30/11/11

Miguel, recuerda a tu papá

Nunca hagas lo que no te gustaría que te hicieran a ti». La frase la pronunció Miguel Brito en el transcurso de una entrevista que le hice en mayo del año pasado. Hablábamos de forma distendida de muchos asuntos. De su vocación, de su infancia, de sus pasiones -que son sus hijas Débora, Rafaela y Tatiana, sus padres y el fútbol-, se explayó en lo satisfecho que se siente por el apoyo que en todo momento ha tenido de la familia y respondió con ese «nunca hagas...» al pedirle uno de los consejos que cuando era niño le dio su padre.

Hago mención a todo esto antes de hablar de la nueva polémica que envuelve a Miguel Brito, porque debe quedar claro que en la distancia corta el portugués es un buen tipo, aunque desde luego un poco niño, como calificaba a los futbolistas el entrañable doctor Arregui. Esa falta de responsabilidad de imberbe es la que le pierde y la que en demasiadas ocasiones le ha hecho meter el pie en el charco sin llevar botas de agua. Y ahora mismo ya diluvia sobre mojado. El enésimo retraso en un entrenamiento ha vuelto a poner al futbolista y al club en boca de todos, aunque Unai quiso disfrazar la situación.

Es más de lo mismo. Al inicio de esta temporada Miguel ya desbordó el vaso que estaba rebosando desde hacía algún tiempo. Parece que lo del portugués y lo de pegarse las sábanas es algo de carácter patológico. Un asunto sin solución, y es una pena porque no hay duda de que se trata de un buen futbolista.

A Miguel le quedan poco más de seis meses de contrato y en junio sucederá lo lógico. Pero, ¿y hasta entonces? También lo normal. Que Unai seguirá contando con él porque es el mejor en su puesto, que la responsabilidad de adoptar medidas (sanciones económicas) sigue siendo del club, y que él, por respeto a sus compañeros, debería de hacer memoria y recordar aquel consejo que cuando era niño le dio su papá.


330 (Publicado en Las Provincias, el 30 de noviembre de 2011)







El cataclismo


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.516 (29-11-2011)

28/11/11

Mis dibujos (76)

Sociedad culta (Papers, 1986)

Un voto de confianza, pero...

El tiempo es cambiante, como las personas. En el aspecto meteorológico hay pocas variaciones, aunque estos últimos días parece que ha empezado a refrescar un poco, ¿no? Bueno, pues con el Valencia pasa lo mismo. Se nota un ligero cambio. Incluso diría que pocas veces la credibilidad y el prestigio de Unai Emery han estado tan valorados como ahora mismo.

Al igual que en breve tenemos que sacar del armario prendas de más abrigo, con el transcurrir de los partidos también se puede hablar de un antes y un después del equipo, que lo establece los cuatro partidos que se han disputado en el mes que estamos a punto de despedir. Desde el triunfo sobre el Leverkusen, pasando por la victoria ante el Levante, hasta la del sábado, frente al Rayo, aparte de que a pesar de la derrota, se computa en el haber el espíritu que hace dos semanas puso el equipo al enfrentarse al líder, Real Madrid.

En este periodo el Valencia ha ofrecido las mejores sensaciones (aunque sería bueno que el árbol no nos impidiera ver el bosque) y muchos de los detractores del entrenador se han subido al tranvía de los resultados y los elogios y ahora le valoran más.

La premisa de cualquier equipo es ganar y el Valencia consiguió los tres puntos en Vallecas. Bien. Pero la exigencia del guión reclamaba bastante más de esa apuradita victoria, sobre todo porque enfrente hubo un equipo que lleva camino de convertirse en carne de Segunda. Y refugiarse en que unas jornadas antes ganó al Málaga no es más que darle lustre a una simple anécdota de una Liga descompensada. Tan anécdota como en anécdota deben de quedar las dificultades que el equipo de Emery tuvo en Vallecas. Voto de confianza sí, pero sin olvidar que detrás del árbol está el bosque. Vamos, que hay que lidiar en la Champions, en la Copa y además todavía quedan dos tercios de campeonato.


