12/6/15

SEVILLA, PIQUÉ Y CR7




Hay quien dice que en los momentos de euforia habla el subconsciente, aunque a veces parece que sea cuestión del inconsciente. La insensatez. Por lo que se dice, por cómo se dice, en dónde se dice y también por quién lo dice y por la repercusión que tiene lo que dice. Y hablamos de fútbol, ¿eh?, a pesar de que las barbaridades que se escuchan en los estadios se pueden extrapolar a escenarios mucho más solemnes. Se ve que quien o quienes alzan así la voz no piensan... sus palabras. Y no es solo cuestión de formas; el problema es de fondo.

Estos días se habla del ejemplar castigo que Competición ha impuesto al Sevilla y de que el club dijo que recurriría para no convertirse en el primer equipo sancionado con el cierre parcial de su estadio. Todo como consecuencia de los cánticos ofensivos de un grupo de radicales que, ¡pásmate!, dirigían a seguidores del un rival que nada tenía que ver con el partido Sevilla-Athletic, que era el que en ese momento se jugaba en el Sánchez-Pizjuán.

Los improperios y denuestos no han sido ni son exclusivos del estadio hispalense. Ni los hechos que ahora se pretende añadir, porque Competición quiere ampliar el tiempo del castigo y la cuantía de la sanción económica debido a la apertura de otros expedientes que recogen situaciones análogas.

El Sevilla, como es lógico, se queja. Controlar a la masa es complicado y aunque su afición –como en general las del resto de equipos– poco tiene que ver con el grupito de energúmenos que tienen espejo en el resto de escenarios, se ve que ha llegado el momento de decir basta.

Esta muy bien lo de acabar con agravios y dicterios colectivos. Pero se olvidan de meter n el cesto, o en vereda, a protagonistas de actuaciones ofensivas individuales. Las verbales y las gestuales de personajes de relevancia deportiva a los que, ya que muchos consideran ídolos, deberían de ser un ejemplo para los jóvenes que los imitan.

No se trata de señalar solo la reciente balandronada de Piqué, que durante la celebración del éxito del triplete citó a Kevin Roldán para mofarse de Ronaldo. Ese podio lo comparte el delantero portugués, que fue igual de mentecato cuando en el último partido en el Camp Nou se echó mano a los huevos para mostrar su discrepancia con la actuación arbitral tras una jugada con el citado Piqué. Y como los dos, muchos otros. La relación de iluminados con pocas luces es larguísima. 


Está bien que los que mandan traten de poner coto a tanto desatino. Pero su actitud con el Sevilla cojea del mismo pie que la de los ciudadanos que tan bien retrató la viñeta que ayer publicó Ramón en estas páginas. Porque es difícil de entender el criterio de que la mano derecha exija a unos lo que la mano izquierda consiente a otros.

580. (Publicado en Las Provincias, el 12 de junio de 2015) 




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