15/10/10

El partido con más valor

A medida que se acerca el fin de semana adquiere mayor protagonismo el Barça-Valencia. No se habla de otra cosa. Bueno, también está lo de la Esteban y el tal Fran, pero no es el caso. La atención se centra en el partido porque es el inmediato. Porque la visita al Camp Nou siempre entraña un aliciente especial. Porque los de Mestalla acuden vestidos con el maillot de líder y no quieren perderlo, y además porque quienes miran con lupa al equipo azulgrana aseguran que ni es el mismo ni juega con igual soltura que el año pasado.
Todo eso está muy bien y al partido hay que darle la importancia que tiene, que es mucha. El Valencia es el líder y está obligado a demostrarlo allá dónde vaya. Ahora mismo ganar en el Camp Nou sería la caraba. Menudo chupinazo. Todo eso es fenómeno. Pero conviene tomar una dosis de pragmatismo para que el árbol no nos impida ver el bosque, porque el miércoles, en Glasgow, hay otro partidazo no menos importante. Incluso yo diría que más trascendental.
La competición de Liga es una carrera de fondo que aún va a entrar en la séptima jornada. En cambio, del resultado del duelo con el Rangers, en el Ibrox Stadium, dependerá que el Valencia mantenga la tranquilidad y la confianza para seguir en la aventura Champions. Está en juego la segunda plaza. La que da la clasificación, prestigio y dinero.
Nadie olvida lo que avecina y por eso es muy posible que en Barcelona Unai ofrezca alguna sorpresa en la alineación. ¿4-2-3-1? ¿4-3-1-1? ¿4-3-3? Por delante de todo eso está la implicación, pero se imponen las rotaciones, e incluso la reserva de algún jugador para no perder fuelle el miércoles.
Dicho eso, al Barça no hay que dejarle pensar ni permitir que disfrute con las habituales diagonales que tanto daño hacen a los contrarios. Decirlo es sencillo. Se escribe en dos líneas, pero la práctica implica mucho más. Se trata de un enorme trabajo colectivo, como el que desarrollaron el Hércules o el Mallorca, por citar sólo a los dos que se han llevado un buen botín de un feudo que no es inexpugnable.
161. (Las Provincias, 15 de octubre de 2010)

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