10/8/10

El juego del Valencia

A ti te gusta cómo juega el Valencia?», me suelta de sopetón el amigo más valencianista que tengo. «¡Si apenas le hemos visto!», le digo, y le argumento que con tanta prueba, ni debemos ni podemos enjuiciar lo que está por ver. Pero él contraataca: «Sí, pero, ¿te gusta cómo está jugando?», y me mira fijamente, como queriendo escuchar un veredicto.
La conversación se desvía hacia los estilos de juego y eso parece otro cantar, aunque cuando me pregunta si es mejor el 4-3-3 o el 4-2-3-1 que hemos visto en estos partidos de pretemporada, me resisto a emitir un dictamen. Hay que darle tiempo al tiempo porque dentro de cuatro semanas, cuando el balón de la Liga empiece a rodar, estaremos ante un Valencia que probablemente no tenga nada que ver con el del pasado reciente.
Está claro que el entrenador tratará de mantener la personalidad del equipo, pero los cambios en la plantilla han sido sustanciales y eso se notará. Además, los ensayos con el nuevo grupo pueden invitar al técnico a un cambio de criterio, del mismo modo que lo tuvo cuando se convenció de que el equipo no rendía si la zaga, lenta de movimientos, defendía cerca de la zona de medios. Lo de «no me importa encajar un gol porque juego para hacer tres», quedó en anécdota. Entonces Unai echó quince metros atrás su trinchera y ya no fue sólo lo de mirar adelante.
Lo mismo me da el 4-3-3 que el 4-3-2-1 si no va acompañado de fortaleza de grupo y buena actitud individual. Para conseguir un resultado diferente al del año anterior (por ejemplo, para no echar la Copa a las primeras de cambio o para no llegar a Eurocopa con chaleco salvavidas) hay que hacer las cosas de forma distinta. Y más si las armas son otras.
Un equipo no debería de marcar el objetivo antes de cerciorarse de qué potencial dispone; nunca antes de que Unai haga los descartes y se quede con los 25. Pero además, que conozca la fortaleza de los rivales. Porque eso cuenta, y mucho. Una cosa es lo que tú hagas y otra lo que pueda hacer el contrario.
130. (Las Provincias, 4 de agosto de 2010)

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