3/12/10

Presión, votación y resultado

Adiós a la candidatura ibérica. No queda otra que secarnos las lágrimas. Echaremos mano de las toallas de nuestros vecinos portugueses, aunque para muchos no ha sido tanta sorpresa que nos hayamos quedado sin el Mundial. Ese Mundial de Fúrbol (sic), que es como pronuncia el nombre del deporte el presidente optimista de la Federación Española. Su homólogo, Gilberto Madeil, fue más moderado. Pero al final no nos ha tocado ni la pedrea, porque si el de 2018 se va para Rusia, también nos quedaremos sin catar el del 22, que se jugará a orillas del golfo Pérsico.
En situaciones como esta, siempre es interesante prestar atención a lo que ocurre entre bambalinas y en este "sorteo" aderezado por las arengas de políticos, gerifaltes y una aleación de futbolistas míticos y metrosexuales, el enfado de Putin y su ausencia ha pesado en la decisión de los 22 miembros del comité ejecutivo de la FIFA, del mismo modo que el encanto de los petrodólares ha encandilado a los correligionarios de Blatter.
Pasada la decepción, nos queda la del optimista. La del que ve la botella medio llena y piensa que nos hemos ahorrado mucha pasta, porque en época de vacas flacas hay cuestiones más prioritarias que remodelar o adecuar estadios. Incluso se puede sacar pecho diciendo que ahora España es ganadora, no organizadora.
A Vladimir le ha salido muy bien la jugada. Ha sido de partida de grandes maestros de ajedrez. Eficaz. Denuncia y ausencia, y ayer, sin prisas, viaje relámpago a Zúrich para agradecer el gesto de los «fifos»...
Entre bastidores siempre ocurren cosas que parece que van a pasar desapercibidas. Sin embargo hay excesivos tejemanejes para alcanzar objetivos, como para que no suelten un tufillo que ya, ya... Salvando distancias, en el Valencia eso lo saben muy bien, ahora que preparan la maleta para ir al Bernabéu, donde nunca se escuchan quejas de los arbitrajes. Tal vez será porque resultan tan innecesarias como lo fue la presencia de Putin para dorar píldoras.
179. (Publicado en Las Provincias, el 3 de diciembre de 2010)

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