3/9/12

¡AY, LA CANTERA!


La presencia de Alcácer, Bernat y Ruiz en la concentración del Valencia en Alemania, aunque allí disfrutan de un fresquito envidiable, suena a bocanada de aire fresco en un día de agobiante poniente porque, ¡Ay, señor, la cantera!
Desde hace años se está viendo que existen remotas posibilidades de que el vivero de Paterna alimente al primer equipo. Sólo hace falta echar un vistazo para ver quién fue el último jugador del filial que, sin pasar por cesiones, directamente se consolidó en la primera plantilla. ¿Lo recuerdan? Hace tanto... David Navarro, hacer más de diez años.
En las pretemporadas los entrenadores parece que miran más de carca la cantera, y como en esta ocasión Pellegrino no sólo se ha llevado a los tres campeones europeos sub'19, sino que añadió un grupo de siete chavales, la sonrisa alcanza de oreja a oreja, a sabiendas de que la mayor parte acuden en calidad de palmeros, con el fin de completar la lista. Salvo en los amistosos de pretemporada no es fácil que un entrenador se arriesgue anteponiendo neófitos en las alineaciones, aunque siempre hay huecos, circunstancias y excepciones. No se trata de mirarse en el espejo del Athletic, convertido en el paradigma del trabajo de base. Está claro que la confianza en un canterano no se obtiene en un plis plas. Pero conviene llevar a cabo una profunda reflexión y responder a tres preguntas: qué es lo que tengo, cuánto me cuesta y qué es lo que me ofrece.
Habrá que esperar para ver si Pellegrino echa mano de Alcácer y Bernat y si la dirección deportiva proporciona a los demás el mejor acomodo posible para que vayan creciendo.
Esto es el "déjà vu" de cada verano y se resume en que el club debería de mirar y mimar mucho más su vivero para evitar fugas y que incluso un día le sorprenda la presencia de los "hombres de negro". Porque no es de recibo que cada año, para poder cuadrar las cuentas, deba de desprenderse de sus mejores activos, y vuelta a empezar, y aún así siga sin sacudirse la deuda. ¡Ay, señor, la cantera!

425 (Publicado en Las Provincias, el 18 de julio de 2012)

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