29/4/11

Gana la banca

Una cosa es continuar la historia y otra repetirla, que es en lo que está el Valencia desde hace tiempo. «A cinco jornadas del final de la Liga, se mantiene la incógnita sobre el futuro de Unai». La frase, tan actual, abrió esta columna el año pasado en las mismas fechas. Entonces no existía el estigma del set del Real Madrid, pero Manolo Llorente, que es quien ha de tomar la decisión, mantuvo el mismo silencio de desconfianza en el que ahora se vuelve a parapetar. Con tanta incertidumbre se hace difícil pensar que Manolo tenga confianza en el trabajo del técnico guipuzcoano. El hecho de mantener la incógnita semana tras semana, hasta el último suspiro, no permite demasiadas lecturas que inviten a pensar en otra cosa.
Unai no goza de demasiadas simpatías en la grada de Mestalla, aunque ese ha sido un denominador común para todos los entrenadores del Valencia. Incluso para los que consiguieron títulos. Sin embargo las credenciales de Emery, a pesar de lloradas ausencias (especialmente la de Villa), determinan que cumple el objetivo, aunque sus detractores argumentan que este año la tercera plaza resulta bastante más barata por el bajo nivel que han ofrecido Atlético y Sevilla, y porque el Villarreal está más pendiente de la Europa League. Todos sabemos que el presidente del Valencia es muy cerebral y como no acostumbra a tomar decisiones al azar, habrá que preguntarse qué le lleva a seguir deshojando la margarita. ¿Decidirá, como hizo el año pasado, cuando la tercera plaza esté garantizada? Y en ese supuesto, ¿le ofrecerá la renovación? Probablemente para estos supuestos Manolo ya tiene preparados argumentos para replicar la respuesta de Emery. Si el técnico le da calabazas, siempre podrá lavarse las manos si el relevo lo hace peor. «Como él no quiso seguir...» Y si el entrenador acepta continuar, pues volverá a servirle de escudo para cuando las cosas rueden cuesta abajo. Confianza, ninguna. Pero en todos los casos gana la banca.
240. (Publicado en Las Provincias, el 29 de abril de 2011)

27/4/11

De Tola a Llorente

Me viene a la mente aquél programa de televisión que a mediados de los ochenta cada semana metía en el salón de los hogares españoles Fernando García Tola: «Si yo fuera presidente». Ahora mismo casi todos los valencianistas con los que coincido se pronuncian como si tuvieran la responsabilidad en sus manos. «¡Si yo fuera Llorente.!». El enfado es morrocotudo. Hablan con la misma vehemencia que Jaime Peñafiel cuando se refiere a la princesa Leticia. «¡Ezto no pué ser, María Teresa!» ¡Y dicen que hay que despachar a éste, al otro, a Maroto y al de la moto! ¡Cómo está el patio! No queda títere con cabeza. El set que el Real Madrid metió el sábado escuece demasiado. Hay enemigos y enemigos, y para muchos está prohibido perder con el Madrid, Barça y, últimamente, Villarreal. Por eso si la derrota es en casa y por goleada, de nada sirve el paño caliente que significó que los vecinos castellonenses cayeran en Sevilla y que así el equipo pueda seguir en tercera posición, con la misma ventaja, ahora ya a cinco jornadas del final. Las derrotas duelen y esa, frente al Madrid, más por cómo fue. Por la indolencia del equipo. Pero la trayectoria no se debe de medir por un partido. Ni por la manita al Villarreal ni por el desastre frente a los que no son tan reservas blancos. Hay que mirar mucho más allá, aunque entiendo que mi amigo abandonara Mestalla cuando Higuaín hizo el 0-4. En Valencia hablar de confianza o de proyecto es utópico. Siempre ha ocurrido lo mismo, ¿no Rafa? ¿O se lo preguntamos a Héctor? ¿O a Quique? Despachar al entrenador es sencillo porque acaba su contrato, como le ocurre a César, Albelda, Vicente y Stankevicius. Pero hay que buscar un relevo, y ademas para aligerar la plantilla es necesario echar mano del talonario. Llorente tiene un marrón. Recuerdo que García Tola escribió un ensayo que tituló «Cómo hacer absolutamente infeliz a un hombre...», pero no sé si en algún pasaje aludió al presidente de un club.

