Ahora mismo me siento como mi admirada Mafalda cuando le hablan de la sopa. Ella la odia con toda su alma. En este asunto yo no llego a tal animadversión. En todo caso lo que me la produce es, entre otras cosas, la respuesta que el ejecutivo ofrece al desempleo, el silencio del Santo Padre sobre la pederastia en el clero o que algunos políticos corruptos se vayan de rositas.
Pero aquí hemos venido a hablar de deporte y ocurre que hay argumentos que me resultan indigestos. Para aquellos que estos días se hayan despistado siquiera un milímetro de la actualidad, les recordaré que en las últimas horas nos han empachado con lo del centenario de la gran vía madrileña, y continúan, erre que erre, sin dar tregua, ahora con lo que llaman el clásico del milenio, que el domingo se disputa en el Bernabéu.
Da la sensación de que el mundo se acaba ahí. Que eso es todo y que no hay un más allá. Bueno, también se añade la incertidumbre que produce la RFEF, porque todavía se desconoce dónde se celebrará la final de Copa, y también el poder de la AFE, que ha llamado con la aldaba de la huelga, y qué respuesta ofrecerá la Liga Profesional, que a lo peor volverá a buscar cobijo en el manto del CSD. Un zurcidito en el reparto del dinero de las quinielas será la solución. Imagino la réplica de Mafalda: «¿Será más razonable preguntar dónde vamos a seguir que dónde vamos a parar?»
Bueno, aparte de todos esos asuntos que nos embuten a machamartillo, que es como uno de mis profesores se empeñaba en que debía de aprender la lista de los reyes godos, el Valencia se enfrenta mañana al Atlético, en el Calderón, en busca de un billete para las semifinales de la Europa League. Casi de puntillas, sin hacer ruido, y sin quitar méritos a lo de la gran vía, nos encontramos ante un duelo con aires de Champions en el que, después del 2-2 de Mestalla, y visto lo visto, las delanteras de los dos equipos están en condiciones de ofrecer un gran espectáculo. Estoy seguro de que Mafalda, tan argentina ella, no haría ascos a esta sopa.
79. (Las Provincias, 7 de abril de 2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario