9/11/12

HAY HISTORIAS QUE SE REPITEN


Feghouli se ha convertido en una agradable sorpresa. Con su implicación y sus goles ha convencido al entrenador, ha elevado su caché y se ha metido al público de Mestalla en el bolsillo. Y, claro, quien vela por sus intereses tratará de que se meta algo más, porque su contrato, que termina en junio de 2014, es de los más bajos de la plantilla.

El Valencia no quiere pillarse los dedos como en alguna reciente ocasión... y trata de acercar posturas para ampliar el compromiso. Pero probablemente llega tarde. Debió de hacerlo antes de acabar el pasado ejercicio, cuando la selección de Argelia aún no le había puesto galones. Y no teme que acabe yéndose de la misma manera que llegó de Grenoble, es decir, con la carta de libertad en el bolsillo. Pero le preocupa que le engatusen con otra propuesta y que al acabar la campaña no le quede otro remedio que malvenderlo, porque tendría que hacerlo por bastante menos de lo que podría hacerse en el caso de tenerlo bien sujeto.

Los agentes de Feghouli no tienen prisa. ¿Para qué? Son mano en esta partida. Con un sueldo neto de 800.000 euros, la inicial oferta del Valencia no les satisface. La pretensión es equiparar la nómina de su representado a la de los pesos pesados, y eso prácticamente supondría duplicarla.

¡Quién se lo iba a decir a Feghouli! Cuando Fernando Gómez lo trajo no era más que una opción de futuro. Por edad, por lo que había costado y por quienes tenía delante en el equipo. Sin embargo, tras la cesión al Almería, en el pasado ejercicio llevó a cabo tal segunda vuelta, que acabó por sentar en el banquillo a Pablo Hernández.

Ahora Feghouli se ha consolidado como uno de los jugadores importantes del Valencia y ya le han salido novios (entre otros el Paris Saint- Germain, que curiosamente hace años lo tuvo a prueba y no lo quiso ficha). Para ampliar la lista ahí están Antar, su agente francés, o el socio para España, Alex Bonnot, que lógicamente van a apretar, que es lo suyo. Hay historias que se repiten, ¿eh?

468 (Publicado en Las Provincias, el 9 de noviembre de 2012)

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