-Oye, ¿y este año qué nos hará el Valencia?
Él lo inquirió arqueando la ceja izquierda, como hace Zapatero, pero con un tonito de ironía.
Hablamos un buen rato de lo que hemos visto en los cinco partidos de la pretemporada, enumeramos a los que están, a los que se han ido, a los que han llegado y a los que podrían venir.
-Y a los que deberían irse -puntualizó.
Luego estuvimos hablando de la eficacia del ataque y de la fragilidad de la defensa.
Pero ni la plantilla del Valencia está cerrada ni podemos hacer pronósticos de lo que será el equipo a partir del día 20, cuando arranque la Liga en Pamplona. Aunque se ve que la balanza no está compensada.
El año pasado, por estas fechas, también preocupaba mucho la defensa (desde que se fue Ayala, no ha dejado de palparse esa inquietud), pero la discusión se enfocaba hacia el sistema, al 4-3-3 que gusta tanto a Emery y del que hasta ahora apenas ha ofrecido pinceladas debido a la lesión de Tino y a que Mata y Parejo se incorporaron tarde, y Ever aún más.
Seguro que el entrenador, fiel a sus principios futbolísticos, hará guiños al grupo para que maneje esa otra alternativa. Es bueno disponer de variantes y, además, las nuevas incorporaciones deben de permitirlo.
Aunque el tradicional 4-2-3-1 ha funcionado y la parroquia se las promete felices, la alegría ofensiva no debe impedir ver las carencias en defensa. No nos confundamos, porque no es lo mismo el compadreo de los partidos de pretemporada que cuando se mete el pie de verdad. ¡No vayamos a meter la pata!
281. (Publicado en Las Provincias, 6 de agosto de 2011)
No hay comentarios:
Publicar un comentario