18/10/10

Escocia, Barça y Laporta

Conviene recordar una vez más, aún a riesgo de pecar por reiteración, que el partido que importa de verdad es el de pasado mañana en Glasgow. El del Camp Nou ya es agua pasada y ahora toda la atención hay que fijarla en Ibrox, porque de la victoria frente al campeón escocés va a depender la clasificación para los octavos de final del torneo, que lleva emparejada una cuestión de evidente interés crematístico.
Sin embargo, antes de seguir con lo del equipo de los protestantes, resulta adecuado recordar que en Barcelona el Valencia demostró personalidad durante el primer tiempo. Luego pagó el esfuerzo, se esfumaron las ideas y le dio vida al Barça. En el cómputo global salió del recinto de Travesera de les Corts con la frente muy alta. A pesar de la derrota no humilló, como unas horas antes del partido lo habría hecho Joan Laporta, ex presidente blaugrana y ahora cabeza de lista de Solidaritat Catalana.
No me hagan mucho caso, pero un conocido que vive en de la calle Muntaner esquina General Mitre me ha contado que el susodicho Joan se tuvo que agachar un par de veces para recoger la cara, porque se le iba cayendo de vergüenza cuando en la junta general le sacaron los colores y los trapos sucios por todos los excesos económicos cometidos durante sus años de mandato.
Y a propósito de junta general de accionistas: el consejo de administración del Valencia ya ha establecido fecha para la suya. Será el próximo 20-N, un sábado sabadete, en las horas previas a la visita al campo de El Madrigal. En este caso no creo que a nadie se le pueda ocurrir y pretenda impulsar la propuesta de una acción de responsabilidad por los desfases financieros que ocasionó la gestión del pasado reciente. ¿O tal vez sí?
Pero a lo que íbamos, que es el partido del miércoles, frente al Glasgow Rangers. Escocia se le ha dado bien al Valencia, dicho sea en el mejor sentido de la expresión, porque el buen whisky de la tierra nunca se le ha subido a la cabeza. Sus dos visitas a Ibrox se saldaron con sendas victorias y ahora no tiene porqué ser diferente.
162. (Las Provincias, 18 de octubre 2010)

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