31/10/11

Mis dibujos (72)

El violinista que hubiera querido ser carpintero

(Del libro "Ropa tendida")

Deséame trabajo, no suerte

Un veterano entrenador que hace unos pocos años estuvo al frente del Valencia, cuando antes de un partido alguien le saludaba y pronunciaba la palabra suerte, siempre replicaba que prefería que le desearan trabajo «porque sé hasta dónde puedo llegar, y en cambio la suerte es muy veleidosa».

Aunque la fortuna no es mala compañera de viaje, al Valencia de mañana hay que desearle sobre todo trabajo, porque a pesar de los titubeos que de vez en cuando muestra el equipo, también ha dicho que sabe hasta dónde puede llegar, especialmente cuando hay jugadores que muestran mayor implicación que mostraron en el pasado reciente.

Hace dos semanas, antes del partido de Leverkusen, la única apuesta válida era el hacer piña porque el equipo se disponía a afrontar un partido más que decisivo. Una final. En los encuentros previos el equipo había dado muestras de debilidad y esa ocasión recuerdo que escribí que por las circunstancias no había que poner ni un pero. No era el momento. Había demasiado en juego. Era de las pocas ocasiones en que el resultadismo estaba por encima de cualquier otra consideración.

Ahora sucede lo mismo, pero con acento y tilde añadidos. En aquel partido, a pesar del impresionante arranque, el Valencia acabó contra las cuerdas y desaprovechó una oportunidad que mañana ha de recuperar sí o sí.

Aunque lamentablemente ahora mismo es difícil que Mestalla reviva aquellas noches mágicas en las que no cabía una alfiler en las gradas (Lazio, Fiorentina, Barça, Arsenal.), la presencia del llamado jugador número doce es importante. El equipo lo agradece y lo necesita tanto como el trabajo, que está por encima de la suerte. Visto lo visto, este Valencia no precisa echar mano de la fortuna para noquear a los alemanes. No nos engañemos. Basta con que ponga intensidad.


318 (Publicado en Las Provincias, el 31 de octubre de 2011)









30/10/11

Mis dibujos (71)

Pesca de altura

(Del libro "Ropa Tendida")

28/10/11

De Costa a Costa

De Costa a Costa y tiro porque me toca. Los últimos episodios en el Valencia han puesto a Unai en boca de todos. Al margen del discreto juego pero con el alivio del triunfo que el equipo consiguió en Zaragoza, primero hubo que pasar por la casilla de Ricardo y el incendiario comunicado que elaboraron sus ¿responsables? de imagen, y ayer por la de Tino, como consecuencia de la hostilidad que durante el entrenamiento protagonizó éste y el técnico.

Probablemente Unai se aferrará a que la privacidad en los entrenamientos que acostumbra hubiera evitado que trascendiera el incidente. Salvo infiltrados, nadie lo habría presenciado. Pero ayer, amenazando lluvia y por aquello de que el campo 'secreto' está más que machacado, hubo cambio de escenario y los futbolistas se ejercitaron a la vista de todo el mundo.

Es cierto que los entrenamientos a puerta cerrada con los que se desdeña a los aficionados pueden evitar la visión de los trapos sucios. Pero lo ocurrido también se puede interpretar como que sólo con aparente 'buen rollito' no se maneja un vestuario. A Unai nadie le va a quitar el mérito de mantener al Valencia en puestos de privilegio. Los números le avalan. Pero se espera algo más, aparte de que haya habido demasiados ejemplos, no digamos de falta de autoridad, pero sí de excesiva permisibilidad en los más de tres años que lleva al frente del equipo.

Hay que seguir jugando y Unai ha de mover ficha.


317 (Publicado en Las Provincias, el 28 de octubre de 2011)







27/10/11

Mis dibujos (70)

... y mientras es escuchaba Over the Rainbow

(Del libro "Ropa Tendida")

26/10/11

Mis dibujos (69)

Instrumentos de viento

(Del libro "Ropa Tendida")

Ricardo Costa se quita las pulgas

Ricardo Costa y sus promotores llevan al Valencia de coronilla. Unai quiere aclaraciones y de momento ha prescindido de él para el partido de hoy, en Zaragoza. No es la primera vez que Ricardo, su gabinete de comunicación o su agente hacen un comunicado tan incendiario como el de anteayer y colocan al futbolista en primer plano, pero para tener que dar explicaciones.