239. (Publicado en Las Provincias, 27 de abril de 2011)

26/4/11

Joachim Björklund

25/4/11

Semana de Pasión

Llegó la Pascua. Atrás ha quedado la semana de pasión, desde la acepción de sufrimiento que por antonomasia se refiere al tormento y muerte de Jesucristo, a otro de los significados, que alude al ávido deseo por algo. Este año la Semana Santa coincidió con el enaltecimiento de la afición vehemente por el fútbol. Mestalla fue el escenario. Primero, el miércoles, el no va más. La final de Copa que el Real Madrid acabó ganando al Barça. Pasión por todo lo alto. El sábado, más emoción con el duelo liguero entre valencianistas y madridistas que, siguiendo con las acepciones, discurrió por un calvario de sufrimiento, y de velatorio por la aflicción que produjo la humillante goleada que recibió el equipo de Unai. Aunque el entrenador del Valencia está siendo más cuestionado que el CGPJ por el caso Troitiño, hay que recordar que después de golear al Getafe, Villarreal y Almería el técnico había tomado una bocanada de aire fresco. Pero, claro, después del set del sábado, todos se han bajado de barco. No conocen la escala de grises que hay del blanco al negro. A lo peor el asunto de la ampliación del contrato de Unai encuentra un antes y un después del partido del sábado. De poco sirve que el técnico haya utilizado el término 'Ni-ni' para calificar a sus jugadores. «Ni defendimos, ni atacamos, ni cometimos faltas, ni tuvimos carácter.» Si hasta ahora Manolo Llorente se dedicaba a abonar el huerto de las dudas, seguro que estos días no cambia de fertilizante. Y una reflexión al margen. Tengo la extraña sensación de que a muchos les ha herido más que el Real Madrid marcara seis goles que el Valencia encajara media docena. Les preocupa más lo que haga el contrario que lo propio. Seguramente porque está de moda el 'pues mira que tu', tan de la política. ¿Ideas? ¿Proyectos? ¡No, hombre! Es suficiente centrar el discurso en un reiterado desprestigio del oponente. Con ese argumento se puede llegar a ser ministro.

238. (Publicado en Las Provincias, 25 de abril de 2011)

24/4/11

¡MENUDO ATAQUE! (Felman, Luisfu y Kempes)

Si como decía el "Negro" Fontanarrosa yo no hubiera tenido dos problemas para jugar al fútbol (uno la pierna derecha y otro, la izquierda) hubiera podido formar con ellos. Grandes futbolistas y amigos. Aunque los tres somos zurdos, ¡menudo ataque!: Felman, Furió, Kempes. ¡Che, viejo, por soñar que no quede!¡Ahí estamos!

20/4/11

Alfredo torero

Han pasado casi veinticinco años. Concretamente desde la tarde del 13 de agosto de 1986, que fue cuando Alfredo di Stéfano pronunció en LAS PROVINCIAS la lapidaria frase «El que quiera ver espectáculo que vaya a ver al Bombero Torero», sentencia en respuesta a las críticas por el juego ramplón del Valencia, al que entonces entrenaba. «El que quiera ver espectáculo que vaya a ver al Bombero Torero o a Plácido Domingo. Nosotros hemos de jugar de forma que el equipo rinda», fue su reflexión completa. El hoy presidente de honor del Real Madrid antepuso entonces el resultado al juego y ahora, en vísperas de la final de Copa, abre la polémica al dar más que un tirón de orejas a Jose Mourinho, porque dice que le aburre lo que hacen los blancos y que prefiere (por otro lado es muy lícita la elección) «el fútbol y baile» que practica el Barça, del que añade que su juego «no se mira con los ojos sino con el alma», que es brillante matiz con aromas del Martin Fierro. Con los años La Saeta ha cambiado el discurso que defendía el resultado por encima del espectáculo y a la vez negaba criterio al aficionado. «Sólo quieren que el equipo gane. Acá, si hubiéramos ganado todos os partidos, aunque hubiéramos jugado mal, la gente saltaría loca de contenta». Como entonces, discrepo con Di Stéfano. En aquella oportunidad sólo fue por el fondo, por un partido de pretemporada, pero ahora, sobre todo, es por la forma. Vaya por delante que a mí también me gusta más el fútbol que hace el Barcelona y que lo antepondría al juego directo del Real Madrid. Sin embargo hay matices que seguramente olvida don Alfredo. Cuando uno lleva galones ha de defender esa bandera, sea o no en vísperas de una gran batalla, como es el caso. El presidente de honor del Real Madrid le hace un flaco favor a la institución avivando el fuego de las críticas, que no son pocas. Él, que sabe tanto de espectáculos y bomberos, olvida que nunca se debe chafar la manguera...

