26/10/12

OXÍGENO PARA TODOS


Cuando en un club de fútbol el horno no está para incertidumbres, lo mejor que puede pasar es que el equipo gane y gane bien. Como hizo izo el Valencia frente al Bate. Un triunfo con valores añadidos, aunque el principal fue la previa remontada en la Liga, ante el Ath. Bilbao.

Ese tópico de café para todos se puede adaptar a la situación. El "dos de dos" ha repartido oxígeno a diestro y siniestro. A un entrenador cuestionado, a un grupo que no lo estaba pareciendo, a un presidente que en quince días ha de dar la cara ante los accionistas, y a unos aficionados cada semana iban dejando en el camino jirones de ilusión, porque ni les daban un buen resultado que echarse a la boca ni sabían a qué estaba jugando su equipo.

Es curioso que el planteamiento de los tres medios centros que tanto gustaba pero se le atragantaba a Unai, le ha dado resultado a Pellegrino. Existen muchos condicionantes para que un sistema resulte efectivo, pero a lo mejor va a tener bastante que ver que haya alguien que eche raya por delante de una defensa que titubea demasiado y así, de paso, los creadores pueden dedicarse a la gestación del juego y arropar más el ataque para que Soldado no sea una isla.

Probablemente la recuperación de Albelda ha tenido bastante que ver y eso induce a pensar si el sábado, ante el Betis, el técnico valencianista repetirá ese dibujo o, por contra, como esperan en Sevilla, retomará el tradicional 4-2-3-1.

En momentos como el presente se suceden los ejercicios de memoria. Lo que ha hecho el Valencia invita a recordar que en diciembre del 97 un gol de Mendieta en San Sebastián salvó la  cabeza de Ranieri, o que cuatro años después, en Montjuic, dos tantos de Rufete y otro de Ilie obligaron a romper el finiquito de Benítez que en el descanso de ese partido ya se había firmado.

El fútbol un par de victorias cambian radicalmente el decorado. Pero el margen de confianza no debe de variar por dos o cuatro marcadores. Se tiene o no se tiene. Y de momento es una incógnita.

463 (Publicado en Las Provincias, el 26 de octubre de 2012)

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