Después de ese parte, Ricardo ha tenido que dárselas a su compañero Pablo Hernández, aunque también debería haberlo hecho al resto de la plantilla, por la desfachatez de la alusión a que con él el Valencia no pierde; y particularmente a los defensas, por la referencia a que en el gol del Athletic, aparte de citar el error del compañero, el mensaje alude también a la falta de cobertura. Me acuerdo de aquel: «¡Es que me dejáis solo!», que gritaba desesperado el portero en el patio del colegio cuando, de chavalitos, todos íbamos detrás del balón y el equipo rival en una contra nos marcaba un gol.

Ricardo ayer se sacudió las pulgas. Dijo que no era cosa de él. Que desconocía el comunicado y que los compañeros de equipo son sus hermanos. Todo eso en una extraña rueda de prensa, y no sé por qué digo extraña, porque últimamente se dan mucho. Fue de esas de estilo político, sin preguntas, que digo que ya va siendo hora de enviar a hacer puñetas a quien convoca, larga una perorata al auditorio y sanseacabó.

Para eso no era necesario dejar con el postre a mitad a los que, con el fin de poder trasladar la situación a los aficionados del Valencia, acudieron prestos a la cita. Con enviar a las redacciones el texto del sermón era más que suficiente, porque todos tenían cosas bastantes más importantes que hacer que esperar a que un señorito les dijera desde el estrado que no es cosa de él y renunciara a más aclaraciones.

Eso es algo que se está haciendo demasiado habitual. Tanto como las notas del departamento de comunicación de Ricardo Costa, que pierde el norte con tal de promocionarlo. ¡Claro que él podría enviarlos a pastar, y no lo hace!


316 (Publicado en Las Provincias, el 26 de octubre de 2011)









25/10/11

Arte en la calle


Luis Jr. ofrece arte en la calle, en Alexanderplatz de Berlin.

24/10/11

¡Venga hombre, pelillos a la mar!

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.511 (25 de octubre de 2011)

¡El día que se despierten los indigados!

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.510 (18 de octubre de 2011)

La vieja frase de Hemingway

Cuando Roberto Soldado marcó el gol con el que el Valencia evitaba la derrota frente al Athletic, enseguida me vino a la memoria una significativa frase que pronuncia Spencer Tracy en la entrañable cinta 'El viejo y el mar', película que unas horas antes del partido ofreció un canal de televisión. En la obra de Hemingway hay un momento en que el protagonista dice: «El hombre no está hecho para la derrota», y esa fue la imagen que transmitió el delantero, que llevaba ochenta y tantos minutos peleándose contra el mundo en busca de recuperar el camino del gol y, sobre todo, de evitar que arreciaran las críticas.

La actitud indolente del Valencia en algunos partidos, o mejor dicho, en parte de algunos partidos, ha levantado ampollas y ha acelerado al personal. El horno no está para demasiados bollos, a pesar de que el equipo sólo ha perdido un encuentro en la Liga (y otro en la Champions). Las críticas han arreciado en los últimos días. El Valencia no juega a nada, dicen algunos, un criterio que puede ser exagerado.

La realidad desde luego dice que el juego aburre bastante, aunque Unai Emery -¡y vuelta con la burra al trigo!- repita una vez más que está contento. ¿Contento de qué? Ayer sin ir más lejos el Valencia ofreció mucha más arena que cal y finalmente salvó los muebles porque Soldado dijo que el hombre no está hecho para la derrota.

En las últimas horas el personal se preguntaba si con la mar tan picada por la que navega el Valencia, era prudente que la junta directiva de la Agrupación de Peñas se despachara con un comunicado tan crítico contra el cuerpo técnico y la plantilla (¿Contra el consejo, no?). Ha habido términos fuera de lugar, sí, y sobre todo no procede eso de arrogarse el nombre de "la afición". Pero por lo demás. Visto lo visto, ¿qué quieren que les diga?