237. (Publicado en Las Provincias, 20 de abril de 2011)

19/4/11

Jonas Gonçalves

¡Se avecinan las municipales!

Publicado en Valencia Fruits, nº 4.288 (19 de abril de 2011)

18/4/11

Plantilla y parcelas

He escuchado decir muchas veces que lo que no aparece en televisión es que no existe. Es un dicho que tiene cierta base y si no que se lo pregunten a Belén, Mejide, Jorge Javier o a otros animalitos del Señor. ¡La fuerza de la promoción! Está claro que hay que anunciarse para mantenerse en el candelabro, que decía aquella.
Los estudios de mercado resultan imprescindibles en la publicidad y al Valencia no se le escapa. Por eso Braulio Vázquez, el coordinador de la secretaría técnica, ha viajado a Milán, y hoy y mañana estará presente en el Scouting Forum 2011, que es una feria de muestras en la que se dan cita clubes, representantes, directores deportivos, managers, intermediarios, ojeradores, cazatalentos, patrocinadores, agencias. Lo más de lo más. Un enorme supermercado del fútbol mundial.
«Busco un delantero goleador, alto y rubio como la cerveza», «Ofrezco a buen precio un centrocampista organizador y con mucho carácter» o «Vendo defensa muy moreno que, aunque es trasnochador, tiene vocación ofensiva. Precio a convenir» pueden ser algunos de los argumentos que se escuchen en las citas de lo que se prevé como el marco idóneo para hacer negocios futbolísticos.
Desde hace un tiempo, cuando acaba cada temporada, el Valencia suda tinta china para tratar de desprenderse de algunos de los jugadores de su extensísima nómina y el Westin Palace de Milán se va a convertir ahora en un buen escaparate, de la misma forma que ocurre con el recinto de Benimàmet con Cevisama, Iberflora o FIMI, donde se muestra lo último en cerámica, jardinera o moda infantil.
Lo que no tengo claro es si en alguno de los stands de la feria de la capital lombarda se podrá negociar el asunto de las parcelas del viejo Mestalla para poder cerrar la herida y continuar con las obras del nuevo estadio, aunque eso lleva camino de discutirse en otro tipo de certamen, como Funermostra.

236. (Publicado en Las Provincias, 18 de abril de 2011)

15/4/11

Dolor de pancha

Quizá nos podemos hartar, pero en un principio está muy bien lo de los repetidos Madrid-Barça y viceversa que se avecinan, porque se diga lo que se diga son los dos mejores equipos de 'su' Liga (quiero decir de la competición española cuyos equipos, cuanto menos, triplican el presupuesto del resto de participantes porque, entre otras circunstancias reciben cerca de un 40 por ciento del pastel televisivo que eso sí, es un reparto que se hizo con el beneplácito de algunos clubes, entre ellos el Valencia. Pero esa es otra cuestión).
Está bien lo de ver fútbol que se presume que será de calidad. Lo más de lo más. Los cuatro clásicos seguiditos van a dar para hacer porras entre amigos y para hablar mucho y escribir más. A la rivalidad que existe entre los llamados favorito y aspirante, que se palpa y desde muchos sectores mediáticos se estimula cueste lo que cueste y haya que decir lo que haya que decir, se añade en juego hay tres títulos, aunque uno de ellos parece que está más que decidido. De momento, mañana, en el Bernabéu, un escalón más de la Liga; luego, el miércoles, en Mestalla, la final de la Copa del Rey, y siete días más mas tarde, en Madrid, y el 3 de abril en Barcelona, la ida y vuelta de las semifinales de la Champions.
Mi amigo el valencianista admite que tanta magnificencia le produce pelusilla. Aunque en la Liga el equipo de Unai está haciendo sus deberes con buena letra, él dice que si echa la mirada hacia Europa, en la otra orilla ve al Schalke remando hacia la final de Wembley y eso le produce ardor, porque no puede olvidarse de las ocasiones perdidas en Genselkirchen.
Pero a mi amigo le aumenta la acidez y la quemazón sólo con pensar la catarata de comentarios anti uno y anti otro que se avecina. Y para contrarrestarlo, no le queda otra que tomarse un almax y, con un par de colegas, evocar las 'noches mágicas' en las que el Valencia fue el gallito español. «¿Recuerdas aquellas goleadas a la Lazio y al Barça camino de la final de París.?»

