13/1/10

Yes, we can

Unai Emery pretende avivar el fuego valencianista para que la Copa del Rey no acabe por pasarle factura. Capacidad, ilusión e historia son los tres argumentos que esgrime el técnico de Fuenterrabía para echar mano por unas horas del 'yes, we can', aquel eslogan que popularizó Barack Obama durante las primarias de la campaña que le llevó a la presidencia de los Estados Unidos. Él también quiere salir por la puerta grande.

De la rueda de prensa que el técnico del Valencia ofreció antes del desplazamiento a La Coruña aún me queda en la retina su inicial imagen dubitativa cuando alguien le preguntó si el partido de hoy se podía considerar un desafío, que yo creo que lo es. Antes de irse por las ramas, mantuvo unos eternos segundos de silencio.

Pero no pareció un silencio de inseguridad. Más bien pudo ser sigilo de precaución, para ganar tiempo y meditar la respuesta, no fuera que alguien le malinterpretara, porque dadas las dificultades y lo que se avecina, se podría pensar que el Valencia debería centrarse exclusivamente en asegurar la clasificación para la próxima edición de la Champions. Por eso Unai, más que nunca, se cogió al clavo ardiendo y habló del 'si, podemos' y del 'no contemplamos más que la posibilidad de ganar en Riazor'.

Buena parte de su crédito ante una afición dividida pasa por lo que ocurra allí. El valencianismo todavía no ha asimilado que se pueda echar directamente a la basura el acceso a los cuartos de final de la Copa, siendo que por la estructura resultaba muy fácil ilusionarse y creer que no sería complicado llegar lejos en la competición. Unai tiene la misión de despejar incógnitas.

El objetivo es muy complicado porque obliga a marcar dos goles a un rival que, de la mano del viejo zorro Lotina, forja todo su potencial en la fortaleza defensiva. Echando un vistazo a los resultados de esta temporada, sólo Barça (1-3) y Espanyol (2-3) han sido capaces de ganar en este escenario con una diferencia de goles como la que necesita el Valencia para seguir vivo en el torneo. Unai cree que se puede ser. Sólo hace falta que convenza a sus jugadores.

45. (Las Provincias, 13 de enero de 2010)

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