315 (Publicado en el diario Las Provincias, el 24 de octubre de 2011)







23/10/11

Mis dibujos (68)

Otra vuelta de tuerca a la hipoteca

(Del libro "Ropa tendida")

21/10/11

Unai, "non piove"

El Athletic ya está ahí, pero la mochila del despropósito de Leverkusen tiene demasiado peso. El personal está muy calentito como para dejarlo pasar. En Alemania el Valencia echó muchas cosas por la borda y a Unai le han caído por todos los lados y de todos los colores, debido a las circunstancias que concurrieron en el partido y a sus posteriores declaraciones.

De tener en la mano el pasaporte para los octavos, el Valencia se convirtió en un juguete roto, y si resulta inquietante la imagen que ofreció después del arrollador inicio, lo es y mucho, que el entrenador dijera que estaba contento a pesar del desastre, y que además abriera el paraguas al señalar que en años anteriores disponía de jugadores con experiencia y que ahora maneja una plantilla en crecimiento.

¿Habrá que recordarle a Unai que en la formación inicial presentó entre otros a los 'debutantes' Miguel, Rami, Albelda, Éver, Pablo, Soldado...? ¿Habrá que recordarle a Unai que además, en vísperas del inicio de la temporada, expresó su satisfacción porque contaba con la mejor plantilla de los últimos cuatro años?

Nadie va a negar que en el inicio del partido el Valencia tuviera mala suerte. En un arranque sorprendente apabulló al Leverkusen, pero le faltó puntería. Sin embargo tampoco se puede obviar que luego hubo errores puntuales, de los jugadores y del árbitro, ni que algunos futbolistas se durmieron en los laureles y que el rival, nada del otro mundo, acabó por envalentonarse ante un equipo timorato y desfondado. El abanico de circunstancias puede ser todo lo amplio que se quiera.

No se trata de poner a nadie en la picota. En ocasiones a Unai se le ha machacado de forma injusta. 'Piove?, porco governo! Non Piove?, porco governo'. Pues, no. Ahora no es eso. Pero tanto va el cántaro a la fuente... El entrenador maneja la caña y alguna responsabilidad digo yo que debe de tener en el rumbo que toma el equipo; desde las cuestiones tácticas y de actitud, hasta la gestión del vestuario.


314. (Publicado en Las Provincias el 21 de octubre de 2011)









20/10/11

Mis dibujos (67)

El teléfono de la desconfianza

(Del libro "Ropa tendida")

19/10/11

Carácter de final

Eso que dijo un estudioso de las tácticas de fútbol de que lo importante no es «estar en», sino «llegar a», se lo ha de aplicar hoy el Valencia en Leverkusen. Y seguro que lo hará, porque Unai ha dado al partido carácter de final. Sin duda la tiene, y en esta circunstancia el equipo ha de mostrar el suyo. Está obligado a ofrecer una buena -como también dicen los entendidos- «flexibilización posicional». Del resultado dependerá que se pueda seguir hablando de un objetivo que ilusione.

El Valencia se juega algo más que los cuartos para llegar a los octavos. Los euros, siempre tan necesarios en la caja de la sociedad, ahora mismo tienen menos importancia. Hay que abrir el diafragma y mirar más allá de la fase de grupos. Y hay que hacerlo por el empaque e historia del club, por lo que conlleva para su subsistencia, porque se entiende que hay plantilla para poder conseguirlo, por el prestigio individual de los técnicos y jugadores y, sobre todo, para mantener viva la ilusión de tantos valencianistas que arropan al equipo.

Unai se ha llevado a Alemania a 24 jugadores. ¡Hala, como si se tratara de una final! No es la primera vez que lo hace, pero la circunstancia ofrece tantas lecturas... Una es la de que el técnico no tiene las cosas claras sobre quién está en mejor estado de forma, que no creo. También aparece la improbable de que haya algunos jugadores con problemas físicos. Y, por último, la que hace torcer la nariz a más de uno: ¿Lo ha hecho para evitar incómodos descartes que acaben en incendios? Desde luego es más sencillo excluir a algunos futbolistas horas antes del partido que señalarlos con el dedo y dejarlos dos días entrenándose en solitario en Paterna.