329 (Publicado en Las Provincias, el 28 de noviembre de 2011)







25/11/11

Soldado, una china en el zapato

Solamente por el hecho de haber conseguido un récord histórico hay que quitarse el sombrero. Siete goles no se marcan todas las semanas ni todas las semanas un delantero, como ha hecho Soldado, marca tres goles en el mismo encuentro, aunque esta temporada el chavalote está que se sale con ocho dianas en la Liga y cinco en la Champions.

Ahora mismo lo más realista sería elogiarle; tanto como oportunista resultaría hacerle la pelota a Unai, aunque siempre habrá quien le recuerde el error con las fichas federativas que obligó a la alineación inicial de Feghouli (otras veces titular, ¿eh?) en lugar de Piatti, que era el elegido. Se dirá que si patatín y que si patatán, pero no será más que especular. Ni una golondrina hace verano ni se debe menospreciar el trabajo de un entrenador que en su tarjeta de visita presenta cifras que otros quisieran. Una cosa es que te guste el juego del equipo y otra el rendimiento que consigue.

Ahora bien, ensalzar a Soldado no tiene réplica, y creo que únicamente se escucharía un silencio. El del señor marqués. Roberto se ha convertido en una china en el zapato de Del Bosque. En esa piedrecilla que jode. Todo indica que el seleccionador teme abrirle una puerta porque probablemente con sus goles la dejaría de par en par y eso significaría tener que cerrársela a otros en los que confía más... o con los que no tiene viejos asuntos pendientes, que esa es otra. Porque ¿y si le da bola y responde? Menuda papeleta, ¿no?


328 (Publicado en Las Provincias, el 25 de noviembre de 2011)





24/11/11

Mis dibujos (75)

23/11/11

Lo que cuenta es el presente

Lo del sábado ya no cuenta. Ya ha pasado, ¡hala! El Genk está ahí y el partido de hoy es demasiado importante como para que le reste protagonismo el manotazo de Higuaín, que es tan historia pretérita como el batacazo que un día después se dio el partido socialista en las urnas. Claro que, como todo esto ha sido tan gordo, y a pesar de que el desenlace no sólo era previsible sino que pocos lo dudaban, se continúa hablando de una cosa y de otra.

En el deporte, aparte de las visiones partidistas, se sigue discutiendo si se utilizan diferentes varas para medir y si hay equipos que desde hace años disfrutan de privilegios. Pero también se argumentan las carencias de un entramado caduco que no sabe evolucionar para evitar errores como el del sábado. Y en lo que atañe a todo el personal, rara es la tertulia en la que no salga a relucir la tendencia de voto, que ha estado claramente influenciada por la crisis, el desempleo y el desengaño.

Pero, a lo que íbamos, el valencianismo ahora sólo ha de pensar en el Genk, al que el equipo está obligado a ganar hoy en Mestalla para seguir dependiendo de sí mismo en su camino hacia los octavos de la Champions.

Y con independencia de que acompañe la meteorología, habrá que prestar especial atención a la respuesta que ofrezca el aficionado, después del apoyo que proporcionó en el partido frente al Madrid. Pero, sobre todo, si el equipo es capaz de enganchar al público de la misma manera que lo hizo entonces, en los cinco minutos iniciales y especialmente en la segunda parte, tras ir por detrás en el marcador.

¡Ah! Y una ventaja para el supuesto de que, pongamos por caso, durante el partido hubiera un penalti por manos de un jugador belga. Como en Champions hay árbitros de área, no habría problema. Evitaría que se estuviera discutiendo sobre si existe una toma de vídeo en la que se ve la falta con claridad. ¿O no?


327 (Publicado en Las Provincias el 23 de noviembre de 2011)<p>









22/11/11

El PSOEPELIO


(Publicado en Valencia Fruits, nº 2.515 (22 noviembre 2011)

Lo que vimos y lo que fue

Los puntos de vista no siempre son coincidentes. Vamos a imaginar que así comienza una clase de filosofía y que el profesor expone a debate de los alumnos que el punto de vista de una persona es único y diferente al del vecino, y que nunca llegamos a ver lo absoluto en su totalidad.

Uno de los estudiantes levanta la mano, el profesor le da la vez, y aquél conviene que, efectivamente, cuando faltan otros puntos de vista, se corre el riesgo de equivocarse en la apreciación, pero proclama que sólo ocurre si quien tiene en su poder la prueba irrefutable niega la evidencia.

