23/12/11

Unai ni sorprende ni confía

Sólo en el sorteo para los emparejamientos de los octavos de final de la Copa, que se celebra hoy, puede aparecer una sorpresa al Valencia, porque el Cádiz no pasó de quererlo. Lo intentó y lo intentó sin acierto y como además a la hora de defender se convirtió en una especie de madre Teresa de Calcuta, pues eso: nada de nada.

Antes del partido el sonrojo del Manzanares, del Madrigal o del Villamarín podían pesar a modo de advertencia, por el empate sin goles en la ida y porque los débiles a veces se rebelan y dan el sobresalto, con el añadido de que algunos favoritos van de mal en peor y así les luce el pelo. De momento ya han ido por el aire un par de entrenadores y la confianza de otros ha bajado varios peldaños.

Unai Emery no quería entrar en esa batalla. Sabía que ayer se jugaba mucho. El Valencia tenía que ganar y al mismo tiempo agradar a los pocos aficionados que acudieron al recinto de Artes Gráficas. (Por cierto, ¡vaya horas!) La victoria, pues, era una obligación para pasar unas Navidades tranquilas. Pero no sólo por evitar críticas y recuerdos desagradables (Guadix, Novelda, Las Palmas o Lleida). Está el prestigio y no ha hecho falta que a nadie se le vendiera que la Copa, y también la Europa League, son caminos con bastantes menos curvas que la Liga, a no ser que el bombo de hoy dé un disgusto, porque se van a conocer todos los emparejamientos hasta la final.

La alineación que presentó Unai, con apenas una o dos excepciones (Albelda en el banquillo y Feghouli descartado), fue la de gala lo que tampoco supone ninguna sorpresa, porque el entrenador no está en disposición de jugársela. Un revés no se lo iba a pasar nadie.

Por eso tampoco fue sorpresa la presencia de Soldado como referencia (¿dónde estaban Alcácer y Bernat) ni que ante la ausencia del lesionado Alves, el técnico diera la portería a Guaita, aunque siga con problemas en la mano. Y, decíamos ayer… Esa es la confianza que se tiene con Pereira. Un fichaje, cuanto menos, controvertido.


340 (Publicado en Las Provincias, el 23 de diciembre de 2011)









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