7/7/10

Ilusión y realidad

Vivimos en plena euforia. El verano trae las verbenas y la alegría del personal que trata de resistir el calor y mira hacia otro lado si le invade desconfianza con los padres de la patria. ¡A la porra la crisis y las amarguras! Estamos de fiesta. Basta con salir a la calle y echar un vistazo a balcones y ventanas. Apenas hace unos días sólo los engalanaban los carteles de «se vende» y «se alquila» y ahora, aunque siguen ahí y no hay guirnaldas de esquina a esquina, sobresalen las banderas españolas. Muchas banderas.
Nos hemos convertido en auténticos patriotas, aunque todos sabemos que es un efecto colateral por la clasificación para la semifinal del Campeonato del Mundo. Incluso la marcha real, que se repite desde el siglo XVIII, parece más nuestra cuando la selección hace piña para escucharla. Y también hay más respeto a la enseña rojigualda. ¡Lo que ha unido el fútbol que no lo separen los hombres!
Vivimos en el optimismo y en tiempo de crisis es bueno. Las penas con pan son menos. Hoy es San Fermín y, como en San Juan, vamos subiendo la cuesta porque España se ha vestido de fiesta para ganar a Alemania. La selección puede hacer más historia de la que ya ha conseguido, para felicidad de muchos y animadversión de unos pocos. La botella está llena.
En el Valencia CF SAD también se vive la fiesta a pesar de que de los cuatro representantes que viajaron a Sudáfrica sólo quedan Marchena y Mata, y además no cesan los reproches a Llorente, al que acusan de precipitación en el traspaso de Villa.
Pero el tiempo todo lo cura y más cuando aparecen brotes verdes en forma de relevos. Un goteo para ilusionar a la parroquia. Primero fue Soldado, el martes Ricardo Costa, mañana le toca el turno a Tino, después será Topal y en breve Feghouli. Se trata de mirar la botella medio llena, aunque la caja esté medio vacía.
118. (Las Provincias, 7 de julio de 2010)

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