El mundo del fútbol está lleno de
reposiciones. De las deportivas y de las otras. Muchas veces escuchamos decir
que tal jugada es como la que tiempo atrás hizo fulanito, o que tal gol es un
calco del que marcó menganito, y también
se repite la misma cantinela respecto a la deuda que los cubes mantienen con la
Agencia Tributaria y la Seguridad Social y cómo van a cancelarla.
Pocas cosas cambian. Al revés. En los
últimos cuatro años la deuda de los equipos de fútbol con Hacienda ha aumentado
de forma considerable. Supera los 750 millones, y la que mantienen con la
Seguridad Social ronda los 10 millones.
A pesar de que la Liga ha comenzado
marcada por la austeridad, de que en general los equipos se han apretado el
cinturón (han vendido más que han fichado y el "coste cero" se ha
hecho habitual), cada vez chirría más el silencio y la condescendencia de los
poderes públicos por el trato de favor que probablemente hubieran querido para
sí alguna de las casi 2.500 empresas que en el segundo semestre entraron en
concurso de acreedores.
La deuda de los clubes, en una época
de tantos recortes sociales, clama al cielo. Porque además el presidente del
CSD se muestra blandito con lo de que Hacienda "mantiene un seguimiento de
los pagos de los clubes, conoce sus nuevos ingresos y el primer objetivo es
cumplir con las obligaciones fiscales". ¡Faltaría más!
Todos sabemos que los equipos de
fútbol acaban siendo votos en unos comicios, pero los otros que votan a lo
mejor para los otros que votan esperan algo más que un tirón de orejas. Porque
cuando desde 2088 hasta enero pasado en España han desaparecido 177.336
empresas, si a la lista se añade algún
equipo... ¡angelitos al cielo!
Otrosí digo: El Valencia es uno de los
clubes que desde hace tiempo está en paz con Hacienda. La deuda que mantiene
con Bankia es otro cantar, aunque la entidad financiera acabe recibiendo un
trato de favor en forma de dinero público.
438 (Publicado en Las Provincias el 24 de
agosto de 2012)
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