Ahora mismo hay que apostar por lo más positivo. Unai quiere hacer piña, tener a todos unidos porque se trata de un partido decisivo, de una final. En las circunstancias en que se encuentra el equipo, no hay que poner un pero. Hoy no es el día. Hay demasiado en juego. Es de las pocas veces en que se admite el resultadismo.


313. (Publicado en Las Provincias el 19 de octubre de 2011)







18/10/11

Mis dibujos (66)

Desahucio

(Del libro "Ropa tendida")

17/10/11

Mis dibujos (65)

El payaso que no quería ser más que un payaso

(Del libro "Ropa tendida")

Un espejo para Unai

Hace ya tiempo que alguien debería de haberle regalado un espejo a Unai. Pero no para decir eso de «¿espejito, espejito, quién es más guapo?» No. Para que se viera la cara cada vez que, contrariado por un resultado del Valencia, insiste en la necesidad de que el equipo debe de mejorar y acentuar el control de los partidos. Da la sensación de que esas reflexiones son una especie de pase en profundidad que hace a no sé quién y ahí te las ventiles. Como si la cosa no fuera con él, cuando lo que ya toca es un examen de conciencia y reconocer en lo que, como entrenador, se equivoca. Nunca le hemos visto golpearse el pecho y admitir que la ha metido hasta el corvejón.

Es una historia que se repite demasiadas veces. Cuando no es por cansancio y acumulación de partidos, es por un error arbitral; otras veces es porque el contrario aprieta o porque hay un desacierto puntual de algún futbolista. Siempre hay algo. Una justificación. Es evidente que a toda causa le sigue un efecto. Que nada sucede por casualidad. Pero, a lo mejor, conviene ampliar el campo de visión. Evitar el árbol y mirar más allá. Porque estamos hablando del Valencia, ¿eh? Esto no es el Bollullos, que una vez dijo Di Stéfano.

Ya sabemos que en esta Liga sólo ha perdido un partido y ha empatado dos. ¿Y qué? Eso no dice demasiado. Es mucho más significativo comprobar que desde hace tiempo el equipo ofrece más y más de lo mismo, sin brillantez. Y ha de llegar un momento en que, al menos, convenga preguntarse hasta cuándo va a continuar así. Porque no es de recibo que quien aspira a ser campeón (palabras de Llorente) o sueña con ganar la Champions (palabras de Unai), se pasee cada semana por el filo de la navaja y acabe los partidos apretando el culo.

Ahora que el Valencia se dispone a afrontar en Leverkusen el ser o no ser en la competición europea, Unai debería echar mano de un espejo y, en la soledad de su despacho, sin quitar la vista del cristal, repetir las argumentaciones que ha venido haciendo después de cada partido.



312. (Publicado en Las Provincias, el 17 de octubre de 2011)







16/10/11

Mis dibujos (64)

El índice inmobiliario

(Del libro "Ropa tendida")

14/10/11

Mis dibujos (63)

Gotas de vatios

(Del libro "Ropa tendida")

El Valencia cabalga

Ni para evitar los cantos de sirena que llegan desde Barcelona Manolo Llorente va a necesitar cera para tapar los oídos de la tripulación ni tampoco será preciso que la ate a un mástil para impedir que se arroje al agua al escuchar la música de las hijas del mar, que día sí, día también, hablan del interés que en el Camp Nou despiertan Adil Rami, Víctor Ruiz, Jordi Alba y el canterano Paco Alcácer.

No es la primera vez que el presidente del Valencia se encuentra en un vamos a llamarlo aprieto de esta índole y no hay por qué dudar de que lo resolverá de la misma manera que en ocasiones precedentes. Con la eficacia de un buen gestor financiero. Pero como además hace unos días aseguró que el objetivo del Valencia es ser campeón, resulta lógico pensar que para que el equipo pueda alcanzar ese propósito, defenderá a capa y espada el potencial de la plantilla y su decisión también será la de buen gestor deportivo. Vamos, que Unai Emery puede cenar tranquilo.

