31/5/11

15M en el Valencia

En la decisión de Llorente de ofrecer a Unai un año más de contrato influyó decididamente 15M. Pero no me entiendan mal. No me refiero al movimiento de los indignados que con sus votos nulos o en blanco dejaron huella en los sufragios del domingo. Hablo de los 15M, de los quince millones de euros que para el club de Mestalla supone la clasificación directa para la Champions. Esa circunstancia ha pesado mucho en la determinación del presidente, porque lo que se dice confiar-confiar, confía poco en el técnico.
Unai también ha tenido influencias numéricas a la hora de aceptar el envite, aunque para su cuenta corriente sólo se trate de un ligero retoque en la cuantía de la ficha, del orden del 1.5M; eso sí, sazonada con premios especiales por objetivos por avanzar hasta la semifinal en la Copa y hasta los cuartos en la Champions.
La propuesta de Llorente se hizo esperar mucho en contraposición con la rápida respuesta que ha dado Unai. A lo mejor es que el presidente demoró el ofrecimiento para que no le restara protagonismo la captura y muerte de Bin Laden o la boda del príncipe Alberto, y si decidió hacerlo público antes de que las municipales y autonómicas fue para que le privaran de ser portada.
La oferta, no obstante, no resultó una sorpresa porque Llorente se limitó a apretar los machos a Unai con una serie de exigencias, y además la continuidad del técnico le sirve de escudo antimisiles; por si acaso llegaran las vacas flacas.
El acelerado sí del entrenador tampoco es de extrañar, aunque podría serlo porque las formas se merecían un renuncio. Aunque eso es otro cantar. Aparte de que no haya tenido otra oferta mejor, no parece que Unai tenga algo de masoquista y le guste caminar por el alambre con la espada de la duda sobre su cabeza, que por otro lado es lo que le espera. Pero seguro que su decisión se debe a que, por encima de otras consideraciones, ha valorado continuar en el que hoy por hoy es el primer club de la segunda Liga de la Primera División del fútbol español.


250. (Publicado en Las Provincias, 25 de mayo de 2011)

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