4/4/11

Fariseos y otras especies

Que este fin de semana haya fútbol o no, que prospere el pretendido paro convocado por la LPF, va a ser lo de menos. Lo de más, lo significativo, es que sea la patronal (salvo seis clubes discordantes, que presentaron ante el juez una impugnación) quien atice las brasas de una huelga. Porque, amigo, esto tiene toda la pinta de una huelga, aunque traten de disfrazarla de lagarterana.
Lo que sucede no es ni más ni menos que un ejercicio de presión que, pensaba uno, estaba reservado exclusivamente a los proletarios. Pero mira por donde ahora lo ejercen los empresarios en contra de los aficionados y, de paso, le echan un pulsito al Gobierno, que es lo que le faltaba al ejecutivo. Estos señoritos de la LFP quieren cargarse por las bravas la Ley Audiovisual que se aprobó el año pasado. ¿Un partido en abierto? ¡Anda ya! ¡Si quieren fútbol, que paguen y que callen!
El Valencia, que es uno de los clubes a los que debe de importarle bien poco los aficionados, reproduce en su web el resultado de una encuesta que la LFP se ha sacado de la manga, en la que la patronal futbolística asegura que los seguidores «quieren ver fútbol de pago». ¡Qué sufridas son las encuestas! A lo mejor es que solamente le han preguntado a Astiazarán y al tal Jaume Roures.
La patronal, la colectividad de clubes españoles de Primera División (todos, menos seis), esas sociedades que arrastran una deuda con Hacienda de cerca de 700 millones de euros, avivan la llama de la avaricia. Porque no nos olvidemos que en el horizonte de todo este entramado aparece el enfrentamiento que mantienen los propios patronos por el reparto del pastel televisivo.
Cuando hay pelas por medio, los hay que no conocen padre. Esos que hace unos meses criticaban a la AFE cuando la asociación de jugadores reclamó por enésima vez que los patronos cumplieran con las responsabilidades salariales, y les pusieron de vuelta y media por tratar de ir a la huelga, ahora se han vestido de fariseos y han cambiado la vara de medir

229. (Publicado en Las Provincias, el 30 de marzo de 2011)

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