Apenas se han disputado seis partidos de Liga y ya hay cuatro nombres sobre la mesa. Bueno, casi antes de comenzar el campeonato Guardiola ya se interesó por el francés. El nombre del canterano Paco Alcácer no se ha escondido, como tampoco el del otro zaguero, Víctor Ruiz, que ya ha aparecido en portada de la prensa azulgrana. Y en las últimas horas, después de su brillante debut con la selección, se ha retomado el interés por Jordi Alba.

Hay quienes consideran que esos cantos de sirena son también una manera de desestabilizar al rival. Es posible. Pero si la actuación de club es la que debe ser, no hace falta imitar a Ulises con lo de los tapones de cera ni atar al mástil a nadie, como hicieron algunos dirigentes de antaño, que con la máxima frivolidad y descaro (claro, no lo sacaban de su bolsillo) ampliaban los contratos con cifras de escándalo.

La coherencia ha de ser el timón que guíe al club. Y desde luego no le debe de inquietar que haya ladridos porque, amigo Sancho, eso es señal de que el Valencia cabalga.



311. (Publicado en Las Provincias, el 14 de octubre de 2011)









13/10/11

Mis dibujos (62)

¡Qué mala suerte! Logró montar el barco, pero se le hundió.

(De libro "Ropa tendida")

12/10/11

Cuando se habla más de la cuenta

Lo de las semanas sin Liga por los compromisos de las selecciones tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Desde la perspectiva deportiva, si hay lesionados en la plantilla, el parón se amplía el margen para recuperarlos, y si el juego que ha desarrollado el equipo ha generado dudas, sabemos que el tiempo lo cura todo.

Pero por contra cuando no se habla de fútbol, se habla de otras cosas. Sobre todo cuando hay protagonistas que dan mucho de que hablar. Y los hay, y no estaría de más que recordaran la máxima aristotélica, aquello de que «el sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice». Mas que nada por evitar lo evitable.

Sin salir de viaje, por aquí hemos tenido repetidos ejemplos. El primero, Emery con un desafortunado «si Soldado no ha ido a la selección es porque no se lo merece». Aunque agregó lo de que ha madurado, que es inteligente y que volverá, el ripio inicial es para que rebobine la cinta y reflexione.

Luego llegó Ricardo Costa y su desacertada explosión. Para defenderse del ostracismo que vive en el Valencia, le envió algunos dardos a su entrenador y a sus compañeros. Y su asesor-agente aderezó el incendio con un bote de gasolina. Claro, días después, lo de siempre: donde dije, dije, digo Diego.

El último protagonista ha sido el presidente Manuel Llorente, con lo de que «el objetivo del Valencia es ser campeón» y el «prefiero a un jugador que se queje por no jugar que se quede callado».

El mensaje de optimismo está bien, porque aparte de vender las parcelas, Manolo está obligado a ilusionar a los aficionados. Pero la realidad dice que sus palabras, que contrastan con la venta de los mejores activos, no consiguen más que meter presión al técnico; como al recordarle los éxitos de su ahora íntimo Benítez. Y lo de la defensa de Costa... ¿qué pensarán ahora Dealbert, Parejo, Feghouli..., tan poco habladores?

Lo del sabio. Hay que pensar lo que se dice, porque cuando se habla más de la cuenta pasa lo que pasa. Y estas semanas sin Liga se hacen demasiado largas.



310. (Publicado en Las Provincias el 12 de octubre de 2011)













Esto no da para más...

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.509 (11-10-2011)

11/10/11

Mis dibujos (61)

Especulación inmobiliaria

Del libro "Ropa tendida"

10/10/11

Mis dibujos (60)

El comprador de sonrisas (Del libro "Ropa tendida")

Selección de frases que siempre quise pronunciar (1)

¡Yo de ti no lo haría, forastero!

Torres, ansiedad; Soldado, paciencia

Como la selección española se pasea delante de sus rivales y combina el buen juego con los triunfos, no hay mucho que decir de los elegidos por Del Bosque. Chitón. Pero no me resisto a pensar que Roberto Soldado lo debe de estar pasando francamente mal. Es el único goleador de las grandes ligas que no está con su selección y justamente estos días, con escasa presión mediática por el parón liguero, dan para pensar más en la absurda situación que Del Bosque le ha hecho vivir.

