26/12/14

UN EQUIPO MOLDEABLE


Decirle adiós a 2014 desde una provisional cuarta posición que al final de la corrida daría derecho a disputar de Liga de Campeones, no está mal para un equipo que ha establecido esa meta como objetivo mínimo, y apenas hace cuatro días estaba con los nervios a flor de piel porque se había atascado durante cuatro jornadas consecutivas, aparte de que en la Copa del Rey el Rayo Vallecano le había sacado los colores. Por todo eso, la victoria en Ipurua antes de despedir el año ha sido el bálsamo que, como se suele decir en estas ocasiones, sí o sí necesitaba el Valencia.
A pesar de que por delante queda un largo camino, los 31 puntos que acumula el equipo a falta de tres jornadas para el final de la primera vuelta, suponen un buen visado que le debe dar confianza para tratar de alcanzar el destino. Eso sí, no conviene pasar por alto que el retrovisor avisa de que tanto el Sevilla –con un partido menos–, como el Villarreal y Málaga están ahí, pegaditos, soplando en la oreja, con lo que eso incomoda, aunque para el quienes ven fútbol sin pasiones hace que la competición se presente muy interesante.
Desde que la Liga arrancó en Sevilla y allí Nuno echó el resto en las sustituciones para recuperar un punto, ha habido de todo, como en botica. Luces y sombras, aunque ahora mismo lo que más destaca es que en el haber del entrenador portugués aparece el acierto con el último dibujo –y van cuatro–, con el que sorprendió a todos, y bastante más a Garitano.
Nuno llegó a Mestalla con la idea de un tradicional 4-4-2, aunque no tardó con cambiar para desenvolverse con tres medio centros. Poco después, por las ausencias –y también porque los rivales le habían cogido el tranquillo–, modificó el dibujo (4-2-3-1) tratando de juntar más las líneas, para que el equipo estuviera más arropadito. 
Dicen que son los jugadores quienes hacen o no buenos los sistemas, pero en la victoria en Eibar aparte de las ndividualidades, el entrenador luso estuvo sembrado. Se sabía el partido de pe a pa, que aquél escenario es más estrecho que ninguno, y sin dudar tuvo el atrevimiento de aplicar un 3-5-2.  Hizo un Valencia moldeable –con tres centrales, un sólido medio campo con dos carrileros y la pareja de delanteros– y el equipo fluyó como el agua que corre y nunca se estanca. "Be water, my friend".
Fue un paso adelante pocas horas antes de alcanzar el solsticio de invierno y el descanso para comer sosegadamente los turrones. Una victoria que se tradujo  en tranquilidad, sí, aunque para arrancar el nuevo año no cabe aquel dibujo ni mucho menos las confianzas. Ha de quedar claro que aquello es agua pasada, y si el equipo es moldeable, ahora afronta otra historia. No hace falta recordar quién visitará Mestalla.
562. (Publicado en Las Provincias el 26 de diciembre de 2014)

16/12/14

El mantra de la recuperación

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.655 (16 de diciembre de 2014)

12/12/14

FARISEÍSMO

Una cosa es luchar contra el racismo, la xenofobia y la violencia y otra muy distinta los fuegos artificiales. ¿A partir de cuántas personas insultado a coro en un campo de fútbol considera el señor Tebas que merecen un castigo ejemplar? ¿Diez, treinta, cincuenta, cien, mil...? ¿Y a qué tipo de ofensas se refiere el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP)? ¿Echará mano del "Diccionario secreto" de Camilo José Cela para elaborar su listado de afrentas e improperios? ¿Y un catálogo que establezca un baremo de sanciones?
La primera cuestión será conocer la tabla de insultos que ha considerado impropios porque, por ejemplo, si uno o un grupo de aficionados entona cánticos en los que se califica de "cabrón" a un árbitro, a un jugador rival e incluso a un político que ese día se sienta en el palco principal, Javier Tebas deberá de tener en cuenta que el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) determina en su primera acepción que la palabra alude a la persona que hace malas pasadas o resulta molesta. Vamos, que en ese caso no es tal ofensa como en general se piensa.
Una vez conozcamos ese baremo habrá que establecer el número de personajes mínimo que merece el castigo que, por lo que se dice, será la expulsión del recinto. Parece que no es lo mismo que ochenta energúmenos se acuerden del árbitro o de un rival, a que lo haga en solitario un registrador de la propiedad, un notario o un médico internista que ha ido al estadio para descargar la adrenalina que acumuló durante la semana, y curiosamente ocupe plaza... justo al lado de unos menores.
Por último, al establecer la escala de sanciones Tebas deberá de tener muy presente el principio jurídico de la proporcionalidad. El otro día escuché a un entrenador que desveló algo que sabe cualquiera que haya ido por los campos de España.  En todas partes cuecen habas. No hay ningún recinto que se escape de escuchar improperios, y si se empieza a dar puerta a los asistentes que agravian –dijo el técnico–, los estadios quedarán vacios. Además se podría añadir incluso que los partidos no acabarían jugando once contra once.
Todo lo que ha propuesto el presidente de la LFP está muy bien pero, ahora en serio, ¡va!, ¿de verdad hay alguien que pueda creer que el grave problema que supone la violencia en el fútbol –que es lo que ha desencadenado todo este asunto– se soluciona con parches? La educación es un asunto de base. Algunos podrían repasar, si lo conocen, el manual de urbanidad de Carreño. Pero el conflicto real nace de la facilidad de acceso que siempre se ha dado desde los propios clubes a los radicales que provocan los actos violentos. Lo demás es fariseísmo.
561 (Publicado en Las Provincias, el 12 de diciembre de 2014)

Apriétate el cinturón


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.654 (10 de diciembre de 2014)

2/12/14

Ropa tendida

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.653 (2 de diciembre de 2014)

1/12/14