El buen
partido que el Valencia ofreció el martes ante el subcampeón europeo, Bayern de
Münich, es un botón de muestra. En lo positivo se refuerza con sus actuaciones
previas ante Real Madrid, Barcelona o Atlético. Lo negativo, ya lo sabemos: Celta,
Mallorca, Betis, Español...
Ahora el
equipo aparca por unos días la competición continental para centrarse en la
Liga y en la Copa, y los rivales inmediatos son el Málaga, mañana en La
Rosaleda, y la semana próxima, el Llagostera y la Real Sociedad, ambos en
Mestalla.
La teoría
determina que en terreno andaluz se debe volver a ver un Valencia sólido,
comprometido y entregado. Aunque los de Pellegrini han bajado el nivel en las
últimas semanas, se mantienen por delante en la clasificación y además comenzaron
el torneo como uno de los favoritos para luchar por las dos plazas de Champions
(dando por sentado que Barça y Real Madrid coparán los primeros puestos). Pero
además el Valencia está obligado a
despegar en la Liga y de una vez por todas demostrar que en sus salidas
sabe hacer algo más que empatar dos partidos y marcar un par de goles, que es
todo su bagaje que hasta ahora ha conseguido como visitante.
En Málaga se
juega bastante más que los tres puntos. Podrá ganar, empatar o perder. Pero la
imagen que ofrezca el equipo definirá si los jugadores sólo utilizan al club
como un escaparate, que aunque haya quien crea que eso no es malo, deja tocada
la profesionalidad del futbolista.
474 (Publicado en Las Provincias, el 23 de noviembre de 2012)
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