30/5/12

DOBLE EXIGENCIA

Cuando en el fútbol vienen mal dadas y un equipo no alcanza los objetivos, se busca un culpable y el primero en hacer las maletas es el entrenador. Es el escudo de los dirigentes si empiezan a sonar pitos en la grada, que es el termómetro de la exigencia.

Antes de comenzar la temporada y aún antes de tomar posesión, los entrenadores saben que tienen escrita su fecha de caducidad.  Al revés que en algunos bancos, manda la cuenta de los resultados. Si no alcanzan los objetivos, o dimiten o se les da puerta.

El Valencia arranca con una enorme obligación, aunque durante los últimos ejercicios ha tenido que conformarse con un papel de actor de reparto. El club quiso mantenerse en la órbita internacional que había alcanzado en los primeros años del nuevo siglo, pero los dirigentes contrajeron tales obligaciones económicas que, para poder cuadrar los presupuestos, la sociedad ha de desprenderse año tras año de los mejores activos con los que podría haber hecho frente a los grandes rivales y, por lo tanto, aspirar a objetivos más altos.

Ahora el Valencia se prepara para una nueva singladura y a la vez que ha anunciado la incorporación de Viera, Pereira y Guardado, pronto tendrá que desvelar algún traspaso. Pero no sólo para cubrir los cerca de siete millones de euros que han supuesto las tres llegadas (dos, porque Guardado lo hace con la carta de libertad), sino para tapar los agujeros que arrastra. Llorente advirtió hace un tiempo de que serían necesarios 20 millones.

Aunque se especula en ofertas por Topal, Tino y Mathieu, el club esperara con los brazos abiertos la de Jordi Alba, la joyita por la que se puede hacer algo de caja. Eso sí, sin alcanzar las cifras que representaron las salidas consecutivas de Villa, Silva y Mata.

Pellegrino y Braulio son los escudos que Llorente tiene en lo deportivo. La dificultad para ambos radica en que, salga quien salga y llegue quien llegue, el equipo ha de igualar o mejorar unas cifras y ofrecer un juego que enganche. Es su doble exigencia.

404 (Publicado en Las Provincias el 30 de mayo de 2012)

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