Mata se ha marchado con la misma humildad con que hace cuatro años llegó a Valencia. Todavía recuerdo su imagen de chico tímido en el primer desplazamiento de la Liga 2007-08, en Manises, centrado en un libro de su admirado Murakami.
Amedeo Carboni fue quien le fichó cuando simplemente era un tal Juanito Mata y ahora, aunque aún no ha cumplido los 24, se va a Londres hecho y derecho, con la estrella de un Mundial en el pecho y el don por delante. Además de fútbol y 'savoir faire', deja un buen pellizco en la caja del club.
Estos días se habla de qué debe hacer el club con ese dinero. Lo más natural, o en todo caso lo lógico, sería que los 27 o 28 millones de euros que ha pagado el Chelsea se destinaran a rebajar la deuda, que gira en torno a los 370 millones y a diario supone bastante miles de euros en intereses bancarios.
Sorprende, cuanto menos, que se pretenda potenciar la defensa con el dinero que ahora se ingresa por Mata y que no se hable de que la ausencia del asturiano provocará una merma en el ataque. ¿El silencio es como decir que no pasa nada y que estaba de más?
Los números determinan que la línea defensiva del Valencia es la más débil del equipo. Dicho de otra forma, que hay más calidad a la hora de atacar que de defender. Pero de ahí a que se vaya Mata y que no se anteponga a lo de la defensa que el Valencia perderá potencial ofensivo... Eso habría que hacérselo ver.
289. (Publicado en Las Provincias, el 24 de agosto de 2011)
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