235. (Publicado en Las Provincias, el 15 de abril de 2011)

13/4/11

El 22 de mayo ya está ahí

Los sondeos de opinión están a la orden del día. Apenas queda mes y medio para las Municipales y para que se acabe la Liga. La fecha coincide. El 22 de mayo ya está ahí. Y cada uno hace su quiniela. «Vamos a ganar por goleada», dicen los de una acera, y los que están en la opuesta responden alzando el dedo corazón.
No hay acuerdo. El personal está dividido y mosqueado. Ni le gusta lo que hay ni lo que se avecina, pero menos soporta que le machaquen con el único argumento de determinados políticos. Eso del «y tú más» al que hace unos días puso de vuelta y media la admirada Carmen Posadas.
En el Valencia tampoco hay acuerdo sobre el futuro de Unai. Tengo la sensación de que mientras Llorente deshoja la margarita con toda la pachorra del mundo, entre los aficionados no hay unanimidad respecto a si el entrenador debe seguir. «¿Y si se va, a quién van a traer?» he escuchado por ahí. La situación es de ni sí ni no, sino todo lo contrario, aunque a siete jornadas para el final de la Liga el técnico mantenga al equipo en tercera posición, con un colchón de siete puntos sobre el perseguidor Villarreal.
Unai siempre ha defendido que trabajaba en el Valencia como si fuera a estar toda la vida, pero en las últimas horas ha apostillado que su continuidad es algo que depende de dos, aludiendo a la decisión del club y a la suya propia.
Me da en la nariz que algo ha cambiado. Si antes no ofrecía dudas el argumento de Unai ahora invita a pensar que en el supuesto de que Llorente le presente la ampliación del contrato, esta vez el técnico no sólo exigirá el bolígrafo para firmar, que fue la broma que circuló el año pasado al referirse a sus reivindicaciones.
El Valencia, pim pam, pim pam, de la mano de Unai ha ido superando dificultades y en la Liga lleva una trayectoria que muy pocos imaginaban al inicio del campeonato. Puede ser el principio del futuro, pero no veo un final feliz ni imagino a Manolo diciéndolo al técnico «este puede ser el inicio de una gran amistad». Esto no es cine.

234. (Publicado en Las Provincias, 13 de abril de 2011)

Ana Julia Roselló

12/4/11

Todos los caminos conducen a Roma

Valencia Fruits, nº2.487 (12 de abril de 2011)

El Valencia hace piña

Quizá porque está de moda o porque es lo que toca, pero nadie se baja del barco. Todo el mundo hace piña. No sé si recias y marciales, pero desde luego por ahí las filas están muy prietas. El Gobierno ha echado el resto en torno a Chaves, en Génova no han cambiado una coma de la lista del PPCV, los sindicatos han decidido trasladar a Valencia los actos centrales del primero de mayo, el Euribor nos tiene hasta la coronilla y el Valencia CF SAD, su equipo y la grada, con la "manita" al Villarreal se han reencontrado para caminar más unidos que nunca hacia la tercera plaza, que garantiza la participación directa en la Champions.
Fue la pescadilla que se muerde la cola. El equipo devolvió la sonrisa al aficionado al golear el Villarreal y los seguidores que casi llenaron Mestalla premiaron el buen juego. Hacía mucho tiempo que no se escuchaban olés al juego y, mucho menos, se repetía en la grada la espectacular ola mexicana.
La victoria, a siete jornadas para el adiós a la LIga, proporciona al Valencia un doble efecto positivo. Le reafirma en la tercera plaza, con amplia ventaja (seis puntos, más otro por la diferencia de goles), y a la vez da al grupo, al entrenador y a los jugadores, más confianza por haber ganado al rival más directo, del que muchos afirman que juega mejor que los blanquinegros, aunque las cifras dicen otra cosa.
Pero, números aparte, hay que insistir en la alianza entre la grada y el equipo, y en detalles como la recuperación de Miguel. El portugués ha cometido muchas imprudencias pero es pieza fundamental en el terreno de juego y ayer lo demostró, aunque su presencia estuvo marcada por la lesión de Bruno. Unai lo recuperó para el equipo y la grada se olvidó de sus devaneos.
Ahora, más que nunca, hay que mantener la piña. Quedan siete jornadas y el Valencia está en condiciones de acabar el campeonato como líder de la Liga de los que no reciben tanto dinero de las televisiones. Y eso no se puede echar a perder, porque es prestigio y dinero.

