En las últimas horas hemos pasado de las opiniones a las pedradas, lo que ha llevado a Del Bosque a ponerse el chubasquero, que es lo mismo que tuvo que hacer Emery cuando aterrizó en Valencia. Desde entonces se buscaron comparaciones con sus antecesores, pero siempre prescindiendo de las semejanzas o aciertos para poner énfasis en las diferencias y errores. Él hizo oídos sordos y devolvió al equipo a la Champions.
El cargo de entrenador es susceptible de todo tipo de críticas y entre los que están en las gradas o estamos frente a la tele, ahora mismo sumamos casi cincuenta millones de seleccionadores, con más fobias que filias. Cada uno tiene su once más que decidido aunque ignore qué se está cociendo en la sala de máquinas del equipo.
Para meter caña a Del Bosque, los de las vuvucelas periodísticas se han agarrado a las opiniones de algunos especialistas con capacidad de valorar, y algunos, además, con ganas de hacerse notar.
Las ácidas críticas de Luis Aragonés desvelan la mala relación que tiene con el técnico salmantino. Aprovechó la coyuntura para pasar factura a Vicente y a la Federación. Acto seguido John Toshack se subió al carro. Con sus dardos envenenados demostró que no olvida quién le sustituyó en el Bernabéu cuando el Madrid se alzo con la Copa de Europa en 2000. Maradona tampoco pudo estar calladito y en las últimas horas se ha sumado Johan Cruyff que, aunque no quiere dar consejos, cuestiona la conveniencia de que el equipo juegue con el doble pivote Busquets-Xabi Alonso.
Del Bosque calla y mantiene la prudencia por bandera. Ojalá el equipo siga adelante. ¡Más de uno se atragantaría con la vuvuzela!
114. (Las Provincias, 28 de junio de 2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario