30/11/12

FUTBOL, HORARIOS Y GENIOS

Lo de los horarios del fútbol da para mucho. Se puede estar discutiendo siete días y al cabo de la semana seguiríamos igual, sin entender los criterios de tanto genio. Cuando iba a empezar la Liga y se fijaron los horarios de los partidos de las tres primeras jornadas, el presidente del Atlético dijo que si la LFP era quien los había establecido, se tendrían que marchar todos, desde el presidente hasta el último. La verdad es que Astiazarán lleva ahí desde 2005... Ahora, que Villar está al frente de la FEF desde hace más veinte años y ya se sabe lo conveniente que es la savia nueva. Pero eso es otra historia, que diría el entrañable Moustache.

Cuando no es la LPF, es decir el señor Roures, es a la Federación a quien le corresponde determinar a qué hora hay que jugar los partidos de Copa. Y el asunto acaba siendo de locos por los tremendos contrasentidos que presenta. Si en la Liga hay hasta diez horarios distintos para que no coincidan encuentros y las teles puedan recaudar desde el viernes hasta el lunes, en la Copa no ha sido casualidad  la concomitancia de los duelos del Valencia, en Mestalla (con el Llagostera) y del Levante, en el estadio Ciutat de València (con el Melilla), o los Barcelona-Alavés, en el Camp Nou, y Espanyol-Sevilla, en Cornellá-El Prat.

"Parece que esos horarios los fijó una agrupación de esposas antifúlbol", aseguró con ironía un amigo, antes de conocer que en Orriols hubo en torno a once mil espectadores y en Mestalla no pasaron de nueve mil, a pesar de los centenares de entradas de regalo que repartió el club.

Está claro que el Llagostera no es un rival que tenga tirón y menos cuando la eliminatoria estaba "resuelta" desde el partido de ida. Pero si la Copa de por sí ya interesa bien poco en el formato actual (al menos hasta que lleguen las semifinales), con los horarios coincidentes se ha dicho que lo que no interesa es que la gente acuda al campo.
477 (Publicado en Las Provincias, el 30 de noviembre de 2012)
 

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