La suerte es siempre es importante. Ahora mismo, el equipo de Mestalla, que por presupuesto va a empezar la carrera de fondo con bastantes metros de desventaja que el Real Madrid o el Barça, dará el primer paso liguero aquejado por el contratiempo que supone la microrrotura de fibras que sufre Soldado, aunque esa lesión hay que observarla desde la perspectiva de que sólo privará al delantero de jugar el sábado. A continuación llega un paréntesis por los compromisos internacionales y su vuelta se prevé en la segunda jornada, cuando el Racing visite Mestalla.
¡Lesiones! Terror de futbolistas y calvario de entrenadores. Hay que tener la suerte de cara. Para cualquier equipo es vital mantenerlas a raya. Candar la puerta de la enfermería. A la bicha, ni nombrarla.
Mourinho ya se ha curado en salud y ha apelado a la suerte. Ha dicho que en el supuesto de que Higuaín o Benzemá causaran baja durante la temporada, el Real Madrid lo pasaría mal. Se supone que sería en la misma proporción que el Valencia si perdiera a Soldado o Aduriz, ¿no?
En el pasado reciente el Valencia ha estado marcado por las lesiones. En las dos últimas temporadas Unai tuvo que desenvolverse agobiado por algunas ausencias. En su primer curso, hasta alcanzar el primer tercio echó de menos a Silva, Marchena, Baraja, Alexis, Vicente y Curro. Y en la pasada campaña las bajas de Vicente, Baraja o Fernandes se prolongaron hasta el final de la primera vuelta.
Un veterano entrenador, que lo fue en Mestalla, siempre que le deseaban suerte replicaba que él prefería que le auguraran buen trabajo. El Valencia cuenta con buenos mimbres para alcanzar el objetivo, que es el mismo del año pasado. Otra cosa es que durante el camino tenga la estrella de cara.
140. (Las Provincias, 27 de agosto de 2010)
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