He querido imaginar un aula con alumnos debatiendo lo que desde la noche del sábado está en boca de todos. Si Higuaín cometió o no penalti en los minutos finales del partido de Mestalla. Lo que vimos y lo que fue. Hay una mezcla de observación, apariencia, razón, sentimientos... Quienes estaban más cerca del fondo norte, dependiendo de la perspectiva de su asiento, observarían la jugada con mayor nitidez que quienes ocupaban la zona opuesta. Pero quienes lo vieron por televisión, que ofreció distintas repeticiones desde diferentes ángulos, no deberían de tener motivo de duda. O sí, porque en ocasiones el interés o la pasión maquillan la realidad. Y quizá por eso el protagonista de la jugada miró al suelo, hizo una pausa y tomó aire antes de salirse por la tangente al responder al periodista que le preguntó si había cometido penalti o no.

Repetir que el mundo del fútbol está obsoleto es caer en redundancia. Los árbitros se pueden equivocar porque son humanos o sencillamente porque son malos. Los futbolistas pueden disfrazar la verdad y mentir para defender el color de quien les paga, pero en este caso, además, el dueño de las imágenes, enfadado por un quítame esas pajas, se puso la bufanda del sentimiento y trató de disfrazar la realidad.

Por eso hay que insistir para que esto cambie alguna vez. Hay métodos, técnicas y ejemplos en otros deportes para conseguirlo. No se trata de demostrarlo después. Es para que no se tenga que discutir.


326 (Publicado en Las Provincias el 22 de noviembre de 2011)









18/11/11

Parlem valencià?

Leo con estupor que deberíamos de empezar a aprender alemán, porque en pocos años esa será la lengua que se hablará en Europa. Quienes lo pregonan no aluden al fútbol, ¿eh?, se refieren a la política económica y defienden su postura a pesar de las palabras de Jean Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, que termina de puntualizar que los teutones están bastante más endeudados que nosotros.

En el mundo del fútbol patrio también son muchos quienes desde hace tiempo vienen diciendo que sólo hay dos lenguajes en la Liga. Son los convencidos de que al final sólo se hablará con deje de Chamartín o con acento barcelonés. Y en este caso también han salido, como Juncker, advirtiendo de los endeudamientos y las ventajas económicas que disfrutan los clubes elegidos.

Pero mira por donde, resulta que hasta el momento en la competición se ha hablado también otro idioma: el valenciano. Pegadito a los galácticos aparece el equipo de Mestalla, que está decidido a demostrar que en esta obra aspira a bastante más que interpretar un papel de 'maldito', aunque es consciente de que mañana, frente al Real Madrid, deberá de rozar la perfección para poder superar a un rival plagado de estrellas, que ha mejorado en pegada y que lleva puesta la quinta marcha.

En estas circunstancias uno siempre se aferra a cuestiones como máxima atención, jugar al ciento veinte por ciento, apoyos, o a la proeza del Levante en la cuarta jornada.

Los números son un aval para el Valencia aunque a algunos su juego no nos entusiasme. Y sin obviar que no es tarea fácil, dado que hasta ahora en la Liga se ha hablado valenciano, no hay porqué poner en duda que se siga haciendo.
Estoy seguro de que si le preguntaran a Di Stéfano qué ha de hacer el Valencia para superar a su Madrid, repetiría la misma ironía de hace unos años, cuando se lo plantearon en una de las etapas en las que se sentó en el banquillo de Mestalla: «Marcar un gol más que ellos», espetó. Pues eso: Parlem valencià?

325 (Publicado en Las Provincias, el 18 de noviembre de 2011)









16/11/11

Mis dibujos (74)

La mona se viste de seda

Valor añadido

Siempre se ha dicho que añorar el pasado es correr tras del viento, pero no es menos cierto que el pasado siempre está presente y que para construir el futuro es importante recordarlo. Quizá por eso, en vísperas de la visita del Real Madrid a Mestalla, muchos aficionados valencianistas sueñan con que se reediten momentos brillantes, y se recrean en encuentros como el de la primera temporada de Unai al frente del equipo, que terminó con un rotundo 3-0.

Claro, que cada uno ve la feria desde su atalaya, y los madridistas se aferrarán a la goleada del último ejercicio, aparte de que esta temporada, más presionado, el equipo tiene mejor tino que en la anterior. Pero dejando al margen la bondad de las cifras, cada semana hay que desarrollar los argumentos y eso es lo que contará el sábado, sobre el nuevo tapete de Mestalla.

