Con la definitiva incorporación de
Paco Alcácer a la primera plantilla del Valencia, el club recuperará el verdadero
papel de la cantera y terminará con diez años de farsas, porque la llegada de Guaita,
hace dos temporadas, acabó siendo más casual que causal. Nadie pasa por alto
que al portero se le abrió la puerta de la continuidad como consecuencia de las
lesiones de César y Moyá.
Paco Alcácer cuenta con la confianza
de Pellegrino, que le conoce desde la etapa cadete y no le ha quitado ojo de
encima. Esto supone un visado en el pasaporte del campeón europeo sub 19, como
también lo es el aviso del técnico, al puntualizar que el hecho de que haya
destacado en las categorías inferiores no quiere decir que ahora vaya a
triunfar. Esa frase tiene bastantes más lecturas que la de una advertencia,
porque el entrenador espera mucho del chico y ya le marca la senda.
Desde hace tiempo los aficionados el
Valencia esperaban que algún jugador de la cantera diese ese paso deseado. Los pocos
casos anteriores (Albiol, Silva, Pablo o Guaita) se fraguaron tras destacar en
otros equipos como consecuencia de cesiones o traspasos y posterior repesca. Desde
David Navarro, ninguno llegó de forma directa, como ahora lo hace Alcácer y,
tal vez, también lo haga Bernat.
Entre tano, como en el viejo romance,
hila que te hila, el director deportivo Braulio Vázquez apura las últimas
puntadas y, aparte del necesario y esperado lateral zurdo, ha echado la red en
busca de un delantero para completar el grupo. Esa última pretensión entraña un
sabor agridulce. Satisfacción porque todo lo que sea sumar es bueno. Sin
embargo a la vez, la llegada de un tercer atacante podría ir en detrimento de
la continuidad de Alcácer, que lo que necesita es campo abierto.
Pero hay algo más que debe de
preocupar y que, visto desde el
exterior, hace torcer el bigote. Cuando se habla de atacantes, los perfiles o
las características de los que suenan y han venido sonado, son tan dispares que
parece obligado preguntarse qué criterio se sigue para en incorporación. Doctores
tiene la Iglesia, pero, salvo que son delanteros, desde luego pocas cosas en
común hay entre Nelson Valdez, Rondón, Diego Costa y Gameiro.
432 (Publicado en Las Provincias, el 10 de
agosto de 2012)
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