Hace unos días leí que la Universidad de Valladolid ha puesto en marcha un curso sobre «psicología positiva y sentido del humor», terapia que aseguran que aporta numerosas ventajas en el rendimiento educativo y laboral, y es de suponer que también lo hará en el plano deportivo.
Por eso hasta cierto punto es normal que se busque un bálsamo para curar la decepción que ha supuesto el adiós a la Champions, aunque tengo la impresión de que se están echando demasiadas flores a un torneo que siempre se ha considerado menor (lo es en lo deportivo y en lo económico) y, como el de muchos es consuelo de algunos, a modo de mérito se proclama que junto al Valencia estarán el United, City, Oporto o Ajax, que también se despidieron de forma prematura.
¡Allá el señor Ferguson, el jeque y la sota de copas con sus problemas!, que nada tienen que ver con los del Valencia. Conviene recordar qué somos y a dónde vamos, y sobre todo preguntarnos por qué se produjo la eliminación (el Valencia se ha dejado en el camino mucho prestigio y mucho dinero) y también por qué el equipo es tercero en la Liga.
Cada cual tiene su punto de vista y aplicarle el prisma del optimismo beneficia hasta a los más enfermos. Pero tampoco debe de ser muy bueno refugiarse siempre en lo de que es «un club en crecimiento», porque una cosa es la «psicología positiva» y otra el «sentido del humor». Al menos en fútbol.
334 (Publicado en Las Provincias, el 9 de diciembre de 2011)
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