A pesar de que todavía no se ha cubierto siquiera un tercio de la Liga, el partido tiene pinta de que va a marcar bastante cosas. En los últimos días los aficionados hablan de lo mucho que esperan de su equipo. Siempre que llega el líder, un rival de enjundia, aumenta la pasión, y aunque después la visión de la grada determina que el juego del Valencia no acaba de ilusionar (¿qué fue antes, el huevo o la gallina?), hoy por hoy el equipo está en disposición de demostrar que la Liga no es sólo cosa de dos, como se dice. No, señor. Por lo menos, aún no, aunque la lozanía económica de merengues y azulgranas les haya dado para comprarse limusinas.

Si el partido termina con victoria madridista, el equipo de Mourinho se destacaría con siete puntos de ventaja. Demasiado ya. Pero si es el Valencia quien gana, la cabeza de la clasificación quedaría en un pañuelo. Y, aparte de eso, que sería mucho, el triunfo podría y debería de convertirse en un punto de inflexión, en una especie de banderín de enganche para darle un arreón a los seguidores, que en los últimos tiempos han quitado el pie del acelerador. Por eso para el Valencia se trata de un partido con valor añadido.


324 (Publicado en Las Provincias el 16 de noviembre de 2011)







15/11/11

¡Alfredo, huy que miedo!


Publicado en Valencia Fruits, nº 2.514 (15-11-11)

14/11/11

Jordi Alba, otro ejemplo

En los próximos días se va a hablar mucho de Jordi Alba. Desde Cataluña ya lo vienen haciendo repetidas veces y ahora, después de su segunda presencia en la roja, a pesar de la decepción del resultado (porque las derrotas siempre escuecen), como el valencianista disputó los noventa minutos para frenar a Walcott y lo hizo con eficacia, seguro que se repiten esos cantos de sirena e, incluso, empiezan a sonar desde otros lugares.

Jordi es de los jugadores que cobran menos de lo que rinde. Tiene contrato con el Valencia hasta 2013 y el club quiere ampliarlo y de paso aumentar la cláusula de rescisión, que asciende a 20 millones. Lógico, por su progresión.

En marzo próximo Jordi cumplirá 23 años, pero es un futbolista que ya hace tiempo que se graduó. Con carita de no haber roto un plato, a la chita callando se ha abierto camino en el concierto futbolístico español. En el verano de 2009 convenció a Unai de que podía estar en el primer equipo, pero no hay que olvidar el apoyo que tuvo del entrenador (al César lo que es del César), que le convenció para que retrasase su posición a la de lateral.

El caso de Jordi tiene más de un espejo en Mestalla. En la edad de cadete fue descartado por el Barça y tras pasar por el Cornellà el Valencia se llevó al juvenil «por cuatro pesetas». Un caso similar al de Silva o Mata, a los que en el Bernabéu también hicieron poco caso. ¡Cuánto Rappel suelto!
Los bajitos, que entonces no estaban de moda, hoy son protagonistas en sus clubes y en el equipo nacional. Estamos hablando de futbolistas que llegaron al Valencia con apenas bagaje y que han sido más que rentables. Prácticamente se formaron aquí y además su posterior salida representó muchos euros.

Por el momento sólo ha habido una aproximación del club y los agentes de Jordi. Un «tenemos que hablar», y aunque queda tiempo por delante, es conveniente mantenerse alerta para evitar lamentaciones (no hace falta decir nombres), porque aquí el que no corre, vuela.


323 (Publicado en Las Provincias, el 14 de noviembre de 2011)










11/11/11

Asuntos a porrillo

En cuanto se paraliza la Liga surgen más noticias que nunca. A porrillo. Hay que ver lo que da de sí una semana sin competición. En este sentido los bolos de la selección siempre han ayudado, eso sí, dependiendo de cuál fuera la trayectoria del equipo; los últimos resultados han influido para bien o para mal.
Esta vez, en los días previos al nuevo parón, los asuntos se han encadenado de forma consecutiva y, salvo un par de verdadera entidad, a los que hay que adornar con letras de neón, otros parecen extraídos con pinzas. De esos que huelen más que Emarsa, cantos de sirena que llegan de lejos para distraer la atención.

