23/5/12

GUERRA DE GUERRILLAS

La situación se repite con relativa asiduidad. Aunque con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado a los vaivenes que da el mundo del fútbol, en muchas veces nos deja perplejos. No escarmentamos. Esta vez no se trata de tradicional “donde dije digo…” que se suele dar cuando un club negocia con otro el fichaje de un futbolista. En esta ocasión es otra cantinela. La de  tener valor para negar una realidad, y entiéndase valor en su acepción de osadía o desvergüenza.

El Valencia está interesado en cerrar el traspaso de Joao Pereira, defensa lateral derecho del Sporting de Lisboa, cosa que hasta la prensa lusa ha aireado a bombo y platillo. Sin embargo ayer mismo, un portavoz del club portugués aseguró que no sólo no hay nada en torno al interés valencianista por el jugador  internacional, sino que además apuntó que ni siquiera ha habido una oferta oficial por él.

"Alguien está mintiendo", habría que decir con la misma ironía que utilizó el maestro Gila con sus repetidos “¡Alguien ha matado a alguien!” cada vez que se cruzaba con Jack el Destripador, hasta lograr que confesara por aburrimiento.

Seguramente la actitud del portavoz luso se enmarca en una guerra de guerrillas en la que el club vendedor trata de ganar la batalla económica en la negociación. Desde la sombra, ese individuo intenta apretar las tuercas al que ha de pagar. Pretende  sacarle un poquito más de lo que se haya establecido, que al parecer ronda los cuatro millones de euros.

Con la Eurocopa a la vuelta de la esquina (un escaparate para subir precios), no será fácil aplicar el axioma de comprar barato y vender caro. Las necesidades obligarán. El Valencia, sin Brito ni Bruno, es el cliente que todo vendedor desea tener enfrente de la mesa. Pero la economía del Sporting, relegado a la Europa League, no está para echar cohetes, aunque podría tratar de aguantar para ver si su pupilo cotiza más alto tras la cita de Polonia.

En todo caso esto no es más que un déjà vu de los que vamos a ver repetidos.

401 (Publicado en Las Provincias, el 23 de mayo de 2012)

No hay comentarios: