13/10/10

La placidez de Unai y Llorente

Emery debe de estar como unas castañuelas. Llevo tiempo sin hablar con él (¿qué pasa, Unai, me tienes olvidado?), pero estoy convencido de que el entrenador del Valencia está más relajado que nunca y eso ya ha empezado la cuenta atrás, que el Nou Camp está a sólo cinco días.
Pero, amigo, qué satisfacción debe de producir permanecer ahí arriba, líder, mientras unos toman ansiolíticos y otros engullen antidepresivos. Guardiola no esconde su preocupación por el rendimiento de un grupo que no acaba de arrancar y Mourinho vuelve a encontrar una diana para evitar que miren demasiado a sus jugadores.
Unai, desde su atalaya, observa el panorama y calla. Es posible que sonría observando la que cae por ahí. El entrenador del Barcelona, con menos feeling con Rosell que De Prada con Wyoming, no quiere que le menten la palabra renovación. Y en la otra acera, el técnico portugués asegura que prefiere que Zidane esté más con él y menos con Florentino.
Por aquí, en cambio, impera la serenidad. Manolo Llorente, incluso, saca a relucir su flema cuando recuerda el liderato y el escaso aprecio de la televisión pública hacia su equipo. Sin embargo se pasa de frenada cuando se despacha con un "siendo campeón, por supuesto que renovaría a Unai". ¡Faltaría más! Lo que habría que ver, amigo, llegado a ese final de campeonato, es en qué situación estaría el asunto financiero del club. Porque hay mucha tela que cortar. Quiero decir si todo seguiría igual, o si ya se habrían vendido las parcelas del viejo Mestalla, si el futuro nuevo estadio dejaría de ser un enorme monumento a la incompetencia y al ladrillo y si la Fundación que preside Társilo Piles se habría convertido en un estamento realmente democrático y plural.
Seguro que con la habilidad de sastre que Llorente tiene con las tijeras, entonces habrá conseguido más de un propósito para no tener que depender de la venta de futbolistas. Pero todo eso mirar demasiado allá. A cinco días de la séptima jornada, esas cuestiones quedan muy alejadas. ¿o demasiado próximas?
159. (Publicado en Las Provincias, 11 de octubre de 2010)

No hay comentarios: