En el Valencia se habla de futuro. Tras la contratación de Ramí para el próximo ejercicio (seis millones de euros), se ha fijado un paréntesis. Tal vez porque ahora no se encuentra lo que se necesita o porque no hay fondos para comprar lo que se desea. Sin embargo se habla de invertir tres millones en un portero y diez en un delantero. Paradójico, si es que en la caja hay tantas telarañas como se dice.
Entre tanto, los rivales ya se refuerzan, y por rivales calificamos al Villarreal, que ha incorporado a Cicinho por la lesión de Ángel; al Atlético, al que han llegado Elías y Juanfran, y también al Sevilla, metido en harina.
A lo mejor la coyuntura obliga a mirar la cantera, cosa que en algunos lugares se hace por convicción. Es posible que como alternativas para suplir eventuales ausencias de Puyol o Piqué, Guardiola piense en Ivanovic o Mexes, que llegarían a coste cero porque en junio acaban sus contratos con el Chelsea y Roma, respectivamente. Pero el técnico no se olvida de Thiago, Bartra o Fontás, que ya han superado el proceso de maduración.
La política del Valencia es diferente y lo del portero y el atacante invita a pensar en la salida de alguno de los guardametas actuales y en un 'vuelva usted mañana' dirigido a chavales como Isco y Alcácer.
Desde hace días se especula la continuidad de Unai al frente del Valencia (en algunos foros se da por sentado que aunque el técnico mantenga al equipo en la Champions no renovará) y de esa forma parece más complicado que el entrenador se arriesgue a dar paso a los canteranos. Quizá sólo lo haría en caso de necesidad extrema. Al menos eso es lo que ha ocurrido con la presencia de Guaita, que si no, ¿de qué?
199. (Publicado en Las Provincias, el 19 de enero de 2011)
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