233. (Publicado en Las Provincias, 11 de abril de 2011)

6/4/11

Elecciones primarias

Me pregunta mi amigo el valencianista si Unai Emery seguirá al frente del Valencia la próxima temporada. Esa respuesta es de nota, tío, le digo, igual que si me preguntara por el sustituto de Zapatero. ¡De pronto me entran unas ganas enormes de darle el número de Llorente, que no veas! Que sea él quien se encare con el presidente y se lo planteé. Pero, claro, si lo hago, Manolo no me lo perdonaría en la vida. ¿Quién eres tú para dar mi teléfono? Aparte, estoy convencido de que no le daría otra respuesta que un estufido, como hizo con la Marchante.
Por ahí se dice que Manolo alimenta la especulación porque no lo tiene claro. Unos creen que, igual que el año pasado, su decisión estará en función de los resultados que consiga el equipo; que acabe o no en tercera posición. Otros opinan que el presi ya tiene decidida la renovación, pero se la guarda hasta el final para demostrar quién es el que manda en el Valencia, y de paso poner un poco más picante al asunto.
Sin embargo yo me inclino más por una tercera vía. Por la de quienes consideran que, como en estas últimas fechas con la renuncia de ZP se ha puesto tan de moda eso de discutir sobre sustitutos, y como con tanta reestructuración del sistema de cajas de ahorro no ha habido demasiado tiempo para escuchar la voz profunda de Bankia, aunque sea de mentirijillas Manolo opta por la convocatoria de unas primarias.
¿O las ha convocado ya con su indeterminación? Si en España no es frecuente utilizar ese sistema electoral en política, en el mundo del fútbol, menos. Pero en los dos casos ya hay quinielas. Pasa siempre. En los últimos días a los nombres de Rubalcab... ¡digo Luis García y Pellegrino!, se han ido añadiendo los de Luis Enrique, Deschamps, Manzano, Míchel (venido a menos desde el 2-4 de Getafe), Lotina, Caparrós, Djukic, Oltra...
Y, a todo esto, ¿Unai qué dice?

232. (Publicado en Las Provincias, 6 de abril de 2011)

5/4/11

¡Agárrate, que vienen curvas!

Valencia Fruits, nº 2.486 (5 de abril de 2011)

4/4/11

Juan Carlos Carcedo

Realidad y ficción

Existe la realidad? ¿Lo que hay es lo que es? ¿O sólo es lo que parece ser? El 2-4 del sábado en Getafe, ¿fue realidad o espejismo? El resultado está ahí, inamovible, y sirve para poner una sonrisa a una mala racha de resultados adversos y a la vez para mantener al equipo en la lucha por la tercera plaza. Fue un triunfo tan importante como necesario, pero eso no quita para decir a las claras que lo que ofreció el Valencia en el Coliseo fue muy poco, porque además de las carencias propias no hay que olvidar la ineficacia del contrario.
Al terminar el primer tiempo la imagen del equipo de Unai no fue la de un grupo decidido a dar la vuelta al resultado, con holgura. Al contrario. El Valencia, como alma en pena, había estado vagando, despistado, por el terreno madrileño y como enfrente no había nada del otro mundo, con un leve empujoncito tuvo suficiente para resolver la papeleta. El fusilero Soldado fue una realidad.
Más dudas. ¿Acaso es ficción la incógnita que plantea la continuidad de Unai? ¿O todo decidido? Este asunto se convierte en un argumento de tertulias porque, al igual que el año pasado, el presidente alimenta la especulación porque sigue sin definir el plan de futuro. A ocho jornadas para que se acabe la Liga, el aficionado desconoce quién será el entrenador la próxima temporada. Seguramente Llorente antepondrá el pragmatismo que le caracteriza a la confianza en un proyecto.
Sin embargo ese proceder puede desembocar en que si el Valencia no alcanza el objetivo fijado y decide prescindir del técnico, si no tiene ya atado al sucesor, a lo mejor es tarde para encontrarlo. O pude ocurrir al revés. Que se le logre la meta y que cuando le ponga a Unai sobre la mesa el contrato de ampliación, decline firmarlo alegando que, con tanta demora, ya había comprometido el baile. ¿Esto será realidad o ficción? Como pregonó Descartes, para alcanzar una verdad hay empezar dudando de todo aquello que se pueda dudar.

