7/11/08

Rotaciones indigestas

Las permutas que introduce Unai en el equipo habitual no responden a las expectativas, salvo en el partido de la Copa del Rey ante un Tercera
Rotaciones indigestas
No tienen nada que ver con los espacios vectoriales de las matemáticas, pero también entrañan muchas complicaciones. Las rotaciones en el fútbol son obligadas aunque a veces resultan indigestas. A Unai Emery se le atragantaron el jueves, en el debut del equipo en la liguilla de Copa de la UEFA, frente al Copenhague. Consciente de que entre los partidos de Liga, Copa, UEFA y competiciones internacionales el calendario se puede hacer eterno, el entrenador del Valencia utiliza ese tradicional sistema que consiste en dar descanso a los futbolistas que, por su estado de gracia o por su calidad, acumulan mayor número de minutos de juego que el resto de compañeros. Aunque en algunos casos, como es el de Miguel en el lateral derecho, no se repite demasiado. Pero las permutas son obligadas y en ocasiones lógicas, aunque en más de una oportunidad han resultado excesivas. Sucedió en la ida de la eliminatoria europea ante el Marítimo, en el estadio Dos Barreiros, frente al humilde equipo de Funchal. Se repitió en el partido de vuelta, en Mestalla, y el jueves volvió a darse en Valencia, en el arranque de la liguilla del torneo continental. Siete, ocho o nueve permutas sobre el once habitual se antojan excesivas variaciones... Sobre todo cuando los resultados no responden a las expectativas, porque por ejemplo cuando el equipo goleó al Portugalete en la Copa del Rey nadie se atrevió a rechistar. Aunque en más de una ocasión se hayan producido para tener contento al grupo, las rotaciones son obligadas. Todos los entrenadores las utilizan. Pero no estaría de más que los técnicos recordaran que ese término, que nació del hockey sobre patines, también se interpreta como un reiterado intercambio de posiciones de los jugadores, en posesión del balón o sin él, con el objetivo de tratar de abrir la puerta de un rival que se cierra a cal y canto. De buscar el gol.
(Las Provincias, 8 de noviembre de 2008)

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