No hay manera. Lejos de Mestalla el Valencia ni tiene suerte ni tiene acierto. Otra pifia. Se le sigue atragantando el horario matutino y en la Liga todavía no conoce la victoria como visitante. Desde el 0-3 de San Mamés, en marzo pasado, ha llovido bastante... y ya amenaza la gota fría.
Y eso que esta vez el partido del morbo (morbo por aquello de Djukic era la primera opción para reemplazar a Unai) empezó muy bien para los de Pellegrino. Bien por dominio y por el gol de Sissokho. Pero luego ocurrió algo parecido a lo que explicaba ayer el hombre del tiempo. Poco a poco el viento empezó a rolar a gregal, el equipo de Pucela se desperezó, y eso activó una primera línea de tormentas. Como la gota fría, porque el empate es más que un chaparrón para el Valencia.
Aunque siempre hay quien ve la botella medio llena (“Seguimos sin perder”, escuché justificarse a uno de los protagonistas), esto empieza a ser preocupante. Se debería de activar la alerta naranja porque los plazos de confianza se extinguen y las jornadas van pasando.
469 (Publicado en Las Provincias, el 12 de noviembre de 2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario