9/8/13

ADIÓS, CAPITÁN

Hace ya algunos años, antes de que Paterna fuera una realidad, cuando el Valencia se ejercitaba en un terreno anexo a la zona de Mestalla que recae en la avenida de Aragón y los entonces becarios acudíamos allí a hacer las entrevistas, un veterano periodista, que fue uno de mis maestros, me aconsejó que no hiciera amistad con los jugadores, a pesar de que casi éramos de la misma quinta y en ocasiones compartíamos unas claritas después de los entrenamientos. "Siempre serás más objetivo. La amistad guárdala para cuando se retiren", me dijo.
Hasta hoy David Albelda ha sido la excepción de aquella regla que seguí a rajatabla. A modo de disculpa, que no hay porqué, referiré que le conozco desde que su padre, Pepe, amigo y ejemplar ex ciclista profesional, durante una etapa de la Vuelta a la Comunidad me habló de su chaval de quince años que empezaba a destacar en el juvenil del Valencia. "Has de veure jugar al meu nebot!", también me espetó al poco tiempo su tío Paco, otro ex profesional del ciclismo.
Desde entonces seguí de cerca la trayectoria de David. Su paso por el Mestalleta, las cesiones al Villarreal, el debut en el Valencia, en la selección, los éxitos, muchos... y los momentos de dificultad, que no han sido pocos. Y fui su amigo, y precisamente por eso hubo respeto mutuo. Ni confidencias ni jabón en las crónicas.
Como todos los aficionados conocen al David futbolista, en este adiós me centro en el David persona, un gran tipo, que nadie puede imaginar lo que ha sufrido en los últimos años para recuperar el crédito que algunos le negaron cuando no tuvo otra que enfrentarse a quien dominaba la sociedad y trataba de cortarle las alas.
Ahora mismo es imposible imaginar a David despotricando de nadie. Y eso que se va muy dolido. Pero es un capitán... Tenía ofertas y cuerda para rato. Sin embargo su continuidad no sólo era cuestión de dinero. Para él el fútbol es bastante más. El Valencia, su equipo, ha sido un sentimiento muy difícil de igualar. Aunque eso es algo que probablemente algunas personas no podrán entender nunca porque no saben lo que significa. Y eso también le duele.
518 (Publicado en Las Provincias el 9 de agosto de 2013)

No hay comentarios: