23/12/09

Un cuento de Navidad

Podría parecer el guión para un cuento de Navidad. De esos relatos que arrancan con una situación desagradable y luego van tocando la fibra para acabar la mar de bien. Manuel Llorente, con la sonrisa en la boca, vestido de Papá Noël, hace sonar su campana. ¡Jo, jo, jo! Mañana es Nochebuena y el espíritu de las fiestas invade el club de Mestalla.

El presidente del Valencia ha dicho que no hay que estar descontento con lo que hasta ahora ha ofrecido el equipo, se ha confesado satisfecho con el trabajo del entrenador Unai Emery (aunque no le ha renovado aún) y con el de la plantilla, y para que la felicidad sea completa, ¡hala!, ha alcanzado un acuerdo con la UTE para que de forma inmediata se reinicien las obras del futuro campo de la avenida de Las Cortes Valencianas.

¿Un cuento de Navidad? Casi sería mejor decir que parece que a Llorente le haya salido el premio gordo. O es que le realmente le ha tocado en suerte. No olvidemos que él viaja con frecuencia a Madrid y debe de haber pasado más de una vez por la calle Bravo Murillo, donde ayer todo eran alegrías por el 78.294, que a muchos hará más llevadera la crisis que no cesa.

Cuento o no, el espíritu de la Navidad valencianista está ahí. Muy presente. Y mola un montón porque el Valencia, con los apoyos que sean, está superando la época de despilfarro que nadie quiere recordar. No podía ser mejor, aunque al equipo se le debería exigir más, bastante más si me apuran.

Pero sin duda es muy bueno que a punto de despedir el aciago año 2009 (¡por favor, que 2010 pase ligerito!), superado un tercio de la competición, un presidente que es tan dado a meter cuchara en los temas deportivos, afirme que no hay queja de la trayectoria y que además está codo con codo con el entrenador y con la plantilla.

Sólo queda esperar que las palabras de Llorente no sean las de la típica postal de Navidad. Y, desde luego, que prosperen todas las gestiones que se realizan para que se autorice la venta de las acciones que asfixian a la Fundación.

38. (Publicado en Las Provincias, 23 de diciembre de 2009)

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