha despedazado la plantilla. Así lo refleja la ausencia de continuidad en una determinada demarcación.
Ahora se busca un guardián con pedigrí y a las tres máximas para llevar a cabo una ventajosa adquisición (lo de bueno, bonito y barato) sería conveniente añadirle que si lo que se compra queda a mano, cerquita de casa, mejor que mejor.
Garantizarse a coste cero la presencia de jugadores como el portugués Costa o el francés Feghouli es perfecto, de enhorabuena, del mismo modo que debería ser innecesario tener que hacer las maletas para incorporar a determinado tipo de futbolistas y, menos todavía, estar obligado a abrir el billetero de par en par.
Con independencia de que a nadie se le escapa la apretada situación económica que atraviesa el Valencia, si para localizar un centrocampista de contención o un defensa hay que echar mano de un catalejo y del talonario, asusta pensar qué no habrá que hacer si, como se insiste, al final de la temporada Villa y Silva dejan huérfano el ataque blanquinegro...
85. (Las Provincias, 21 de abril de 2010)

19/4/10

Fernando Giner

El monumento

Valencia Fruits, nº 2.442 (20 de abril de 2010)

Nube de ceniza en Madrid

El comandante de la nave hizo un par de arriesgadas maniobras. Incluso hay quien las calificaría de atrevidas. Pero a pesar de su audacia las partículas de la ceniza emergente del volcán contienen roca y mineral que causa múltiples daños en las turbinas, en los flaps y en los sensores. El aparato aparentó que podía remontar el vuelo, pero fue un simple espejismo y ante el inminente peligro acabó por tomar tierra deprisa y corriendo.
El Bernabéu también estaba en ebullición, como el Eyjafjalla, y el cráter de la Castellana echaba un humo igual de denso y peligroso. ¡Allí están como para permitirse un traspié! Malos aires corren, y como el sábado Barça les había dado un respiro, los madridistas no podían dejarlo pasar. No arrojan la toalla porque no hay nada decidido. Aún queda Liga. Y queda mucho por decir también para la Champions, aunque al Valencia parece se le ha olvidado.
El remate de Juan Mata en la primera parte, cuando Casillas despejó en corto tras un testarazo de Alexis, fue una bocanada de aire fresco. La nube que estaba erosionando el aparato blanquinegro podía desvanecerse. Después, en el segundo periodo, otro decidido intento, esta vez con David Silva como protagonista, que estrelló el balón donde se cruzan el poste y el larguero. ¿Se diluye definitivamente? Pues no. Porque ahí se acabó todo. Pare usted de contar. Desde luego, en este trayecto no hubo que pagar exceso de equipaje.
El Valencia fue comparsa en este viaje. Una vez más, ¡y vuelta con la burra al trigo!, que allí son muy cansinos, siguieron con anhelos y tentaciones para desviar la atención de todos los problemas que les agobian.
Sin embargo en esta oportunidad no fue a costa de los Silva o Villa como acostumbran. A escasas horas del partido, en la meseta metieron presión a Pellegrini buscando la complicidad de Cristiano. Provocaron que el futbolista portugués hablara de Mourinho y Capello como alternativas al banquillo. Les salió bien. No hubo ansiedad, mientras que al Valencia le cegó la nube de ceniza.
84. (Las Provincias, 19 de abril de 2010)

La cola de Celestino

Valencia Fruits, nº 2.441 (13 de abril de 2010)

¡Marchando una de precios!

Valencia Fruits, nº 2.440 (6 de abril de 2010)

¡Es bastante MAYORcito para andarse con más ojo!

