Con total
independencia del resultado (más cerca de la victoria que del empate), está
claro que si los aficionados quieren ver al Valencia que esperan tendrán que
elegir los partidos en los que el equipo se enfrente a los grandes rivales.
Nada de medianías. Esos se le suben a las barbas y en ocasiones, incluso, le
colorean la cara. Pero los otros, los de máxima entidad, esos lo pasan mal.
Sólo hay que mirar lo que está ocurriendo esta temporada.
Aquí más de
uno utilizaría la parodia de Mourinho. Eso de ¿por qué?, ¿por qué? , ¿por
qué?... Pues la respuesta la debe de dar
el entrenador. Pero no una frase para la galería, como hizo Helenio Herrera
cuando en un partido estaba al frente del Barça y pese a que le expulsaron un
jugador acabó ganando y pronunció aquello de "con diez se juega mejor que
con once", aunque en Mestalla ayer fue verdad... El Valencia , todo
coraje, hizo un partidazo. Un tremendo descaste. Fútbol de apoyo, de
compromiso, de equipo. Eso no se lo quita nadie.
Siguiendo
con los porqués, no creo que la alineación que
presentó Pellegrino estuviera en función de que, antes de jugar contra
el equipo bávaro el Valencia ya había entrado en la lista de los 16 mejores de
Europa. No le imagino pendiente del resultado del Dinamo Stadium para colocar a
Parejo por detrás de Éver, ni percibo que la anticipada clasificación
etiquetara el juego que iba a realizar el Valencia y que los jugadores o el
entrenador llegaran a mirar de reojo el compromiso del sábado con el Málaga.
Para nada. Pero el duelo con el Bayern debe establecer un antes y un des...
pegue.
473 (Publicado en Las Provincias el 21 de noviembre de 2012)
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