Para arrancar, nada mejor que algo de mucho empaque. Desde hace tiempo todo el valencianismo esperaba que rompiera aguas y el presidente Fabra adelantó que hay en marcha gestiones para desbloquear el proyecto del nuevo Mestalla, de la mano de Bankia y quizá otra empresa.



Claro, y como especular es gratis y en los últimos días un grupo de empresarios chinos ha estado en Valencia y visitó Paterna, pues enseguida se apuntó su «intelés en inveltil en el club de Altes Gláficas», que ojalá, ¿no?
Otro. Ayer el tweeter echó humo con el que si sí que si no, que si subo que si bajo, de una hipotética venta de acciones de Juan Soler a Nou Valencia.

Más madera, que es la guerra», como decía el inolvidable Groucho. Puesto que el sábado, en el Ciutat de València, hubo un técnico del Barça, que a lo mejor acudió exclusivamente a ver, pongamos por caso, a Valdo, pues a la prensa de Cataluña le faltó tiempo para poner a Jordi Alba y Víctor Ruiz en la órbita azulgrana. ¡Como si no se hubiera hablado de ambos el pasado verano, antes de empezar la Liga! Aparte del «por si acaso», el Valencia lleva tiempo trabajando en una ampliación del contrato del lateral/interior.
Y para echar la persiana, una realidad palpable. Parejo quiere irse cedido en el mercado invernal, y no le faltan motivos. ¡Claro que esto en unas semanas, con partidos por medio, podría dar un vuelco...!
322. (Publicado en Las Provincias el 11 de noviembre de 2011)

Las intocables (1920-1933)


Ni una palabra más.

9/11/11

Repique de campanas

Los repiques de campanas, litúrgicos o civiles, encierran un lenguaje especial. Unas veces doblan para recordar la oración, otras para convocar a la gente o para resaltar la alegría. A Manuel Llorente le debió de saber a gloria el volteo que ayer llegó al club desde la Generalitat, porque el presidente Fabra hizo público que el Consell y el Ayuntamiento hacen gestiones para que el nuevo Mestalla se pueda acabar cuanto antes, de la mano de Bankia y, tal vez, también de otra empresa.

En ocasiones, si suenan justo a tiempo, las campanas pueden evitar la angustia de besar la lona, y utilizo el símil boxístico a modo de homenaje, hoy precisamente que el mundo del cuadrilátero escuchó el ralentizado tañer a intervalos, en señal de luto por la muerte del gran Joe Frazier.

Como en cualquier otro ámbito de la vida, todo se interpreta según la ideología de cada cual o, probablemente, de sus intereses, y de esta forma, el día después «del debate», dependiendo desde qué acera se observe el panorama, se dirá que fue a uno u otro candidato a la presidencia a quien salvó la campana, a pesar de que la realidad determine que ninguno llegó a estar sobre las cuerdas, como por cierto le ocurrió ayer a Berlusconi en el parlamento italiano, porque allí sí que hubo sonido a difuntos.

Pero aquí hablamos de fútbol y nos centramos en los repiques de campanas salvadoras. Las que ha escuchado Unai gracias a los resultados frente al Getafe, Bayer y Levante, que le han dado vidilla, del mismo modo que sus jugadores, en especial a Feghouli y, en el último partido, a Tino.

En las últimas horas, en el concierto valencianista ha sonado a rebato, un toque civil para dar cuenta de una adversidad: la exclusión de Soldado de la lista de internacionales para los amistosos en Inglaterra y Costa Rica. No es la primera vez que ocurre y al jugador no le queda otra que seguir tañendo el bronce, seguir repicando con sus goles para alertar y dar un nuevo aviso al que ahora no le escucha.


321 (Publicado en Las Provincias el 9 de noviembre de 2011)









8/11/11

Conversaciones de gasolinera

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.513 (8-11-11)

7/11/11

Un soplo de aire fresco

En poco más de una semana el Valencia le ha dado la vuelta a una situación que, a pesar de que los números le avalaban, resultaba incómoda para el equipo y para Unai. Habían coincidido demasiadas convulsiones. El Valencia no terminaba de convencer y además algún jugador se había rebotado. Las tres victorias consecutivas frente al Getafe, Bayer y Levante han puesto tierra por medio y se han convertido en el mejor bálsamo para que el equipo afronte el nuevo parón liguero y recargue pilas a tope, porque el inmediato invitado a Mestalla es el líder, Real Madrid.