Valencia Fruits, nº 2.439 (30 de marzo 2010)

16/4/10

Cantos de sirena

Desde hace muchos años (y no digo desde que tengo uso de razón para privar a los enemigos del chiste fácil), cuando como ahora empieza la cuenta atrás, cuando se aproxima el final del campeonato, siempre se desempolva la misma cantinela. Fulanito tiene una oferta de tal equipo, menganito sueña con jugar en tal otro y zutanito ya ha pactado su marcha.
Sólo quedan seis jornadas para que termine la competición y se trata de buscar y proponer acomodo a futbolistas que deslumbran, que tienen mercado, que pueden desequilibrar al contrario y, en muchos casos, que militan en equipos con limitados recursos financieros. Y como en el Valencia concurren esas circunstancias, en las oficinas de Pintor Monleón, aunque sólo quieren centrar su atención en que el equipo consiga acabar tercero de la Liga, no encuentran la forma de zafarse de las redes mediáticas.
Esa reiteración de rumores, de alguna realidad y de excesivas invenciones -que de todo hay- en otras temporadas incluso se produjo bastante antes de alcanzar estas fechas. Especialmente se dio en momentos en los que el equipo le había sacado los colores a alguno de los trasatlánticos que soltaron amarras como máximos favoritos. Supongo que en aquellas circunstancias el mensaje se hacía en busca del desequilibrio del rival o, como ahora me inclino a pensar, para desviar la atención de los agobios propios, que a algunos se les amontonan.
A lo mejor esa situación es la que ha provocado que, a nada de la visita del Valencia al Bernabéu, desde la meseta insistan en llevarse a Silva, aunque a esa ambición ya le han salido canas. Que el Valencia está obligado a traspasar a algún jugador y que el canario, por sus cualidades, tiene mercado son dos realidades incuestionables. Sin embargo, ni es momento de hablar de salidas ni creo que los cantos de sirena vayan a distraer al futbolista, y menos que obliguen a Unai a tener que taponar con cera los oídos de su tripulación, como Ulises en la Odisea. Todos están demasiado acostumbrados a la cantinela que se repite cada año.
83. (Las Provincias, 16 de abril de 2010)

14/4/10

Llamar o salir a abrir

En las últimas horas en Valencia deben de haberse agotado las existencias de navajas. Aparte de que cada vez hay menos cuchillerías por el empuje de las grandes superficies, aquí somos muy dados a conjugar el verbo ensartar. Nos gusta. No hay más que ponerse cara a la tele cuando ofrecen un programa de esos que tiene tanta audiencia. De los que del interrogatorio insípido se pasa a la acusación pueril para acabar atravesando al don nadie que se ha puesto por delante.
En el Valencia ahora le ha tocado el turno a Éver, como consecuencia del enfrentamiento pectoral (el dialéctico no se escuchó) que mantuvo con Unai cuando en el partido frente al Mallorca el entrenador decidió sustituirle.
No es la primera ni será la última vez que en situación similar un futbolista abandona el campo con cara de pocos amigos. No se trata de buscar excusas ni justificaciones. El club o el entrenador sancionarán al jugador como consideren o, mejor dicho, les permita el reglamento. Pero a casi doscientas pulsaciones por minuto, el marcador en contra y la certeza de saber que uno lo está haciendo mal, resulta fácil imaginar que un chaval de veintidós años pueda perder los nervios, aparte de que el técnico tampoco estuvo afortunado con su 'pechazo'.
Hace unos años, un gran futbolista que fue del Valencia, Roberto Fernández, pagó una multa de un millón de las antiguas pesetas por un desaire a su entrenador, Carlos Parreira. Al determinar su sustitución, el centrocampista internacional, camino del vestuario, le espetó: «No tienes ni puta idea».
Entonces el club hizo lo que debía y pasó página, que es lo que debe hacer ahora. Lo que más conviene. ¿O es que es mejor ajusticiar a Éver en la plaza pública? Se impone la coherencia, aunque se mantengan las incertidumbres sobre el futuro de Unai y de más cosas. Lo que cuenta es ganar mañana al Athletic, el domingo al Madrid y seguir en la pelea por la tercera plaza. Que los aficionados no pierdan la confianza y lleven al equipo en volandas. No nos confundamos. Que no es lo mismo llamar que salir a abrir.
82. (Las Provincias, 14 de abril de 2010)

