El
"Flaco" Pellegrino ha comenzado su trayectoria como entrenador del
Valencia con similar escasa fortuna de resultados, aunque no es el mismo caso
de entonces. Ni por plantilla ni por rivales. Sin embargo cuando los marcadores
no acompañan y los jugadores no responden a lo que se esperaba de ellos, cunde
el desánimo y afloran las críticas.
A la mínima
sacamos la puya por muy en contra que estemos con lo del Toro de la Vega. No
reparamos en que de los cinco encuentros disputados, el Valencia se ha
enfrentado a tres de los mejores equipos del momento (Real Madrid, Barça y
Bayern) y si la imagen ofrecida ha sido deficiente, que lo ha sido, los
guarismos no muestran la radical superioridad que se podía esperar por las
calidades y, sobre todo, por la distancia entre presupuestos.
Aunque, claro, si
la comparación la hacemos con los otros dos rivales (Depor y Celta), la lectura
es a la inversa y beneficia menos. Pero siempre es conveniente darle tiempo al
tiempo.
Si a
cualquier político se le ofrecen los tradicionales cien días de confianza,
Pellegrino y el equipo merece un margen. Será el día a día quien diga de cuánto
tiempo. Pero igual que no es de recibo aferrarse a las reiteradas justificaciones
de equipo en construcción (la construcción, aunque parada, es la del nuevo
campo), cinco partidos no son nada. Ni para elevar a los altares ni para
enterrar a nadie.
448 (Publicado
en Las Provincias, el 21 de septiembre de 2012)
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