Todo indica que Vicente Rodríguez será convocado para la despedida liguera en Mestalla y que, al menos, jugará unos minutos frente al Levante, para coincidir con un pequeño homenaje de despedida. Acaba su contrato con el Valencia, ha trascendido que el club prepara una celebración, y además el entrenador, Unai, ha aludido a un «merecido reconocimiento».
Será el adiós al antepenúltimo héroe del doblete, porque de ese reciente pasado glorioso sólo quedan en la plantilla él, David Navarro y Albelda. Y mientras que el primero tiene contrato en vigor, al de la Pobla Llarga, que también acaba, le ofrecerán la continuidad por un año más.
La convocatoria de Vicente, cuanto menos, va a resultar curiosa porque si a lo largo del ejercicio sus participaciones han sido escasas (probablemente influido porque en octubre estuvo de baja por una sobrecarga y en enero debido a una microrrotura), en las últimas diez jornadas ni siquiera ha formado parte de en las convocatorias; concretamente desde que, en víspera de un partido, se vio envuelto en un incidente en una discoteca.
La trayectoria de Vicente en el Valencia ha estado marcada por luces y sombras, y aparte de que se pueda cuestionar su carácter, probablemente la lesión de tobillo que sufrió en 2004 en Bremen, estableció un antes y un después en su carrera. Pero ahora mismo de Vicente hay que recordar lo bueno, aunque el balance de cuatro sobre once temporadas, desde luego sabe a poco. Formado en el Levante, llegó al Valencia con el cambio de siglo y en Mestalla creció con el equipo y adquirió prestigio, galones e internacionalidad.
Del mismo modo que hace un año pudo hacerlo Baraja, Vicente también tendrá la oportunidad de despedirse de la afición de Mestalla. Un adiós como el que en el pasado reciente, con mayor o menor pompa, se tributó a jugadores de la talla de Angloma o Carboni (al italiano por casualidad). Todos son parte de la historia brillante del club y eso es lo que debe quedar.
Será el adiós al antepenúltimo héroe del doblete, porque de ese reciente pasado glorioso sólo quedan en la plantilla él, David Navarro y Albelda. Y mientras que el primero tiene contrato en vigor, al de la Pobla Llarga, que también acaba, le ofrecerán la continuidad por un año más.
La convocatoria de Vicente, cuanto menos, va a resultar curiosa porque si a lo largo del ejercicio sus participaciones han sido escasas (probablemente influido porque en octubre estuvo de baja por una sobrecarga y en enero debido a una microrrotura), en las últimas diez jornadas ni siquiera ha formado parte de en las convocatorias; concretamente desde que, en víspera de un partido, se vio envuelto en un incidente en una discoteca.
La trayectoria de Vicente en el Valencia ha estado marcada por luces y sombras, y aparte de que se pueda cuestionar su carácter, probablemente la lesión de tobillo que sufrió en 2004 en Bremen, estableció un antes y un después en su carrera. Pero ahora mismo de Vicente hay que recordar lo bueno, aunque el balance de cuatro sobre once temporadas, desde luego sabe a poco. Formado en el Levante, llegó al Valencia con el cambio de siglo y en Mestalla creció con el equipo y adquirió prestigio, galones e internacionalidad.
Del mismo modo que hace un año pudo hacerlo Baraja, Vicente también tendrá la oportunidad de despedirse de la afición de Mestalla. Un adiós como el que en el pasado reciente, con mayor o menor pompa, se tributó a jugadores de la talla de Angloma o Carboni (al italiano por casualidad). Todos son parte de la historia brillante del club y eso es lo que debe quedar.
246. (Publicado en Las Provincias, 13 de mayo de 2011)
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