12/4/10

Champions y actitud

Me irrita leer por ahí que la victoria del Barça sobre el Real Madrid ya ha decidido la Liga. Miro la clasificación y observo que todavía quedan siete jornadas, que son veintiún puntos y, aunque no lo parezca, a mí me parecen muchos o, al menos, suficientes para que exista opción de que las cosas no queden como están.
Y me ocurre lo mismo con la situación del Valencia y sus perseguidores en la lucha por la tercera plaza, aunque en este caso sucede al revés. Esto está lleno de 'rappeles' y 'aramises' y para muchos parece que la derrota de ayer en Mallorca haya apeado a los blanquinegros de la Champions. Como si ya hubieran perdido el tren continental, cuando la realidad dice que el equipo mantiene cinco puntos de ventaja sobre el rival que le precede.
Es evidente que una victoria en terreno balear hubiera supuesto más fuelle en el colchón de puntos. Pero el no haberlo hecho no debe de representar más motivo que analizar detenidamente todos los errores que cometió el equipo, la falta de intensidad, el porqué de una nueva lesión muscular y la actitud impropia de Banega cuando su entrenador decidió reemplazarlo, aunque el futbolista luego admitió su error y pidió disculpas.
Si la imagen de Ever deja en mal lugar la autoridad en el vestuario y la dolencia de Maduro, que pondremos en cuarentena, vuelve a disparar las críticas sobre el elevado número de lesiones musculares, no es menos inquietante la imagen que transmitió el equipo, especialmente en la primera parte. Cuando se reciben tres goles y quien más elogios recibe es tu portero... ¿Se dan una idea de lo que debe de haber pasado en ese partido?
El 3-2 engaña a más no poder. El Valencia pudo volverse a la península con media docena bajo el brazo. Y sí, intentó reaccionar y maquilló el resultado, pero se desperezó muy tarde, demasiado tarde, aunque sigue tercero en la lucha por la Champions. ¡De momento aún debemos de mirar la botella medio llena!
81. (Las Provincias, 12 de abril de 2010)

Miroslav Djukic


9/4/10

Un árbitro en el belén

Sólo sé que es alemán. Pero ni sé como se llama ni me interesa ni siquiera por curiosidad voy a mirarlo en la ficha técnica del partido. Paso. Sólo sé que se trata de un individuo que estuvo mal aconsejado desde que era bien pequeño, porque me imagino que sería en la adolescencia cuando dijo en casa que iba a empezar en el arbitraje y entonces nadie de su entorno le recomendó que eligiera un camino distinto, que ese no iba a ser el idóneo.

El día en que comunicó la decisión a su padre, aquél le debía haber cruzado la cara. Hace unos años una bofetada a tiempo estaba bien vista y algunos, incluso, sostienen que ayudaba a meter a los chavales en vereda.

De haber actuado así, ¡qué pena que no lo hiciera!, anoche ese árbitro alemán no habría desquiciado a los valencianistas en el Calderón. Habría estado en su casa, en Baviera o en la Baja Sajonia, ¡yo que sé donde vive!, viendo el 'Pasa palabra' que harán en su país, o una serie tipo 'Bones', 'CSI' o 'House', porque me imagino que si los jueves emiten la réplica de 'La Noria' o 'Dónde estás corazón', allí él sería uno de los protagonistas que por, vaya usted a saber qué méritos, se someten a una batería de absurdas preguntas.

Pero no. El chaval quiso ser árbitro. Incluso, digo que por su ineptitud podía haberse dedicado a la política y ahora, a lo mejor, la señora Merkel estaría echando pestes porque habría metido al país en el grupito ese que los economistas europeos han denominado PIGS y en el que nos incluyen.

Pero, no. Quiso ser árbitro y anoche se cruzó en el camino del Valencia, en la vuelta de los cuartos de final de la Europa League. ¡También es mala suerte! Con tanto árbitro malo como hay por ahí, tuvo que tocar el peor de la lista.

¿Creen que todo esto lo digo por el claro penalti que Juanito cometió sobre Zigic, que tendrá que llevar su camiseta a zurcir? No. ¡Qué va! Hasta ese minuto las reiteradas meteduras de pata del alemán habían sacado de quicio a los colchoneros y a los valencianistas. ¡Había montado un belén! Pero desde ese instante, además, se vistió de 'caganer'.