231. (Publicado en Las Provincias, 4 de abril de 2011)

Es igual pero no es lo mismo

La historia se repite todos los años o por lo menos las situaciones se parecen mucho, aunque a veces hemos de decir eso de «es igual, pero no es lo mismo». Por estas fechas los entrenadores siempre piden a sus jugadores un esfuerzo final. Se trata del último empujoncito para alcanzar el objetivo antes de que empiecen a aparecer en la pantalla los títulos de crédito y el personal comience a abandonar sus localidades.
En el Valencia, por estas fechas, el año pasado se hablaba de eso, de la tercera plaza, de llegar a la Champions sin hacer escalas y de la incógnita sobre el futuro de Unai Emery. Es lo mismo que ahora. Entonces el corto trayecto hasta el telonazo liguero se hizo demasiado largo, más en lo de la continuidad del preparador que otra cosa. Los gritos del silencio de Manuel Llorente y el semblante taciturno que ofrecía el técnico parecían el augurio de una despedida. Sin embargo, los resultados determinaron la ampliación del contrato durante una temporada más.
Ahora mismo, aunque faltan nueve jornadas para el final, parece más fácil que entonces despejar las incógnitas. Se antojan dos ejercicios algebraicos de primer grado. La del obligado empellón de los futbolistas para conseguir la tercera plaza, que no hay por qué ponerlo en duda, y la de la continuidad de Unai, porque a pesar de las largas cambiadas de Llorente, por su talante económico se podría pensar en que la decisión estará marcada por la cuenta de resultados.
El presidente sigue hermético ante las preguntas, pero no sabe disimular las que más le incomodan, que siempre son las que aluden al futuro del entrenador. Como el año pasado. Unai, en cambio, se muestra más abierto. Le ha cambiado el semblante melancólico de aquellas fechas y con decisión, pero sin sacar pecho, ha reiterado repetidas veces su deseo de continuar.
La situación es pues igual, pero no es la misma. Han pasado demasiadas cosas en el vestuario, y tanta confianza del técnico da que pensar...

230. (Publicado en Lqas Provincias, el 1 de abril de 2011)

Fariseos y otras especies

Que este fin de semana haya fútbol o no, que prospere el pretendido paro convocado por la LPF, va a ser lo de menos. Lo de más, lo significativo, es que sea la patronal (salvo seis clubes discordantes, que presentaron ante el juez una impugnación) quien atice las brasas de una huelga. Porque, amigo, esto tiene toda la pinta de una huelga, aunque traten de disfrazarla de lagarterana.
Lo que sucede no es ni más ni menos que un ejercicio de presión que, pensaba uno, estaba reservado exclusivamente a los proletarios. Pero mira por donde ahora lo ejercen los empresarios en contra de los aficionados y, de paso, le echan un pulsito al Gobierno, que es lo que le faltaba al ejecutivo. Estos señoritos de la LFP quieren cargarse por las bravas la Ley Audiovisual que se aprobó el año pasado. ¿Un partido en abierto? ¡Anda ya! ¡Si quieren fútbol, que paguen y que callen!
El Valencia, que es uno de los clubes a los que debe de importarle bien poco los aficionados, reproduce en su web el resultado de una encuesta que la LFP se ha sacado de la manga, en la que la patronal futbolística asegura que los seguidores «quieren ver fútbol de pago». ¡Qué sufridas son las encuestas! A lo mejor es que solamente le han preguntado a Astiazarán y al tal Jaume Roures.
La patronal, la colectividad de clubes españoles de Primera División (todos, menos seis), esas sociedades que arrastran una deuda con Hacienda de cerca de 700 millones de euros, avivan la llama de la avaricia. Porque no nos olvidemos que en el horizonte de todo este entramado aparece el enfrentamiento que mantienen los propios patronos por el reparto del pastel televisivo.
Cuando hay pelas por medio, los hay que no conocen padre. Esos que hace unos meses criticaban a la AFE cuando la asociación de jugadores reclamó por enésima vez que los patronos cumplieran con las responsabilidades salariales, y les pusieron de vuelta y media por tratar de ir a la huelga, ahora se han vestido de fariseos y han cambiado la vara de medir

229. (Publicado en Las Provincias, el 30 de marzo de 2011)