El Valencia ha sido de siempre un
equipo que ha mostrado especial fortaleza en su sistema defensivo. Podría
decirse que sobre esa premisa ha ido fraguando su carácter, al margen del
rendimiento que en ocasiones ha dado su capacidad ofensiva, que no por eso hay
que dejarla aparte. Pero a lo mejor no es del todo acertada, o al menos no
siempre en el fútbol, esa frase que se le atribuye a Napoleón o a uno de sus
generales sobre que la mejor defensa es un buen ataque. No siempre. Por encima
del talente ofensivo está el hecho de construir la casa con sólidos cimientos y
eso, de años, al equipo blanquinegro le ha proporcionado consistencia y buenos
resultados.
En el pasado reciente tenemos los
mejores ejemplos con jugadores como Cañizares, Ayala y Albelda, que se
constituyeron en un determinante eje de la formación, porque proporcionaron
seguridad y ofrecieron un tremendo soporte al resto del equipo. En la pasada
temporada se ha mantenido aquel criterio ya que Diego Alves, Otamendi y...
vamos a incluir a Javi Fuego –aunque no al nivel de los otros dos– tomaron el
testigo, convirtiéndose en el necesario sostén para afrontar la transición de
defensa a ataque. Los números avalaron al equipo, aunque a algunos el juego no
nos llegó a entusiasmar.
Todavía es pronto para mirar lo que
está por venir, pero tampoco es cuestión de dormirse en los laureles porque la
Champions no espera a nadie. La previa está ahí y de entrar en el torneo
continental a quedarse fuera no hay que descubrir que existe todo un mundo de
dinero y de prestigio.
Las cosas, por lo tanto, han de
estar muy claras desde ya. Estos días se habla mucho de refuerzos, de
delanteros... Se especula en que si se va este y que si viene el otro. Y, bien,
"Quant més sucre, més dolç". Pero del eje fundamental del equipo de
momento poquito o nada. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que el portero
Diego Alves necesita un relevo solvente porque va a tardar bastante en
recuperarse de la grave lesión que sufrió en el último partido de Liga. ¿Y de los
demás jugadores? Doctores tiene la Iglesia, aunque no sé si será el
prelado o el amigo del jefe quien resuelva en torno a una alternativa de solvencia para ocupar el puesto
de medio centro, y sobre lo que pasará con Otamendi, quien por cierto habla de la Copa América pero sigue sin decir ni mu de su
deseo de futuro.
Desde hace años el Valencia se ha
caracterizado por cimentar la plantilla. Es el abc del fútbol y ahora no tiene
porque ser al revés, se "fale em espanhol ou em português". Pero hay
que insistir en que la mejor defensa no pasa por presentar
exclusivamente un buen ataque, aunque nadie niega que el guiso se
complementa con muchos ingredientes.
579 (Publicado en Las Provincias el 5 de junio de 2015)
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