3/10/14

LOS MUROS

El único muro soportable es el de Pink Floyd –por cierto ha anunciado su regreso después de casi veinte años de silencio– y lo demás, alambradas y vallas, siempre son detestables aunque algunas tengan una doble lectura, como sucede con las que el Valencia ha colocado en Paterna, con frases de números uno del deporte mundial para motivar a los futbolistas. Es un mensaje de ayuda, con el objetivo de estimular la competitividad, pero en la otra cara de la moneda aparece un resultado distinto: El cerramiento definitivo del campo de entrenamiento, que aísla más a los jugadores.
 
Es parecido a lo que ocurre con el nuevo muro que se ha construido en la ciudad deportiva para aislar a los chavalitos del fútbol 8. Un tabique que impide la visión y deja fuera a los papis y mamis que se rascan el bolsillo para acercarlos hasta allí. Algunos expertos consideran que los familiares deben permanecer lejos para no interferir en la labor de los entrenadores y en ese sentido recordamos la frase que se le atribuyó a Bernabéu. Aquello de que "no hay nada peor que una corista con madre y un futbolista con padre". A lo mejor es por eso.
 
Hace poco más o menos un año, cuando Amadeo Salvo cumplió sus primeros cien días como presidente del Valencia, y a Peter Lim aquí sólo se le conocían quienes habían curioseado en las listas de Forbes, o por su interés en adquirir el Liverpool, el club puso en marcha una serie de iniciativas de proximidad con los aficionados.
Proyectos atrayentes, como la mano de pintura que se dio a Mestalla con los colores corporativos; las leyendas que inundan la zona de vestuario y el túnel; los cartelones con las imágenes de míticos jugadores que aparecen en las fachadas del recinto, pasando por el diseño del gigantesco murciélago de la grada hasta lo de rebautizar como Antonio Puchades el mini estadio de la ciudad deportiva donde... Eso, sí, el "muro de la vergüenza" que en 1998 Pedro Cortés mandó derribar y diez años después se reconstruyó por iniciativa delinfausto Koeman, ahora continua por otro lado y cada vez aísla y separa más a los deportistas de los seguidores.
Los muros son detestables. A veces incluso como metáfora de dificultad. Porque, por ejemplo, no hay que ver el partido de mañana como un muro para el Valencia. Y si el Atlético lo fuera por su caché y porque llega con la etiqueta de favorito –es posible que lo sea–, está muy bien lo que han hecho Alves y Alcácer: Pasarle esa teórica presión añadida y seguir a lo suyo. De la misma forma que no se puede pretender que algo cambie si siempre se hace lo mismo, tampoco son convenientes las variaciones si los resultados convencen. Y este equipo, de momento, seduce y es capaz de romper la muralla.
554 (Publicado en Las Provincias, el 3 de octubre de 2014) 

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