¿Qué ha cambiado en el Valencia en apenas una semana? Los buenos resultados, un atisbo de mejoría en el juego, que no es poco (¡un soplo de aire fresco!), y el hecho de que Unai haya acertado al obtener respuesta de jugadores que por hache o por be apenas contaban y en un plis-plas han adquirido protagonismo.

En estas circunstancias son normales las alabanzas, pero poco más. Ni éxtasis ni levitaciones. En ese sentido el Levante es un buen espejo, consciente de que la Liga es una carrera de fondo repleta de obstáculos y ni siquiera se ha cubierto un tercio del trayecto.

A Unai, a quien a veces se le indigestan las críticas (algunas las conoce por transmisión oral), se le ha exigido lo máximo desde que aterrizó en Mestalla. Lo mismito que a los otros técnicos, porque además del prestigio, los éxitos del pasado reciente no permiten bajar el listón.

En algo más de tres años en Valencia, el equipo de Unai ha ofrecido luces y sombras, aunque los números le respaldan, sin olvidar las ventas de Villa, Silva, Joaquín o Mata, que aportaban un plus de calidad.

El club trató de ilusionar con Parejo, Piatti , Canales, Rami, Víctor. y aparte de que el madridista está lesionado, sólo la pareja de defensas y el repescado Feghouli han ofrecido lo mejor. Claro que sólo llevamos once partidos de Liga.

-¡Virgencita, que me quede como estoy! -dice mi amigo el valencianista, que antepone siempre los resultados.


320 (Publicado en Las Provincias, el 7 de noviembre de 2011)













6/11/11

Esta Candela si que alumbra!

Candela
3 de noviembre de 2011

2/11/11

El Valencia y Unai salvan el set

Set ball. Aunque todavía queda por hacer, lo de ayer fue un paso adelante. Un importante paso al frente. El Valencia sigue vivo en la Champions, que es lo fundamental, y al mismo tiempo Unai consiguió sacudirse el tremendo agobio que supone el enfado de Mestalla, porque durante el juego escuchó duras críticas, especialmente por la permuta de Piatti por Feghouli. El «¡Burro, burro!» hasta ahora parecía exclusivo hacia los colegiados.

Pero al poco, ¡zas!, que si quieres arroz, Catalina. Los goles hacen olvidar. Está claro que Unai acertó en los cambios. Precisamente con esa modificación y con la siguiente (Alba por Jonas), el equipo se sacudió el agobio alemán y dejó de meter el culo en su portería para ser más ofensivo. Además del triunfo, ayer era fundamental aumentar la diferencia de goles, por un hipotético empate a puntos final, y por segunda vez en la temporada el Valencia ganó por más de un tanto de diferencia.

Pero ahora ya hay que pasar página del partido con el Bayer y pensar en el del domingo, con el Levante. Y también en la lesión de Ever, que tiene mala pinta, aunque hasta hoy no habrá un diagnóstico preciso. Desde luego la ausencia del argentino sería un hándicap importante porque aparte de que atraviesa un buen momento (aunque no tan especial como dicen muchos), Parejo, su teórico relevo, sigue sin contar para el entrenador, porque ayer volvió a ser uno de los descartados.

En ese sentido Unai camina a través de un conflicto de intereses, que año a año se acrecienta por las ventas obligadas para rebajar deuda, y porque algunos jugadores le han generado problemas de orden disciplinario y él ha tenido que hacer de tripas corazón, consciente de que a la larga las lesiones o sanciones le obligarían a echar mano de todos, como ayer de Tino Costa. A Unai se le pueden exigir muchas cosas en el aspecto del juego, pero en ese otro sentido se llama a una puerta equivocada. Él está obligado a poner siempre a los que ofrezcan mejor rendimiento.


319 (Publicado en Las Provincias, el 2 de noviembre de 2011)







1/11/11

Una vía para llegar... o para salir

Publicado en Valencia Fruits, nº 2.512 (2 de noviembre de 2011)

Mis dibujos (73)

El jaque mate

(Del libro "Ropa tendida")