31/5/13

CUMPLIR CON LA OBLIGACIÓN



Este fin de semana vamos a vivir situaciones que no son nuevas. Coyunturas que se repiten cada año por estas fechas y que de no ser por la distancia en el tiempo podrían pertenecer a algún capítulo del Lazarillo de Tormes o de El Buscón, porque están a caballo entre la picaresca y la sátira.
Se resume en dos palabras: maletines y transistores. Y aunque las ciencias adelantan que es una barbaridad y las aplicaciones de los móviles adquieren tremendas velocidades, continúan utilizándose los mismos aparatos de recepción, y perduran los maletines porque con el cash hay menos posibilidades de dejar rastro alguno que pueda husmear el Tebas de turno.
Este es un fin de semana que huele a maletines y transistores. Pero también, como suele ocurrir en otras ocasiones hay tufo a matemáticas porque a los clubes que no han estudiado lo suficiente durante el curso no les salen las cuentas y se dedican a esperar un tropezón del vecino que puede acabar siendo más que favorable. Es ese momento en el que a algunos se les escucha decir lo de "Yo soy de tal equipo de toda la vida", cuando con todo lo que desconocen se podría escribir una docena de volúmenes de la historia de esa sociedad.
Basta echar un vistazo a la clasificación de la llamada mejor Liga del mundo para comprobar que algunos se aferran tanto al tropiezo del rival como al acierto propio. En la parte alta casi todo está decidido. Fundamentalmente falta determinar que el Valencia cumpla con su obligación en Sevilla. Con Valverde deshojando la margarita sobre su futuro, el del Valencia pasa por el Pizjuán. Depende de sí mismo para garantizarse entrar en el cuarteto de Champions (con los consiguientes cerca de 18 millones de euros de beneficios) sin necesidad de tener que agradecer un favor del Dépor, que bastante tiene con lo suyo. Porque de la misma manera, con una victoria ante la Real eludiría tener que purgar sus penas en Segunda.

514. (Publicado en Las Provincias, el 31 de mayo de 2013)

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