En vísperas del España-Escocia, seguro que el delantero del Valencia seguirá dándole vueltas al coco, preguntándose por qué siendo hoy por hoy el máximo realizador español no está entre los elegidos.

Es bueno que los futbolistas defiendan a sus compañeros, como ayer hicieron Mata y Puyol con Fernando Torres. El rendimiento del delantero de Fuenlabrada, por mucho que se diga, hace tiempo que ofrece motivos para que se cuestione su convocatoria antes que la de otros. Pero los compañeros cumplieron con lo que toca. Entre bomberos nadie se pisa la manguera, aparte de que en otras ocasiones Torres ha demostrado sus cualidades.

Pero el presente dice que Torres no es Torres. El seleccionador le da mucho cariño, dicen que para recuperarlo de cara a la Eurocopa. Aseguran que todo lo malo que le ocurre es que le puede la ansiedad. ¿Ansiedad? Sí. «...de tenerte en mis brazos, musitando palabras de amor...» , que cantaba Nat King Cole.

¿Que cada aficionado es un seleccionador en potencia? Seguramente es tan cierto como que al marqués le ha faltado mano derecha. Si es necesario para recuperarlo, Del Bosque puede hacerle a Torres hasta el boca a boca. Pero eso no significa que se olvide de Soldado.

Roberto sabe lo que debe hacer. Callar (aunque la procesión vaya por dentro), mantener el buen nivel que está dando en el Valencia y esperar a que madure la fruta, que caerá por su peso. La paciencia ha de ser su mejor virtud. ¡Y, eso sí, que no le pueda la ansiedad...!



309. (Publicado en Las Provincias el 10 de octubre de 2011)











9/10/11

Mis dibujos (59)

La polución en Madrid

8/10/11

Mis dibujos (58)

Húsar... para aprender a montar.
(Del libro "Ropa tendida")

7/10/11

¡No me defiendas, compadre!

La historia no es nueva. Lamentablemente se ha repetido otras veces, aunque en esta ocasión lleva un añadido de verdadero despropósito. El respaldo de un asesor. Resulta que Ricardo Costa apenas llegó a la concentración de la selección portuguesa lanzó un 'uppercut' de derecha a Unai Emery. El defensa está muy molesto por su situación de ostracismo que vive en el Valencia y es tal es su enfado que, probablemente sin medir sus palabras, a la vez le metió un 'crochet' a sus compañeros, porque se puso a hablar de los goles encajados por el equipo cuando él está o cuando no está en el campo. Algo fuera de lugar, más aún tratándose de uno de los capitanes.

Pero he aquí que, por si no quedaba clara la salida de tiesto del defensa luso, su agente y asesor, Antonio Marinho, va y en lugar de echar agua al fuego y suavizar la situación, utiliza un bidón de gasolina. Lo que faltaba. A través de internet, el hombre complementa la explosión de Costa con un directo. ¡No me defiendas, compadre!, decía aquel personaje de una vieja película mexicana a su abogado, porque la defensa que le estaba haciendo el licenciado (supongo que le llamaría así) era peor que la acusación.

Ricardo se ha pasado tres pueblos y un par de aldeas, porque con su salida de todo ha puesto en evidencia a sus compañeros. Bruno ya le ha contestado.

Lo que por la distancia y otros asuntos podía haber terminado en un plácido fin de semana, lo ha evitado su agente al aventar los rescoldos del despropósito. Y no es difícil imaginar porqué.

Cuando un futbolista no entra en los planes de un entrenador, es normal que esté molesto y quiera cambiar de aires. Pero hay maneras Aparte de que esto acaba de empezar y es muy probable que por una circunstancia u otra tenga que entrar en el equipo y comerse todo lo que ha dicho. De momento flaco favor le ha hecho su consejero.


308. (Publicado en Las Provincias el 7 de octubre de 2011)









El recelo de Pérez Rubalcaba

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.508 (4-10-2011)

6/10/11

Mis dibujos (57)

¡Eso no alcanza siquiera a ser un do natural!

