Aparte de que hasta el 31 de agosto hay tiempo para que se le bajen los humos al mercado, la cuestión defensiva tiene diferentes enfoques. Los puristas defienden que el fútbol se construye desde atrás y recuerdan que la firmeza de la zaga ha sido el estandarte del mejor Valencia de los últimos años.
Son quienes más insisten en la obligación de incorporar un central para afrontar la temporada con máximas garantías. Consideran que con Rami, Ricardo Costa y Dealbert es insuficiente, a pesar de las alternativas de Topal y Maduro. Además hablan de un lateral derecho, porque a Bruno le achacan deficiencias y a Miguel, falta de implicación. Pero esa es otra historia.
También hay quienes opinan que antes de señalar con el dedo los déficits de quienes juegan atrás y dejarlos en evidencia, conviene analizar por qué el rival crea problemas, y acaban por considerar que el juego colectivo exige mayor contribución al resto de jugadores.
Otros dicen que la mejor defensa es un buen ataque, que lo hay, y se apoyan en la mentalidad ofensiva de Unai, que ha llevado al equipo dos años consecutivos a la Champions. El técnico prefiere ganar 5-4 que 1-0, y aunque el espectáculo lo agradece, el aficionado sufre que no veas y antepone lo de los fichajes que apuntalen la zaga.
En las últimas semanas se ha hablado de Pareja, Ramis, Mangala, Ogbonna... Y más que se hablará, pero en las circunstancias actuales se impone la prudencia. Las exigencias económicas de los clubes vendedores han de experimentar un descenso directamente proporcional a las horas que queden para el cierre del mercado. Y ahí ha de ser cuando el Valencia haga su mejor jugada y gane el partido.
283. (Publicado en Las Provincias, el 10 de agosto de 2011)
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