80. (Las Provincias, 9 de abril de 2010)

8/4/10

La sopa de Mafalda

Ahora mismo me siento como mi admirada Mafalda cuando le hablan de la sopa. Ella la odia con toda su alma. En este asunto yo no llego a tal animadversión. En todo caso lo que me la produce es, entre otras cosas, la respuesta que el ejecutivo ofrece al desempleo, el silencio del Santo Padre sobre la pederastia en el clero o que algunos políticos corruptos se vayan de rositas.
Pero aquí hemos venido a hablar de deporte y ocurre que hay argumentos que me resultan indigestos. Para aquellos que estos días se hayan despistado siquiera un milímetro de la actualidad, les recordaré que en las últimas horas nos han empachado con lo del centenario de la gran vía madrileña, y continúan, erre que erre, sin dar tregua, ahora con lo que llaman el clásico del milenio, que el domingo se disputa en el Bernabéu.
Da la sensación de que el mundo se acaba ahí. Que eso es todo y que no hay un más allá. Bueno, también se añade la incertidumbre que produce la RFEF, porque todavía se desconoce dónde se celebrará la final de Copa, y también el poder de la AFE, que ha llamado con la aldaba de la huelga, y qué respuesta ofrecerá la Liga Profesional, que a lo peor volverá a buscar cobijo en el manto del CSD. Un zurcidito en el reparto del dinero de las quinielas será la solución. Imagino la réplica de Mafalda: «¿Será más razonable preguntar dónde vamos a seguir que dónde vamos a parar?»
Bueno, aparte de todos esos asuntos que nos embuten a machamartillo, que es como uno de mis profesores se empeñaba en que debía de aprender la lista de los reyes godos, el Valencia se enfrenta mañana al Atlético, en el Calderón, en busca de un billete para las semifinales de la Europa League. Casi de puntillas, sin hacer ruido, y sin quitar méritos a lo de la gran vía, nos encontramos ante un duelo con aires de Champions en el que, después del 2-2 de Mestalla, y visto lo visto, las delanteras de los dos equipos están en condiciones de ofrecer un gran espectáculo. Estoy seguro de que Mafalda, tan argentina ella, no haría ascos a esta sopa.
79. (Las Provincias, 7 de abril de 2010)

Jaume Part

5/4/10

EL BOMBERO TORERO

Me da en la nariz que el entrañable Alfredo di Stéfano tenía razón cuandohace unos años, estando al frente del Valencia, lanzó aquella sentencia tan comentada que fue portada de LAS PROVINCIAS: «El que quiera ver espectáculo que se vaya a ver al Bombero Torero». Ha llovido bastante desde entonces y un día de estos en los que el Valencia dé poco que hablar, aprovecharé para contarles la verdadera historia de la lapidaria frase y de la situación que, para bien o para mal, tuve el privilegio de vivir en primera persona.

A pesar del tiempo transcurrido, esa parrafada hoy adquiere máximo relieve. Muchos técnicos dicen lo mismo, aunque utilizan términos menos arrogantes. Y es que a falta de ocho jornadas para el final del torneo, lo que de verdad cuenta es alcanzar el objetivo.

En el caso delValencia, con su triunfo de ayer frente al Osasuna, mantiene las distancias para acabar en los puestos de Champions sin tener que desfilar por la fase previa. Ser tercero sería el premio gordo para la próxima temporada, porque es el torneo que mejor ayuda a hacer caja, y más si el acceso es directo. Aunque como se mantiene la incógnita sobre la permanencia de las estrellas, poco o nada tendría que decir el equipo sin los Villa, Silva o Mata. Pero eso es otra historia…

Hemos empezado hablando de espectáculo y ayer la función, a pesar del 3-0, no lo tuvo. Pero tal como está montado esto del fútbol, parece que eso es lo demenos, aunque a quienes de verdad nos gusta este deporte, nos fastidia y no nos conformamos con medias tintas, a pesar de que al final acabemos dando el brazo a torcer y aceptemos que los resultados mandan. Realmente con el paso de los días lo que se recuerda no es cómo se ha conseguido los tres puntos, sino si se han logrado o no.

Ese hacer la vista gorda o no querer ver cómo se ha conseguidouna victoria adquiere mayor protagonismo cuando, como ahora, resuenan los últimos estertores de la temporada. Es el momento de hablar sólo de números. El espectáculo se deja para otras ocasiones.

78. (Publicado en Las Provincias el 5 de abril de 2010)