Parejo a lo de Baraja

Es parecido. La situación de Dani Parejo en el Valencia me recuerda a la que vivió Rubén Baraja hace dos temporadas. En aquella campaña cada jornada me hacía la misma pregunta: «¿Tan mal estará físicamente que ni siquiera entra en la convocatoria?».

Ahora me ocurre igual. Desde que el pasado verano se incorporó Parejo, apenas se le ha visto. El club presentó al futbolista madrileño con traje de etiqueta, como una alternativa para Éver Banega, pero hoy por hoy es carne de tribuna y el volante argentino lo juega todo. ¿Tan mal estará este chico para que no vaya ni siquiera convocado?

Transcurridas seis jornadas de Liga y dos de Champions League, los números que presenta Dani Parejo no responden a las expectativas de su fichaje y menos a los seis millones de euros que hubo que desembolsar (cláusulas de compra y recompra aparte).

Dani Parejo fue titular en Genk. En ese tercer partido oficial de la temporada jugó 73 minutos. Y pare usted de contar, aunque lo más preocupante no es ya su ausencia en el once, sino que de los restantes siete encuentros en cuatro ocasiones no ha sido convocado y en otras dos, en las que Unai decidió citar a 20 futbolistas, se convirtió en uno de los descartes. Es decir, los 73 minutos en Bélgica y el banquillo de Sevilla.

Se entiende que quien mejor conoce cómo está el futbolista, tanto física como anímicamente, es su entrenador. Para eso es el que está con él en el día a día; quien ve cómo trabajan todos los jugadores, cómo se ejercitan. Bueno, realmente sólo lo ve él y su equipo, porque salvo los quince minutos iniciales, las sesiones de entrenamiento son a puerta cerrada para los periodistas, que esa es otra...

Pero a todo esto sigo pensando que Unai tiene que ver muy mal físicamente a Dani Parejo para dejarlo en la grada. ¿O es que ahora resulta que no es el futbolista organizador que se creía haber encontrado? La marginación me sigue recordando a lo que ocurrió con Baraja. Es parejo.


307. (Publicado en Las Provincias, el 5 de octubre de 2011)










4/10/11

Mis dibujos (56)

Esto sigue igual, no lleva camino de cambiar.

Mis dibujos (55)

¡Vaya usted con Dios!

3/10/11

Momento para la refrexión

El parón liguero que hoy empieza por los compromisos de las selecciones al Valencia le debería servir para hacer un profundo examen de conciencia, porque aunque en la Liga el equipo se mantiene en lugares de privilegio, ofrece bastantes lagunas, cosa que ha admitido el entrenador Unai.
Que el técnico se sienta satisfecho por haber conseguido los tres puntos ante el Granada es lógico, pero Unai debería ir un poquito más allá del resultado. Los partidos se pueden analizar desde distintas perspectivas y hay dos que resultan muy significativas. La del forofo que se conforma con obtener el triunfo, como dice aquél, incluso aunque sea de penalti injusto y en el último minuto, y la de quienes aparte de un buen marcador esperan que el equipo ofrezca algo más. Y en ese grupo debería alinearse Unai.
Sorprende cuanto menos que, disputados ocho encuentros, seis de Liga y dos de Champions (y a pesar de los 13 puntos que el equipo lleva en el zurrón del torneo doméstico), el entrenador ya hable de cansancio y de acumulación de partidos. Y sorprende que, aludiendo al descanso que ahora comienza, asegure que le va a venir bien al grupo porque considera que los futbolistas necesitan parar, no sólo física sino sicológicamente. Sorprende porque eso invita a meditar qué ocurrirá cuando el equipo esté inmerso en plena campaña, allá por el mes de enero.
Cuando no son pitos son flautas. Unai siempre pone alguna banderilla. No es de los que señala culpables con el dedo, pero habla de una manera... Siempre antepone la paja en ojo ajeno. Desaciertos, pérdidas de balón, errores puntuales... Curioso que el equipo esté bien posicionado y no sea la primera vez que se escuchan silbidos en Mestalla. ¿A quién? Por eso estos días de parón deben de servir para la reflexión.
Otrosi digo: Y enhorabuena a los vecinos de Orriols.


306. (Publicado en Las Provincias, el 3 de octubre de 2011)




Mis dibujos (54)

El otro botín