Nada de nada. La renovación de Unai llegó con letras de neón, aunque el desenlace de la comparecencia conjunta que ofrecieron el presidente y el entrenador no despejó las dudas que se mantienen sobre la confianza que Manuel Llorente tiene en el técnico ni tampoco si éste tuvo alguna otra oferta mejor para no pasar por el aro.
¡Qué rapidez! Ha transcurrido apenas una semana desde que, con el Valencia clasificado matemáticamente como tercero de la tabla, el consejo que preside Manolo Llorente desveló la intención de ofrecer la renovación al entrenador y Unai ha aceptado y además ha argumentado el porqué de su sí al añito pelado que propusieron.
Es un técnico joven que confiesa su deseo de crecer con el Valencia y además no esconde su ambición de alcanzar éxitos. Por eso ha antepuesto ese planteamiento a los euros que pudiera asegurarse en una negociación mucho más caliente. Nadie del gremio dudaba de que el guipuzcoano le fuera a echar un pulso a Llorente. Como se dice en términos futbolísticos, que trataría de asegurarse un uno más uno. Un año de contrato, más otro en el caso de alcanzar los objetivos fijados, lo que le podría garantizar 'fortaleza' para que en el supuesto de un desencanto se meditara la destitución porque un relevo costaría una pasta.
Unai confía en sus posibilidades y se la juega. Ha apostado a ganador. Sin mirar que en la temporada próxima pueda no tener a los Villa, Mata o Silva, el técnico quiere demostrar que no es flor de un día.
95. (Las Provincias, 14 de mayo de 2010)
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