12/8/11

Fiesta con trampa

En partidos como el que hoy juega el Valencia, el equipo tiene mucho que perder y poco que ganar. Aunque en el decorado aparece el raído trofeo Naranja, no deja de ser un encuentro de pretemporada y por lo tanto debería enfocarse como una nueva oportunidad para ajustar pernos y tuercas. Seguro que Unai lo hará, pero en este caso tiene una obligación añadida: el resultado. Por eso el entrenador lo ha calificado de «reto que abre una nueva era». Se trata de la presentación oficial de la plantilla y al aficionado que acude al estadio no se le puede vender como un ensayo más.
La realidad dice que es un partido trampa. Fiesta y fútbol. El espectáculo comenzará con una serie de actos lúdicos y acabará con el partido frente a la Roma. Un ensayo tan serio que el resultado dirá mucho más de lo que debería. En este caso la victoria adquiere mayor importancia para generar ilusión, para favorecer el incremento del número de abonados y a la vez eliminar tensiones y evitar dudas.
A poco más de una semana para el inicio de la Liga (si la huelga lo permite), el técnico no puede refugiarse en el mejor once de garantías para ofrecer un resultado satisfactorio a los seguidores. Es un ensayo muy especial en el que tendrá que dar acceso a los actores principales y a los de reparto, que para eso se trata de la puesta de largo del equipo.
Como una antesala de las rotaciones que se producen a lo largo de la temporada, durante 90 minutos los aficionados podrán ver a todos los protagonistas de esta obra. Bueno, a casi todos, porque aparte de la ausencia de los lesionados, a nadie escapa que la plantilla todavía no está cerrada. Faltan algunas caras y también es posible que desaparecezcan otras, y no precisamente las que están de más. En las últimas horas se vuelve a hablar de Mata y el Arsenal. En este asunto el Valencia ganaría en lo económico pero perdería demasiado

284. (Publicado en Las Provincias, el 12 de agosto de 2011)



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